Capítulo 4

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Capítulo 4

No podía dejar de mirarla de reojo

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No podía dejar de mirarla de reojo. Era tremendamente sexy, una bomba de la sensualidad. No era la primera vez que me había imaginado empotrándola contra una pared, acariciando sin ningún pudor su piel mientras la devoraba con devoción.

Destiny me ponía a mil solo con una mirada. Mis ojos iban a su boca cada vez que se mordía los labios. Mi respiración se aceleraba cuando estábamos juntos. Su perfume femenino, de un olor a flores suaves, me cautivaba. Todo en ella me atraía.

La vi mordisquear el capuchón del bolígrafo con aire distraído y una imagen de ella arrodillada con la cara enterrada en mi entrepierna nubló cada uno de mis sentidos.

Vale, será mejor que no vayas por ahí, me aconsejó una vocecita en mi interior. Piensa en un prado verde, el fresco, las flores a tu alrededor...

Me fue imposible que en esa imagen se colara cierta rubia, tumbada a mi lado, leyendo uno de sus libros. En mi mente le acariciaba el cabello con aire distraído mientras también leía a su lado, sumido en mi propia aventura literaria. Qué sencillo sería todo en esa estampa, poder confesarle todo lo que provocaba en mí.

Pero, en mi mundo, las cosas no eran tan sencillas, no cuando Destiny era territorio prohibido.

Me costaba mucho seguir las palabras del profesor. Llevábamos más de media hora de clase y ni me había enterado de misa media.

A mi lado, Connor me dio un codazo.

—¿Necesitas un pañuelo?

Lo miré sin comprender.

—¿Para qué?

Una sonrisa burlona se extendió por toda su cara.

—Para limpiar el charco de baba que estás dejando en la mesa.

Lo fulminé con la mirada.

—No estoy babeando.

—Entonces, ¿por qué no dejas de mirar a ya-sabes-quien?

Tensé la mandíbula.

—Eso no es cierto —susurré quizá un poco más alto de lo que pretendía.

Mientras una de sus cejas se alzaba, Maxwell se volvió hacia nosotros. Con una sonrisita malvada, se puso del bando de Connor.

—Si estáis hablando de su crush, quiero saberlo todo.

Resoplé.

—No tengo una crush.

Ambos pusieron los ojos en blanco.

—Ahora me dirás que... —Hizo una pequeña pausa, se volvió a mirar descaradamente a Destiny y volvió a centrarse en nosotros. Su gesto se amplió aún más cuando dijo—: Tío, llevas pillado de florecitas desde hace más de dos años. ¿No crees que es hora de dar el primer paso?

Destiny. Escucha mi voz (Serie «Chicas guerreras» 2) (#PGP2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora