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CHAPTER EIGHT

TODO HABÍA SIDO MARAVILLOSO, DESDE EL PASEO EN CARRUAJE (CORTESÍA DEL SEÑOR LAURENCE) HASTA LA RECEPCIÓN EN EL LUGAR

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TODO HABÍA SIDO MARAVILLOSO, DESDE EL PASEO EN CARRUAJE (CORTESÍA DEL SEÑOR LAURENCE) HASTA LA RECEPCIÓN EN EL LUGAR. Las personas allí eran agradables y amables con Lottie y Meg, por lo que no tardaron en formar amistades. Aquella noche sería el baile.

—Estoy muy emocionada— decía Meg mientras subían las escaleras en compañía de las demás señoritas.

—Yo igual. ¿Que vestidos usarán?— preguntó una de ellas a las hermanas March.

—Voy a usar este— respondió la mayor refiriéndose al que llevaba puesto.

—¿Ese? ¿No puedes enviar a buscar otro?— inquirió profundamente confundida.

—Es que no tengo otro— replicó.

—¿Solo tienes uno? Qué curioso.

—Para nada, no necesitas enviar a nadie, Daisy. Te voy a llamar Daisy ahora— intervino otra de las muchachas, soltando una ligera risa. Meg sonrió, no parecía disgustarle el nombre, al contrario de Lottie. —Tengo un vestido rosa de emergencia. ¿Lo usarás por mi, cierto Daisy?

Una sonrisa alegre se expandió por el rostro de Meg. —Si no es molestia.

—Para nada. ¿Tu que usarás, Lottie? Puedo mandar a llamar a alguien para que traiga alguno de mis vestidos. Hay uno magnífico de color amarillo que aún no he usado.

—Te lo agradezco, pero no hace falta. Tengo un vestido azul para esta noche— respondió Lottie con suficiencia. Aquel era el vestido que la tía March le había obsequiado en su catorceavo cumpleaños.

—Excelente.

Una vez que las hermanas March se separaron de las demás. Lottie se acercó a Meg.

—¿Estas de acuerdo con que te llamen Daisy?— le preguntó preocupada en voz baja, estaba casi segura que a la mayor no le gustaba aquel nombre.

—Por supuesto. Es un nombre bonito.

—Meg también lo es.

La mayor simplemente sonrió y tomó la mano de su hermana para ir con las demás. Prepararse para el baile tomó toda la tarde. Los accesorios de Meg y Lottie no eran lujosos en comparación a los otros, pero lucían bien con un par de pendientes y un colgante sencillo. El vestido de Lottie era de un azul pastel, pomposo, al igual que los otros. Meg también estaba muy feliz con el bello vestido rosado que le habían dado prestado.

Cuando estuvieron listas todas las jóvenes se acomodaron en las escaleras, elegantes y serias, aunque a Meg se le escaparon unas risillas de emoción. Lottie tenía buen porte, y cuando les permitieron bajar, tomó sutilmente sus faldas para no tropezarse con ellas. Su hermana había congeniado con muchas de las muchachas, al igual que ella, aunque le parecían un tanto falsas. Se disculpó con la excusa de que debía ir al tocador y dejó a su hermana con ellas. Meg solo asintió y continuó platicando con su nueva amiga y un par de muchachos. Aliviada, y sin afán de conversar, Lottie se sentó elegantemente en un sillón del lugar, con las manos en su regazo, de vez en cuando bebía de la copa que le habían dado, pensativa, con Laurie ocupando la mayor parte de sus pensamientos.

𝒀𝑶𝑼 𝑨𝑹𝑬  𝑻𝑯𝑬 𝑶𝑵𝑬 ▶︎ 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐈𝐄 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora