Maldito Error

Capitulo 5 Peligro

Por fin había terminado los pendientes del día. Malachite solo había ido unos minutos para darle sus deberes y después había salido a toda prisa a una junta con los directivos de la universidad. Yaten, bueno a él simplemente no le ponía mucha atención. Veía como pasaba algunas veces, pero solo optaba por saludarlo y despedirse solo por no dejar, ante todo la educación, aunque no podía evitar sonreír al recordar como lo había dejado con la mano extendida cuando los presentaron.

Estaba con esa sonrisa burlona sobre sus labios, jugando con el bolígrafo en sus manos cuando sintió una mirada fijarse sobre ella, volteando sutilmente hacia la puerta.

—Por ahí dicen que quien solo se ríe... —ahí estaba recargado sobre el marco de la puerta con el brazo derecho con ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón de vestir y el saco entre su costado, acompañado con una seductora sonrisa sobre sus labios.

—De sus maldades se acuerda... —termino la frase poniéndose de pie, pues se había quedado en su escritorio.

—Puedes quedarte ahí maldosa

—¿Maldosa? —sonrió de una manera traviesa— yo jamás —encogió los hombros esta vez fingiendo inocencia.

Malachite no puedo evitar sorprenderse un poco, como podía pasar de chica traviesa a inocente en un segundo solo con un sensual movimiento— Creo que hasta no ver no creer —continúo acercándose para saludarla con un beso en la mejilla mientras colocaba las manos en sus brazos, sintiendo como su blusa sin mangas le permitió disfrutar su tersa piel.

—Me considero más "traviesa" —dijo en un tono suave y seductor— que maldosa —sintiendo como besaba perfectamente su mejilla derecha, no solo como un roce sutil como suelen ser los saludos de beso.

—Única... —concluyo sonriéndole mientras se separaba ligeramente de ella, retomando su un tanto reducido espacio personal, viendo como respuesta una sonrisa de Mina que un segundo después se dio la vuelta quedando se espaldas a él para comenzar a recoger sus cosas— ¿Estas ocupada esta noche? —pregunto sin titubear viendo cómo se quedó quieta un segundo al escucharlo, para después continuar.

—Mmm no... —dijo algo nerviosa sin querer verlo aun dándole la espalda. Podía sentir su mirada penetrante, era tan fuerte que podría sentirla a un a un kilómetro— ¿Necesitas que te ayude a algo? —presiono sus parpados, esperando su repuesta.

—Si, pero no quiero que dejes de ir a tu trabajo por mi culpa, así que ¿te parece si paso por ti cuando salgas? —se recargo en su escritorio contemplándola de pies a cabeza, dándose cuenta lo bien que le quedaban esos jeans ceñidos a sus caderas y muslos, dejando un poco entrever su cintura al subírsele un poco su blusa.

—Sí, está bien —prefirió no pensarlo, así no se negaría, por fin volteo viéndolo más que entretenido contemplándola— Bueno tengo que irme, hasta más tarde —la verdad es que le sorprendió que la viera de aquel modo, así que se acercó para despedirse de él, lo cual no le costó ya que al estar prácticamente sentado sobre su escritorio le fue fácil de alcanzar ya que siempre era él quien se tenía que agacharse un poco debido a su imponente estatura.

—Paso a las ocho —respondió correspondiendo aquel beso, colocando por instinto su mano sobre su cintura. Sintiendo lo que acaba de contemplar, su piel descubierta, percibiendo que era un más suave de lo que ya se veía.

Mina sintió como se le erizo la piel al sentir su mano fresca contrastar con su piel cálida, quedándose solo observándolo algo ida por unos segundos, recordando su comentario— Si a las ocho esta perfecto. Adiós —separándose de él para salir a toda prisa.

Prácticamente corrió para salir de la universidad, mejor así no sentiría como la sangre le hervía las hormonas solo de recordar sus labios sobre su mejilla, su mirada sobre sus caderas y sus manos sobre su piel— Dios mío ese hombre me está volviendo loca —pensó comenzando a correr rumbo al restaurante, para dejar que el aire fresco le bajara todas aquellas emociones que comenzaban a jugar con su razón—