Extra 2

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Mark: 13 años
Jimin: 11 años

Jimin miraba con un puchero al rubio que se mantenía con el ceño fruncido y sus brazos cruzados, en definitiva no le había gustado como el pelinegro se había puesto a pelear con su amigo el castañito, Jinyoung no tenia la culpa de que su pequeño pelinegro fuera un posesivo y celoso con él.

–Hyung~

–Ahora no Jimin– soltó frívolo haciendo que el puchero de Jimin se borrara, ahora parecía que si había metido la pata y hasta el fondo.

Pero no era su culpa, el que empezó primero fue ese castaño que lo estaba molestando diciéndole una y otra vez que no le gustaba la cercanía que ambos tenían. Desde que ese castañito llego ha ocasionado que entre él y el rubio hubiera más problemas y que dejaran de frecuentar como lo hacían antes.

Ya nunca tenia tiempo para ir a su casa porque se la pasaba en la del castaño, ya no salían a parques de diversiones acompañados de su tío Namjoon, ahora él se iba con el castaño, y en las salidas del colegio siempre iban acompañado de Jinyoung sin dejarlos hablar a justo, o más bien sin dejar hablar a Jimin.

Su corazón ya no soportaba, ya estaba cansado de ser ignorado, de recibir atención a medias, estaba cansado de tratar de recuperar la amistad que antes tenia con el rubio. Él quería recuperar el cariño del rubio, quería que volvieran a ser como antes, pero, parecía mucho pedir.

Jimin con suavidad tomo su mochila donde traía su ropa de cambio después de su practica de baile, porque a Jimin le encantaba mucho el baile, pensaba que había nacido para eso y tenia el apoyo de sus padres, con eso le bastaba para hacer lo que tanto amaba.

–Bueno... me voy Hyung...– con lagrimas en los ojos le dio una última mirada al rubio que seguía ignorando su presencia, su pequeño corazón se oprimio y con el dolor instalado en su estómago salió sin siquiera decirle a su tío que se iría a casa.

Sus pequeños pies se movían con extrema tranquilidad, no quería llegar a casa, no quería hablar con sus padres, no quería llorar en los brazos de su hermana. Estaba cansado de tratar de ser fuerte ante lo que estaba sintiendo, ante lo que sucedía con Mark.

Las pequeñas y pesadas gotas bajaron como cascadas nublando su vista, ni siquiera le presto atención al pequeño aparato que sonaba en su mochila amarilla, solo dejo que las gotas bajaran haciendo a su rostro arder.

Sollozo con fuerza como su pequeño corazón se lo pedía, solo quería llegar a casa y esconderse entre los brazos de sus padres, ver películas y poder ser mimado por su hermana.

Sintió unos brazos rodear lo y brinco en su lugar asustado pero pronto pudo sentir el aroma de su padre entrar por sus fosas nasales y entonces, solo se permitió llorar mientras se aferraba al suéter de lana de su padre, llorando con amargura y dolor.

–Todo esta bien, papá esta aquí– Yoongi abrazaba a su pequeño dejando que llore todo lo que quiera llorar mientras le repartía suaves caricias en su pequeña espalda y tomaba con suavidad su mochila para dársela a Jungkook que miraba con evidente preocupación y tristeza a su pequeño.

–Me duele... duele papá...– su suave voz salia rota y eso le dolía a Yoongi que sentía el agua al borde de sus ojos, no le gustaba ver así a su pequeño.

–Juro que lo voy a matar– Eui-mi dijo entre dientes mientras se aferraba a la mano de su padre Kookie, ambos viendo a su hermano llorar entre los brazos de su padre, roto, dañado y adolorido del corazón.

Ese día Jimin no volvió a mencionar su nombre, no volvió a llamarlo, no volvió a ir a su casa, no regreso con él después de la escuela, no volvió nunca. Su corazón dolía por el cambio, pero, ya no le importaba, ya no podía soportar más.

¿Volvemos?/ Yoonkook [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora