18. El juego de la verdad

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Quizá por lo nervioso que estaba Atsushi de cómo iba a transcurrir la cena con Ryunosuke, en vez de tener la cabeza ocupada pensando qué iba a pasar en el reservado, solo hacía que recordar lo sucedido tras salir él de su dormitorio, todo elegante pero informal vestido con unos pantalones negros y una camisa blanca con bordados azul marino en el cuello; con el atrevimiento de haber usado el mismo perfume que el hombre de sus sueños, y bien peinado para su cita. Pues al salir, se había encontrado a Dazai aún vestido con su disfraz de ladrón, echado en el sofá, con el sombrero incluso puesto, hablando por el móvil en lo que parecía una negociación pues había captado las palabras„ compensación", „discreción" y „agradecimiento".

Al ver a Atsushi, se disculpó de su interlocutor prometiéndole retomar la llamada un poco más tarde y, con su sonrisa más amigable de oreja a oreja, le deseó:

—Si consigues llevarte a la cama a tu detective no hace falta que me avises de que no vendrás a dormir.

—¡Dazai! —le chilló Atsushi fingiendo un escándalo que no sentía en verdad pues era la típica salida que uno esperaba de su compañero de piso. —Yo no voy con esas intenciones...

—¡Pero Akutagawa sí, y tú también lo sabes! Ese estrés que le provocan mis haikus es por desde hace tiempo no...

—¡Dazai!

—Lo mismo se aplica en tu caso. Así que olvida lo de que no es conviene tener sexo en la primera cita y no te cortes en confesarle que quieres ser su uke.

Aquello sacó de quicio a Atsushi.

—¿Por qué debería decirle eso?

—Porque está claro que Akutagawa es el activo.

—¡En mis fantasias no!

Dazai soltó un suspiro de agobio.

—Mientes fatal, Atsushi. Debemos trabajar ese punto. Esta noche ve con cuidado si Akutagawa te sugiere un juego de la verdad porque te va a pillar todas.

Atsushi dio un respingo por la estúpida idea de Dazai.

—¿Juego de la verdad? Hemos quedado para cenar, para intimar, para conocernos mejor. No para juegos de mesa.

Dazai se frotó la barbilla mientras mostraba su sonrisita de sabioncillo.

—Apostaría contigo que vuestra cita va a ser de todo menos convencional pero como se que voy a ganar no vale la pena, no tiene ningún aliciente. Me lo imagino sacando de debajo de la mesa un detector de mentiras y enganchándotelo al brazo para interrogarte. ¡Te va a pillar todas la trolas!

—¡No desvaríes, Dazai!

—Vale, ok. Quizá con lo de que lleve una máquina de la verdad bajo el brazo me he pasado, pero lo que no me puedes negar es que vas a tener que usar todas las artes de escabullirte de la verdad como yo te he enseñado para no meter la pata y delatarte ante Akutagawa. No va a ser fácil.

—¡Claro que no va a ser fácil! Es el gran Akutagawa. ¡El mejor detective del mundo!

Las pupilas de Dazai se dilataron y estalló segundos después en una carcajada.

—¡Qué fanboy eres!

—¡Tú también lo eres con tu detective Nakahara!

Dazai se contuvo, apretó sus labios contra su mano derecha hecha un puño para acallar del todo su risa. Cuando lo consiguió, con un expresión serena en su rostro, asintió.

—Es cierto, pero mis intenciones con Chuuya son muy distintas a las tuyas. El amor físico no está en mis prioridades.

—¿Perdón? Aún recuerdo todo lo que dijiste tras ver su intervención en la televisión. Algo así como que querías que te dijese su frase con las esposas mientras estabas dentro de él. —Solo de recordarlo se sonrojó y a Dazai no le pareció desapercibida la turbación de Atsushi y volvió a reírse. Atsushi trató recuperar el control: —¡No me lo trago Dazai! ¡Nos conocemos!

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora