𝟬𝟭𝟮. sister's trouble

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CHAPTER TWELVE

AQUELLA MISMA NOCHE en la que el corazón de Lottie había sentido la ferviente necesidad de confesarse verdaderamente, y pues sin embargo se le había hecho imposible llevarlo a cabo tal acción, alguien más si tomó el valor de hacerlo

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AQUELLA MISMA NOCHE en la que el corazón de Lottie había sentido la ferviente necesidad de confesarse verdaderamente, y pues sin embargo se le había hecho imposible llevarlo a cabo tal acción, alguien más si tomó el valor de hacerlo. John Brooke había pedido la mano de Meg, debajo de un cielo estrellado que romantizaba el ambiente. Los ojos de la mayor de las March se habían llenado de lágrimas femeninas y una alegre sonrisa brotado de sus labios cuando escuchó atentamente la propuesta de John, después de haberlo escuchado asintió y se abalanzó a sus brazos sintiendo que por fin tendría lo que siempre había soñado: una familia propia y un hogar del cual hacerse cargo, como toda mujer, suponía ella.

Una vez que sellaron la promesa con un dulce y tierno beso, y de concluir con la tradicional charla que le seguía, y del hombre tranquilizar sus nervios al decir que ya contaba con la bendición del señor March, Meg ingresó en la casa con una imborrable sonrisa llena de dicha y orgullo, subió escaleras arriba y reunió a las mujercitas en su habitación, prometiendo una noticia trascendental.

—¡Es una asombrosa noticia, Meg!— chilló Lottie jovial, felicitándola con un cariñoso abrazo, después de haber escuchado la buena nueva de su hermana.

—Me parece muy inoportuno... ¿Siquiera sabes que es una buena persona? Porque a mi no me ha quedado claro— farfulló Jo desde el rincón de brazos cruzados, molesta con John, pues sabía que alejaría a Meg de ella, del hogar familiar. Se trataba del fin de una era, todas se irían al igual que ella, seguirían sus propios caminos.

—Pues yo opino que es maravilloso. Pero... aunque el señor Brooke es una buena persona, no parece estar muy bien económicamente hablando, ¿Estas segura de que quieres hacerlo, Meg?— reflexionó Amy formulando una mueca inquisitiva en su ruborizado rostro, con las palabras de la tía March, y por lo tanto suyas en los labios.

—¡Oh, Amy! Eso no me interesa, yo amo a John, es lo único que verdaderamente importa en un matrimonio— pronunció Meg en respuesta con aire soñador, sin saber que llegaría un momento en que las dudas terminarían por invadirla.

—Estoy muy feliz por ti, Meg— comenzó Beth con una sonrisa genuina, tratando de ocultar su aspecto cansado y febril. —Mi corazón se llena de dicha al verte tan feliz. El señor Brooke es un buen hombre, te tratará bien...

—¿Y si no lo hace? Se las verá conmigo ¿Ya le has dicho esto a Marmee? ¿A padre?— interrogó insistente Jo caminando de un lado a otro de la habitación como lo hacía un muchacho, intranquila. —No puedo aseguraste que lo aprobaran, es muy repentino.

—Tranquila, Jo. Ellos ya lo saben, John les pidió su bendición antes de proponérmelo, de verdad. Es todo un caballero...— la mayor comenzó a balbucear embelesada de las cualidades de su ahora prometido, llegando a cansar al resto de las mujercitas a excepción de Beth, que la observaba con ojos brillantes.

𝒀𝑶𝑼 𝑨𝑹𝑬  𝑻𝑯𝑬 𝑶𝑵𝑬 ▶︎ 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐈𝐄 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora