𝟬𝟮𝟬. a man and a woman can't be just friends

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CHAPTER TWENTY

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—¡Ah, te gusta!— acusó Laurie, terriblemente exaltado.

—¡Como no! A todas nos gusta. Y si lo conocieras apuesto que también te gustaría— replicó ella con una sonrisilla traviesa.

Amy asintió repetidamente.

—En efecto. Deberíamos juntarnos todos un día— la más joven propuso entusiasmada. —Se llevarían de maravilla.

—No se que pueda tener en común con ese hombre del que tanto hablan— replicó Laurie, indignado y alzando la mirada. —Además, apenas le conocen, aún no han llegado a conocer sus desperfectos y sus faltas.

—Su defecto más grande, créeme, querido Laurie, es que sea un hombre casado— respondió Amy, tímidamente. —De no serlo hubiese sido...

—¡Si, si! Muy bien, Amy, pero basta. No te pongas celoso.

La menor giró a verlo, examinándolo.

Laurie frunció las cejas y se ruborizó repentinamente avergonzado.

—Oh, no, es solo que no me creo como enaltecen a ese hombre ¡Que pensaría Jo!— vociferó, pronunciando deliberadamente con especial tono el nombre de la March.

Lottie giró la cabeza, briosa; sin pensar que aquel simple gesto era el que Laurie buscaba para mantenerse con esperanza.

Al poco tiempo la tía March apareció en el salón y se sentó junto a ellos. Laurie le saludó muy propiamente y le pidió una silla. La repentina presencia del muchacho no despertó en ella ningún sentimiento exaltado.

—¿Como se encuentra tu abuelo, Theodore?

—De maravilla, gozando de buena salud y próspera economía. Nos escribimos una vez a la semana y no parece ser suficiente.

—Bien, bien... ¡Más té! ¿Y que te trajo hasta aquí? ¿A que has venido?

—Venía a saludarlas. Han pasado meses desde la última vez que las vi, después de... tanto ha pasado, ya les extrañaba.

—¿Ya te comprometiste?

La mirada de Laurie, como aquello que se hace mecánicamente, viajó a Lottie; la muchacha, cohibida, se percató de inmediato y bajó los ojitos verdes, pretendiendo que no le había visto.

—No, aún no— respondió Laurie sin más que decir ni ánimos para hablar del tema. —¿Que me dices, Amy, de ti y de Fred, se han visto?

Su amigo Fred ya le había contado algo de sus nacientes sentimientos por Amy, de la dulzura que sentía en el pecho cuando le veía, y de las mil expresiones y gestos que hacía la muchacha de los cuáles Laurie nunca se había percatado.

𝒀𝑶𝑼 𝑨𝑹𝑬  𝑻𝑯𝑬 𝑶𝑵𝑬 ▶︎ 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐈𝐄 𝐋𝐀𝐔𝐑𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora