Capítulo 3
Me concentré en las teclas. Miré la partitura, cerré los ojos unos segundos y dejé que la melodía dulce fluyera. Me encantaba esa canción, no solo porque fuera una de mis creaciones, sino porque tenía un gran significado para mí. La había escrito hacía unos meses atrás, poco después de reencontrarme con unas viejas compañeras del instituto.
Canté, canté la letra con ímpetu, con fervor, sintiendo cada sentimiento en mi propia piel. Al acariciar la última tecla, una lágrima solitaria descendió por mi mejilla. Esa canción era tan personal que no sabía si estaba haciendo lo correcto mostrándosela a mi profesora.
Al acabar, me enderecé y me volví hacia Ava Draw, aquella mujer que no superaba los treinta amante de la música. Me encantaba su pelo rubio platino, más cuando lo llevaba recogido y mostraba el tinte de color arcoíris. Sus ojos almendrados me recorrieron el rostro. Su silencio me torturaba. En un acto inconsciente, me retorcí los dedos.
—Antes de que digas nada —me adelanté, asfixiada ante su silencio ensordecedor— quiero que sepas que no está acabada. Me falta pulir los últimos acordes.
Se tocó el mentón con aire pensativo.
—Me gusta la letra. Está cargada de significado. Ya sabes que si quieres grabarla para uno de tus vídeo en YouTube, podemos hacerlo. El estudio está siempre a tu disposición. Solo debes avisarme.
Me mordisqueé la mejilla interna.
—No sé yo. No tengo tan buena voz. ¿Quién querría escuchar a una cantante transgénero?
Como todas las veces que usaba ese argumento, puso los ojos en blanco. Y es que llevaba intentando convencerme para que grabara mis canciones desde que se enteró que componía, pero en parte me daba cierta vergüenza que los demás las escucharan. Una cosa era tocar para mí y cantar en grupo en los concursos regionales y otra muy distinta era destacar. Odiaba ser el centro de atención. De pequeña lo era y lo pasé fatal; no quería que la gente me mirara y me señalara con el dedo como si fuera un bicho raro nunca más.
—Como quieras. Es una pena que se desperdicie el talento que tienes. En fin, creo que tienes buen oído musical.
Y, a continuación, me comentó su opinión y qué posibles cambios podría hacerle a la melodía. Cuando terminó, tenía la hoja del cuaderno llena de apuntes.
—Gracias. ¿Te importa si me quedo un rato más? Quiero poner en práctica lo que me has dicho.
Ava hizo un leve asentimiento con la cabeza.
—Puedes quedarte el tiempo que quieras. El taller dura tres horas, pero yo me quedo hasta casi las nueve.
Me dejó a mi aire junto al piano. Fui retocando la melodía en función iba tocándola una y otra vez. Me encantaba componer. Era una parte esencial del mí misma. Llevaba escribiendo canciones desde los once años, aunque antes ya creaba pequeñas sintonías al piano cuando me aburría.
ESTÁS LEYENDO
Destiny. Escucha mi voz (Serie «Chicas guerreras» 2) (#PGP2021)
ChickLit¡El 17 de noviembre de 2022 en papel de la mano de la editorial Montena. PREMIO JAÉN DE NARRATIVA JUVENIL 2022. Un sueño inalcanzable. Un amor imposible. Y una chica dispuesta a todo para cumplir sus metas. Destiny está dispuesta a darlo todo para t...