5. Estrategias

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Un joven con el pelo albino entró en la vivienda humilde de un edificio del este de Yokohama. Para acceder había usado una de las tres llaves que de la puerta existían.

Se descalzó y dejó la mochila en el recibidor.

Mientras se quitaba la cazadora avisó que había llegado y alguien con la boca llena le respondió.

—¡Atsushi! ¿Trajiste los chocolates con dulce de leche?

A Atsushi se le escapó una risa.

—Creía que estarías más interesado en los periódicos —continuó yendo a la pequeña sala donde Ranpo sentando en el kotatsu tenía todo el tablero lleno de envoltorios de golosinas lo que hacia casi imposible ver el portátil con el que teoría estaba trabajando.

—Lo primero es lo primero. Sin azúcar me cuesta concentrarme.

Atsushi negó con la cabeza porque Ranpo no lo necesitaba pero si no tenía dulces se ponía en plan tan quejoso que era imposible la convivencia con él.

Valía la pena además el concederle sus caprichos solo con verle la cara de felicidad con la que le dio el primer mordisco a una de las siete chocolatinas que le había traído.

Atsushi se sentó a su lado en el kotatsu y extendió el primero de los cinco periódicos que había comprado y empezó a buscar en la sección de sucesos.

—¿Dónde está Dazai? —preguntó aunque sabía demasiado la respuesta.

—Él dice que planeando el siguiente golpe, yo te digo que durmiendo a pierna suelta.

Atsushi suspiró desarmado.

—¿Por qué si yo soy el líder de la banda tengo que ir a clases a la universidad, comprar los periódicos y tus provisiones, mientras él vaguea en su cama?

—Bueno, es mi casa.

Dazai apareció en la sala con el cabello despeinado y medio bostezando, mientras se metía los faldones de la camisa en el pantalón.

Se acercó a la mesa con intención de coger una chocolatina pero Ranpo las agarró todas y las apartó para que defenderlas.

Dazai soltó una carcajada franca por el comportamiento infantil y egoísta de su compañero pero no dijo nada pues realmente no quería ninguna chocolatina, solo jugar un poquito.

Se sentó también con ellos en la mesa.

—¿Y bien? —preguntó poniéndose serio súbitamente observando el rostro frustrado de Atsushi.

—Nada.

—Mierda.

—Ya te dije que te estabas pasando con el tono burlón de los haikus —le recordó Ranpo dando cuenta de su segunda chocolatina.

—Yo también soy de la opinión de Ranpo.

—Pero si es muy ingenioso —se defendió Dazai señalándose a sí mismo y poniendo voz melodramática empezó a recitar: —Jorobado el gran detective se gira y el rubí ya no está.¿Y quién lo tendrá? ¿Lo descubrirá?...

Lo recordamos, Dazai, nos lo repetiste cincuenta veces nada más escribirlo. Pero ya ves que no tiene el efecto deseado —Atsushi levantó el periódico que estaba investigando y le mostró que ningún titular hablaba del robo del rubí.

—¿Quizá había que cambiar la perspectiva y pasar a las amenazas? —propuso Dazai poniendo el dedo índice sobre su boca como reflexionando.

Atsushi negó con rotundidad esa posibilidad.

Ahora me ves, ahora no me ves. BSD. Soukoku , Shinsoukoku. OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora