Cada una de las hermanas March tiene algo especial que le agrada a Laurie. Jo ha tenido su corazón desde el primer instante, Amy lo ama y haría lo que fuera para que el sintiera lo mismo, por otro lado, Lottie también lo amo desde la primera vez que...
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Lottie se dedicó a disfrutar la fiesta y compartir la alegría de Meg, dejando de lado los dilemas de su corazón. Le alegraba la noticia de acompañar a la tía March al continente europeo junto a Amy, pero aquella felicidad se tornaba a ratos en un sentimiento agridulce, pues recordaba lo mucho que Jo había estado deseando ir, por eso su esfuerzo en leerle todas las tardes y comportarse correctamente en presencia de la tía March. El sentirse egoísta le era inevitable, pero de pensar en lo que Europa tenía que ofrecer se alegraba nuevamente y una sonrisa entusiasta brotaba de sus rosados labios, pues también así existía la posibilidad de olvidarse de una vez por todas de su caprichoso e infantil enamoramiento hacia Laurie. En cuanto a Harry y su propuesta, ya vería cómo responder, pues con su viaje a Europa un mundo de posibilidades se abría.
Decidió solo contar la buena nueva a sus padres para no dar fin a la felicidad reflejada en el rostro de Jo. Por el contrario, Amy había corrido tal como una niña pequeña, incapaz de contener su emoción y radiantes orbes azules destellando excesiva dicha, a esparcir la noticia sin reparar en la desilusión de Jo. La castaña procuró ocultar su decepción al escuchar el anuncio de Amy, se apresuró a felicitar a ambas y les deseó lo mejor en su viaje. Pero no podía estar plenamente feliz, Europa era todo lo que había soñado, y solo había estado esperando el día en que la tía March le confirmara lo que tanto aseguraba, y que sus hermanas fueran le resultaba maravilloso, pero irreparablemente ella misma habría deseado estar ahí y disfrutar de todo por su cuenta. Su rostro apagado no duró mucho, pues Laurie llegó para animarla como generalmente hacia.
Antes de que pudieran darse cuenta llegó el momento en que los invitados comenzaron a irse, comentando lo encantador que todo había sido y deseando felicidad y dicha a los ahora esposos. Lottie, que estaba situada a lado de Amy planeando la infinidad de actividades que harían y de los tantos lugares que visitarían de los que la tía March les había hablado, y claro, también les era inevitable no llegar al tema de los apuestos muchachos que conocerían y los incontables bailes a los que pretendían asistir; notó cómo Laurie se despedía un tanto distraído de los señores March, con su usual sonrisa cariñosa hacia ellos que desapareció cuando, sin desearlo, la rubia se encontró con su mirada esmeralda, meditativa y furtiva, justo antes de que, como apenado, como si no soportara mirarla, él se girara y desapareciera de su campo de visión acompañado de Jo.
—Oh, todo acabo tan rápido— suspiró Lottie, volteando la mirada y observando con matices de melancolía a su alrededor. El interminable campo verde extendiéndose frente a sus ojos.
—Me rehuso a seguir limpiando— lloriqueó Amy, exhausta con el mínimo esfuerzo que había empleado en algo que realmente no le interesaba, pesado para una dama como lo era ella. Levantar lo restante de la fiesta era una tarea tediosa. Sin embargo, buscaba la aprobación de su hermana para renunciar a aquella actividad.
—Ya hicimos suficiente, vamos adentro.
Ambas, satisfechas con lo que habían realizado, entraron en el hogar y esperaron en la sala de estar hasta que el resto de la familia también lo hizo.
