Dormir, comer, dormir, cenar y dormir. Eso es todo lo que he hecho los últimos dos días. Estoy pasando por un momento de gran confusión en mi vida. Y sí, suena raro, ¡pero es que lo es!
Bueno, mentira, una noche bajé al comedor a desayunar (sí, a las cinco de la mañana) y me encontré a una chica robando cupcakes y metiéndolos en una mochila. Desde el momento en que la ví, supe que tenía que ser amiga mia sí o sí. Así que me acerqué a ella por detrás y le iba quitando cada cupcake que ella iba metiendo en la mochila. Al final me pilló e intentó quitármelos diciéndome textualmente: ¡Mi tesooooooro!
Sip, ahora es mi amiga, es mi ídolo y hemos planeado bajar todas las noches a robar deliciosa comida con abundantes calorías. Para compensarlo, subimos las escaleras sin uso de personas que nos hicieran de caballo. Eh, eso es todo un logro. Es como una yo pero en morena. ¡Tengo un clon! En serio, adoro a Sandra.
Bueno, hoy al fin he decidido dejar de comportarme como un oso perezoso y hacer algo útil, que el verano pasa volando. Me levanto de la cama (no sé qué hora es, y para ser sincera, tampoco qué día. ¿Lunes? ¿Sabado?) y me encuentro sola en la habitación. Genial, ahora no puedo obligar a ninguna de mis sumisas a que me bajen por las escaleras. Buf, que vagancia. Me visto con unos shorts vaqueros negros de talla alta y una camiseta de la bandera de Estados Unidos. Luego me calzo mis hermosas converse rojas. Me miro al espejo, parezco un león. Con un cepillo me peino delicadamente. Bueno, eso es la expectativa, la realidad es que parezco Hulk, peine en mano, intentando alisar mi melena de león mientras grito de dolor. Tendría que haberme peinado estos últimos días... Me pongo acondicionador cuando consigo que mi pelo parezca el de alguien más o menos normal y salgo de la habitación. ¿A dónde voy? No tengo hambre así que... ¿NO TENGO HAMBRE? PAREN EL MUNDO QUE YO ME BAJO, ESTAMOS A PUNTO DE PRESENCIAR EL APOCALIPSIS.
Realmente raro. Quizás tenga empacho por las decenas de magdalenas que devoré anoche.
Alguien silva detrás mio. Ese sonido alardeante que yo jamás aprenderé a hacer. Sí, cuando intento silvar escupo. Penoso.
-Buenos días Bella Durmiente. -puaj, empalagoso. ¿Pero por qué sonrío? Seria, seria.
-Buenos días querido sumiso que cuando me encuentre con fuerza morirá entre terribles sufrimientos. -Gabriel me mira atónito. ¿He sido demasiado...eh...directa? Ups.
-Me lo tomaré como un cumplido.
-¿Qué parte, la de sumiso o la de morir?
-Mm, yo no soy tu sumiso.
-Sí lo eres.
-No.
-Yo soy tu diosa todo poderosa.
Gabriel estalla en carcajadas.
-¿Eso es una indirecta para que te baje a caballito por las escaleras?
Realmente no lo era, pero me viene de lujo que lo haya pensado.
-Veo que eres listo, cachorrito, pillas mis indirectas. -I'm the boss.
-Pues me parece que hoy no. -dice travieso.
-Pues te obligo.
Gabriel comienza a bajar por las escaleras. ¡No! No te vayas pequeño pingüino. Corro cogiendo carrerilla y salto sobre su espalda, por lo que los dos caemos de cara al suelo. Mierda.
-¿Estás bien? -pregunto ahora realmente preocupada. El ruido de su cara impactando con el suelo no ha sido muy acogedor.
-Sí, sí, estoy bien. Gabriel se levanta al tiempo que yo me quedo boquiabierta mirando un moratón gigante en su frente. -¿Por qué me miras así?
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Oh la la Paris
Teen FictionMireia y Laia son mejores amigas, y ¡por fín pueden pasar el verano juntas en París! Pero ninguna puede imaginarse lo que les espera en la ciudad del amor... Ya sé lo que estás pensando, pero ¿y si ésta no es una historia como las demás? Una novela...