Cada una de las hermanas March tiene algo especial que le agrada a Laurie. Jo ha tenido su corazón desde el primer instante, Amy lo ama y haría lo que fuera para que el sintiera lo mismo, por otro lado, Lottie también lo amo desde la primera vez que...
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LOTTIE NO HABÍA PARADO DE PENSAR EN LAURIE, EL CHICO DE INTERESANTE CONVERSACIÓN, APUESTO, CAUTIVADOR y con un perfecto cabello rizado. Pero no todo estaba bien, había algo que la tenía inquieta: las miradas que Laurie le dedicaba a Jo, con tanto amor (de la manera en la que dejo de verla el día que conoció a su hermana) y sus salidas juntos, que se habían vuelto de todos los días.
Toda la familia March había recibido a Laurie de la mejor manera, con ese amor fraternal que el tanto necesitaba y añoraba. Y Lottie no quería sonar egoísta, pero eso no le agradaba, no le agradaba la cercanía de Laurie con sus hermanas, especialmente con Jo; con quien se la pasaba todo el tiempo, dejándola de lado, cuando gracias a ella lo habían conocido y había sido la primera en hablarle, pero eso no parecía importarle a nadie, ni siquiera a la pequeña Amy, que cada que podía, metía a Laurie en la conversación y le hacía regalos caseros. Era poco decir que todo la situación fastidiaba a la rubia, quien había decidido alejarse de todos un poco (especialmente de Laurie).
Toda la semana estuvo con la tía March, contándole su situación, sentía que solo ella le podría dar una buena solución. Su madre no había estado muy feliz de que pasara toda la semana con ella, pero al final terminó accediendo.
—Querida Lottie, estos últimos días me has contado todo lo que sucede con ese muchacho Laurel... digo, Laurence. Y la verdad es que no estas enamorada de el, eres muy joven y pronto descubrirás al muchacho indicado para ti, yo me encargaré de eso. En cambio, para la pobre Jo, ese joven que parece estar enamorado de ella, me temo que es su única oportunidad de ser feliz. ¿Por qué no mejor me cuentas de ese muchacho King?— aconsejó, mientras le daba unas ligeras palmadas en el hombro.
Ambas iban en carruaje a la casa de las March. Su tía había insistido en acompañarla, decía que era para saludar a la familia, pero Lottie sabía que en realidad era para ver la "terrible" situación en la que vivían.
La rubia pensó más de lo que le hubiera gustado las palabras de su tía.
—Tienes razón, tía March, creo que Jo sería muy feliz con el y... no, no estoy enamorada— esa palabra resonó en su cabeza, no, definitivamente no lo estaba. —Harry King es un muchacho muy lindo, me ha mandado flores un par de veces y es realmente romántico— contó con una sonrisa en el rostro, recordando los pequeños gestos del rubio.
—Suena encantador, además, tiene una fortuna, eso te ayudará— agregó, mientras hacía unas muecas al pasar por el no tan pavimentado camino. —Conozco a su familia, aburrida, para nada interesante, pero, aristocrática.
Lottie asintió sin darle demasiada importancia y observó el camino, viendo los viejos árboles que conocía desde que aprendió a caminar.
—¡Ahí! ¡Es en esa calle!— exclamó la rubia al ver que el cochero se había pasado de calle.
