24. Amar, robar

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Dedicado con mucho cariño a mi querida HikariYaehime con una gran felicitación por sus más de 100 seguidores. ¡Eres una gran escritora! Douma está de acuerdo.

En la bolsa que llevaba Atsushi colgada al hombro llevaba su disfraz de ladrón, ¡Y con esa prueba de su culpabilidad iba a ver al detective Akutagawa! ¿Cómo no se había dado cuenta de la que podía liar cuando los otros dos le guardaron la ropa que los hermanos Tanizaki habían hecho limpiar y planchar de formar express por la tintorería a cambio de un suma adicional a la factura.

¿Y si dejaba la bolsa en el cuartito de los contadores del edificio donde vivía Kyouka? Cierto es que lo había pensado tarde, tras llamar a la puerta, pero quizá le daba tiempo a bajar, dejarla escondida y subir...

—¡Atsushi, qué bien que hayas llegado tan pronto! —le saludó Kyouka con una alegría demasiado exagerada para ser real.

Ya era tarde.

Conformándose a lo que el destino le conllevara, saludó a Kyouka y dejó la bolsa en la entradilla.

—Aunque lo cierto es que me lo estoy pasando muy bien con Ryunosuke —añadió ella juntando las palmas feliz. —Me está hablando de algunos de sus casos y está siendo una charla muy emocionante.

¿Ryunosuke?

Kyouka debió notar la sorpresa en Atsushi y aclaró divertida:

—Le he contado que soy tu mejor amiga y me ha pedido que nos tuteemos. Tu novio es una celebridad pero es muy accesible y simpático.

—No es mi novio...

Pero su protesta quedó en suspenso cuando Akutagawa se reunió con ellos en el recibidor, con esa sonrisa socarrona, esos ojos oscuros tan penetrantes, ese rostro inteligente, ese paso decidido, ese cabello tan rebelde que tan suave era al tacto,

—No deberíamos ocultarnos a nuestros mejores amigos, Atsushi —dijo él con su sexy voz grave y cortando la distancia entre ellos, le tomó de la barbilla y le besó en la boca.

El corazón de Atsushi se disparo mientras un grito nervioso inundaba la entradilla. Era el de Kyouka.

—¡Oh, sí! ¡Oh, cielos!

Akutagawa cortó el beso y girándose hacia Kyouka le advirtió con la mano:

—Ni se te ocurra hacer una foto.

Para sorpresa de Atsushi vio como ella ya tenía preparada la cámara del móvil.

—Y déjanos solos —más que una petición sonó a un orden pero ella, en vez de protestar, se rió nerviosa y se fue hacia la sala.

Akutagawa movió la cabeza.

—Tu amiga es una fujoshi, le estamos dando material para fangirlgear para mil años.

—¿Fujoshi? ¿Fangirlgear? —repitió Atsushi sin comprender.

Akutagawa frunció el labio complacido.

—Eres tan inocente, me encanta.

—No soy tan inocente —protestó Atsushi.

—Lo sé, lo de anoche en mi coche estuvo increíble.

—¿Te gustó?

—Tanto que no se me ha ido de mi cabeza en todo el día, de mis dos cabezas.

—¿Dos cabezas? —a Atsushi le costó un poco comprender cual era la segunda cabeza. Al pillarlo se puso aún más rojo de lo que ya estaba desde que Akutagawa le había besado.

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora