Lo siento

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NARRA LAIA

Se que Mireia está llevando a cabo su plan ahora mismo, pero por más que quiera, no debo ir a ver que pasa, a ver si todo va bien.
Yo me había ofrecido a ser la enmascarada, pero Mireia no me había dejado por si aparecía Daniel y me daba una paliza. Ser una espía tampoco había sido una opción. Tenía que conformarme con esperar en la fiesta dentro del hotel hasta que Mireia apareciese.
-¿Me concedería usted un baile? -Mijaíl me tiende una mano haciendo una reverencia que parece que se ha tropezado con algo y que se va a caer al suelo. Pues eso, con mucho estilo. Sería un torpe-friki, pero era MI torpe-friki.
-Será un placer. -digo tendiéndole una mano mientras él se la lleva delicadamente a la boca y la besa. Yo me sonrojo. Luego me da una vuelta rápida y luego tira de mí saliendo del círculo donde se amontonaba la gente.
Mijaíl echa a andar dando pa vuelta al edificio, donde está la piscina. No hay nadie, y la música es como un susurro. La piscina está iluminada de colores que van cambiando, como si fuera una bola de discoteca.
-¿Cómo vamos a bailar sin música? -pregunto sarcástica.
Mijaíl saca su teléfono móvil del bolsillo y lo agita en el aire para mostrarme la solución. Sonrío como la tonta enamorada que soy.
Mijaíl le da al play y Thinking out loud comienza a sonar; m canción favorita.
Mijaíl me abraza rodeándo mi espalda con sus brazos mientras yo apoyo mi cabeza sobre su pecho.
-Te quiero. -susurra a Mijaíl en mi oido. Esas palabras que me hacen estremecer, que me hacen helar por dentro. Si hay algo que tengo muy claro es que le quiero, que le quiero más que a nada en este mundo.
-Yo.. -no me da tiempo a acabar la frase; Leo entra corriendo desde el otro lado de la verja y apoya sus manos sobre las rodillas jadeando.
-¡Leo! -grito separándome de Mijaíl, que queda un poco molesto.
-Todo...-comienza entrecortado por la falta de aire. -ha salido...a la perfección. Daniel ha aparecido, Mireia supongo que estará aprovechando a hablar con él, no me he podido quedar.
Asiento con la cabeza, aunque me gustaría saber más. Miro a Mijaíl en busca de apoyo. Sus ojos azules se clavan en los míos con compasión, y estira un brazo con el que me rodea la cintura.

NARRA MIREIA

-¡Daniel! -lo llamo jadeando; y el chico se detiene.
Un escalofrío sube por mi espina dorsal y me empiezan a temblar las manos y las piernas. El chico no avanza, ni se gira, no hace nada; se queda quieto.
Me acerco a él despacio, como si tuviera miedo a que al mínimo paso que diera, él pudiera esfumarse como en mi sueño.
Me coloqué detrás de él y alcé una mano para tocarle el hombro. En cuanto acaricio la tela de su sudadera una sensación nostálgica se apodera de mí. Llevaba tanto tiempo sin poder tocarlo...
Él se aparta de inmediato y ladea la cabeza, de modo que puedo verle un poco.
Las piernas me flaquean y mi cuerpo entero entra en pánico.
-Daniel -susurro entrecortadamente ahogándome en un mar de lágrimas.
Él vuelve a girarse por completo quedando totalmente de espaldas a mí.
-Yo...lo siento. -dice con una voz muy ronca. ¿Lo siente? ¿El qué siente? ¿Ser tan estúpido? ¿O que yo sea tan estúpida?
El chico comienza a andar a paso ligero hasta desaparecer en la oscuridad. Yo quiero ir detrás de él, quiero que me mire a los ojos y me diga que lo nuestro nunca significó nada, o más bien, que no pueda hacerlo. Quiero golpearle tan fuerte que deje de ser un idiota y que me diga qué narices está haciendo, y por qué lo hace. Quiero que me diga que solo estoy teniendo una pesadilla; que despertaré y veré a Daniel durmiendo a mi lado. Quiero que me mienta, y que me diga que esto no es real, y que él siempre va a estar conmigo.
Pero no puedo, no me quedan fuerzas para seguir luchando por nadie.
Pero no es él quien lo siente; la que lo siente soy yo.

Holaa! Bueno quería deciros que intento subir capítulo cada 5 días pero ahora comienza mi época de exámenes así que probablemente tarde un poco más ya que tengo que escribir para mis tres novelas.
Muchas gracias por los votos y comentarios!:)
Mireia.

Oh la la ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora