Capitulo 13 Cumpleaños

265 32 34
                                    

Mina pasó una navidad de lo más hermosa y tranquila. Le encantaba ese día y más al glotón de su hermano pequeño Sam que no solía dejar rastro de comida, aunque a la mañana siguiente amaneciera con dolor de estómago. Mientras a Caro le enloquecían los obsequios navideños. Tal vez no eran regalos lujosos ni caros, pero cada uno disfrutaba el suyo que era dado con mucho cariño. Ese año sus hermanos estuvieron despiertos más tarde de lo que solían aguantar, fue ahí que Mina se daba cuenta como sus pequeños iban creciendo tan rápido. Caro era casi una adolescente negándose a crecer comportándose como una niña a veces inmadura pero muy dulce y Sam su "pequeño adulto" siempre tan formal y responsable para su edad.

Cuando todos se fueron a dormir Mina permaneció unos minutos más sentada frente al árbol navideño, pensando en lo extraño que había sido ese año y todo lo que había vivido. En especial con dos apuestos hombres que se fijaron en su mente; por un lado, estaba Malachite que era indispensable para ella, lo quería, lo necesitaba y por otro lado Yaten que era alguien mágico y enigmático que no había día que no pensara en él.

Mina odió a Malachite por no ser lo suficientemente fuerte en sus pensamientos para no dar cabida a nadie más y odió más a Yaten por empezar a ser tan importante para ella tanto o más de lo que era Malachite. Sabía que aquello no la llevaría a nada bueno, pero no podía evitarlo.

Había llamado a Mal por lo menos una vez al día cada que Yaten se apoderaba de sus pensamientos, pero él parecía tener el móvil apagado y esa noche en un arranque de desesperación hizo lo mismo, aunque tal vez no le sorprendió que él resultado fuera el mismo. Así que se prometió a si misma que no lo volvería a buscar o llamar el resto de las vacaciones, después de todo lo vería tarde o temprano en la Universidad. Tal vez al que debía en realidad llamar y seguro contestaría seria a Yaten, pero no eso no lo haría, no en ese momento. Tal vez al día siguiente o días después para avisarle del cumpleaños de su hermanita. Sin más prefirió ir a la cama a dormir, demasiados pensamientos de hombres por él día de noche buena.

S*M

Los días pasaron tras la hermosa navidad. Mina a decir verdad agradeció el poder ver a Yaten aquella tarde, ya estaban de vacaciones así que prácticamente no lo veía desde aquel día en la Universidad cuando Malachite casi se daba cuenta que entre ellos no había tanto "desprecio" como aparentaban.

—Ya debería ser hora —se dijo a sí misma la rubia mientras se abrazaba esperando en el jardín delantero de su casa. Adentro las cosas estaban casi listas y temía que Caro saliera y se arruinaría parte de su regalo— ay Yaten ¿Por qué no llegas?

—¿Esperas a alguien? —preguntó a sus espaldas el platinado, pues había dejado el auto algo alejado ya que no encontraba un lugar donde estacionarse y al verla toda apurada no pudo evitar sonreír con cierto aire de maldad.

Mina sonrió al escucharlo, pero borro su sonrisa antes de voltear— Si a mi sapo para besarlo y convertirlo en príncipe azul —volteó diciéndole sarcástica— pero como llego tarde lo dejare como sapo

—Pero yo no te dejare como rana —Observó a todos lados y al no notar a nadie alrededor la tomó de la cintura— ves como soy bueno contigo

—Si es lo que me encanta de ti —dijo con una sutil sonrisa entre sarcástica y realista.

—Lo sabía —sin esperar respuesta la atrajo más a su cuerpo y acercó su rostro al de ella para a besar suavemente sus labios.

Sonrió sutilmente al sentir aquellos suaves y ligeramente húmedos labios. Tan deliciosos como recordaba, correspondió aquel beso por un segundo antes de recordar donde estaba— Oye aprovechado —dijo separándolo con una sonrisa— si tuviera un rottweiler le diría que te comiera, pero ya que no... —lo golpeó sutilmente en el brazo— vamos que mi regalo se arruinara

Maldito ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora