33 ¡Ven conmigo!

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Esta actualización tiene una dedicación muy especial: ¡Feliz cumpleaños, Chuuya!


El olor a dulce le despertó, trayéndole memorias de su infancia cuando su madre preparaba tortitas para desayunar y luego, aún en pijama, se sentaba en la mesa  y su padre le untaba mermelada o crema de chocolate en ellas y Chuuya se las comía sin dejar de relamerse todo el rato.

Aquello era el pasado.

Chuuya abrió los ojos.

A pesar del dolor que siempre se apoderaba de sus entrañas al ser consciente de que su realidad era otra, esa mañana había algo en su corazón que le protegía de hundirse en aquella miseria donde solía ahogarse hasta acabar llorando.

Entonces lo recordó: Osamu

Una sonrisa cálida se posó en sus labios mientras se incorporaba en la cama y veía a su alrededor el revuelto de sábanas que era testigo de todo el amor compartido entre los dos.

También sintió los calambres fríos de los músculos sobreexplotados tras realizar de nuevo los movimientos amatorios del sexo tras haberse entregado a la abstinencia más absoluta durante meses.

Dazai no solo le había devuelto la esperanza de amar sino también la lívido.

Le oía trastear en la cocina.

La sensación de tranquilidad y seguridad que le invadió al no sentirse solo, le hizo levantarse de un salto de la cama y desnudo salió a buscarle.

La boca se le salivó cuando lo encontró también sin ropa, a excepción del delantal rojo, mientras con un par de palillos le daba la vuelta a la tortita de la sartén.

Dazai debió escucharle porque sin girarse le preguntó:

—¿ Tienes hambre?

Su voz era alegre, dulce, acogedora.

Chuuya le alcanzó con tres pasos  y le abrazó por detrás:

—¡ De ti !

Dazai se dio la vuelta y fue saludado por un beso en los labios, intenso, húmedo, devorador, mientras Chuuya tiraba del lazo del delantal y lo hacía caer.

—¿ Y las tortitas? — objetó Dazai antes de lanzar un gemido al notar las manos de Chuuya reclamando su intimidad.

—Voy a cubrir tu piel con ellas y me las comeré untadas con nata.

...

Tras dejar la cama llena de restos de nata y migas, los dos se abrazan notando aún como sus músculos siguen disfrutando de lo que resta de los espasmos tras el orgasmo.

—No sabía que podía ser tan bueno — dice en voz alta para sí Chuuya con cada poro de su cuerpo exudando erotismo y sonríe quedo maravillándose con la admiración tierna en que le observa Dazai.

—¿ Soy el mejor amante que has tenido ?

Nota Chuuya que Dazai duda mucho que sea así y siente un inesperada compasión por él al recordar sus años de tratamiento con el psiquiatra.

Chuuya le besa en la mejilla derecha mientras le responde con un tono ronco:

— He olvidado a todos, empiezo una vida nueva.

Nota como los ojos de Dazai brillan con entusiasmo y una sonrisa esperanzada nace en sus labios.

—¡Hazlo! —le propone con entusiasmo.

—¿ Hacer lo qué? — pregunta Chuuya con una risita.

—¡ Ven conmigo !

Chuuya levanta las cejas comprendiendo al fin.

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora