𝟬𝟮𝟯. scenes of a couple

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CHAPTER TWENTY THREE

CHAPTER TWENTY THREE

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—Basta, Laurie. Todos nos verán— Lottie gimoteo avergonzada al sentir los besos del muchacho descender a su cuello a plena luz del día en los jardines de la residencia March.

Él llegaba sin falta a visitarle todos los días, desde muy temprano hasta que caía la noche. Y difícilmente podía marcharse.

—Mon amour, estamos comprometidos, ¡Se espera de nosotros!— alzó la despeinada cabeza y le tomó las manos, echó una rápida mirada a la deslumbrante joya de diamantes en su dedo anular y sonrió felizmente. —... ¡Oh, pero cuánto te amo!— retomó su campaña al ver su rostro sonrojado y le besó jovialmente.

Lottie se echó a reír y luego de reflexionarlo unos segundo concordó con él, disfrutó el momento y se recostó en la manta, dejando que acariciara suavemente su clavícula con los labios, llena de goce y soltando un «Oh, Laurie» cada vez que el muchacho absorbía su piel. Después de llegar a la conclusión de que Laurie era muy bueno en aquellas actividades, un experto incluso, se preguntó cuántas veces más habría repartido esas mismas caricias, repetido esa devoción que le demostraba: definitivamente las suficientes para perfeccionar su técnica.

—Para, detente. ¡Theodore!— le ordenó que se detuviera, enfadada y con el pecho agitado. Él, desconcertado, se acomodó y le miró impaciente, esperando una explicación. —Se honesto, sabré si mientes, ¿Con cuantas mujeres has estado en esta posición?

—Oh, Lottie— viró los ojos, arrugó la frente y se enderezó, le tomó el rostro haciendo que le mirara. —¿Acaso importa? No ame a ninguna, ni a ninguna di anillo, mucho menos sufrí por nuestro tiempo separados ni rogue de rodillas. Si, fui libertino, pero eso quedó en el pasado. Solo te quiero a ti. Para siempre.

Pese a estar comprometidos y con su boda en puerta, aún existía la duda en su corazón, el temor a ser una más de las conquistas de Laurie, un capricho que se le pasaría en unas semanas, un amor efímero, un arrepentimiento. No era fácil olvidar todo lo sucedido. ¿Y que si Jo seguía en su corazón?

—¿Dudas de mi?— Laurie la cuestionó cuando no hubo respuesta, incrédulo de que no tomara en serio sus palabras, no cuando había hecho hasta lo imposible por demostrarle que su amor era sincero, ¡Se casarían en tan solo unos días, por amor de Dios!

—No es tan fácil. No puedes culparme. No cuando todos los síntomas que mencionas los padeciste con Jo— le recriminó desconfiada. —Desearía olvidarlo, créeme, he tratado demasiadas veces, pero he fallado.

—¿Que más prueba necesitas?— la rutina comenzaba a cansarle. No era la primera vez que iniciaban una discusión por el mismo argumento.

La peor se había dado hace unas semanas, cuando Lottie descubrió que aún guardaba una carta de Jo entre sus pertenencias más valiosas, había tratado de hacerle ver que simplemente era un recuerdo de sus días de su juventud, pero ella no le creyó y rompió a llorar; él le juró una y otra vez que así era y le suplicó perdón, besó sus manos, su rostro y sus saladas lágrimas hasta que terminó arrojando la carta a las llamas de la chimenea para demostrarle que no era nada.

𝒀𝑶𝑼 𝑨𝑹𝑬  𝑻𝑯𝑬 𝑶𝑵𝑬 ▶︎ 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐈𝐄 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora