Cada una de las hermanas March tiene algo especial que le agrada a Laurie. Jo ha tenido su corazón desde el primer instante, Amy lo ama y haría lo que fuera para que el sintiera lo mismo, por otro lado, Lottie también lo amo desde la primera vez que...
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Afuera hacia un día nublado y lluvioso, con grandes nubes grises repletas de agua; las contadas personas que se atrevían a poner un pie fuera de casa con aquel panorama melancólico llevaban consigo un paraguas, o en otros casos, sus sirvientes se encargaban de sostenerlas sobre sus finas cabezas. A Lottie no le agradaba el ambiente sombrío, sin embargo, le sacaba provecho, en el vestíbulo del hotel junto a la ventana leía Macbeth de William Shakespeare, una obra que hacía mucho ansiaba leer pero sus actividades de sociedad le habían impedido, lo hacia mientras bebía el té al estilo inglés. Amy, sentada frente a ella, observaba lo que hacían las personas afuera de la ventana y se preguntaba a donde irían, y al recordarlo nuevamente se aburría de ella estar encerrada y admitía que ya le había hartado el sabor amargo del té que bebía, lo único que podía salvarla del tedio era que su hermana cerrara el libro y le hablara.
—¡Desearía tanto poder salir!— exclamó soltando un exagerado suspiro, lo que hizo que Lottie, comprendiendo lo que hacía, interrumpiera su lectura y le prestara atención.
—Créeme que yo también— confirmó y colocó el separador a la mitad del libro, dejándolo sobre la mesita. —Pero no hay nada que podamos hacer. Además, la tía March no nos dejaría salir con este clima.
—Lo se— admitió decepcionada y suspiró una vez más. Pronto recuperó el ánimo cuando un nuevo tema de conversación se plantó en sus pensamientos. —¿Que opinas del caballero Vronsky?
—Oh, Amy, no lo conozco tan bien como para tener una opinión verídica de él— sin embargo, sus mejillas se teñían de un ligero rubor a la vez que continuaba hablando. —Pero... por las pocas palabras que compartimos y la amable invitación que nos ha hecho intuyo que es un caballero de exquisitos modales, muy atento.
—Si, si, tienes razón— Amy sonrió, recordando de pronto a aquel encantador muchacho castaño. —Es muy parecido a Laurie.
—No. En mi opinión Vronsky es más apuesto— dijo Lottie decididamente.
—Bueno, yo prefiero a los muchachos castaños— replicó Amy con mirada soñadora. —Laurie también está en Europa, sería bueno acordar una reunión.
—Puedes hacerlo si así deseas— declaró indiferente mientras levantaba la tacita y la llevaba a sus labios. —Por mi parte deseo enfocarme en disfrutar sin tener que acomodarme a sus tiempos. Seguro estará muy ocupado.
—No lo creo, Laurie no es ese tipo de muchacho, él siempre tendrá tiempo para nosotras.
Antes de que Lottie pudiera objetar un empleado del hotel se les acercó respetuosamente.
—Disculpen, señoritas, hay unos caballeros que preguntan por ustedes. Fred y Frank Vaughn— anunció él empleado con marcado acento inglés, seguido de el entraron los muchachos.
