¡El 17 de noviembre de 2022 en papel de la mano de la editorial Montena.
PREMIO JAÉN DE NARRATIVA JUVENIL 2022.
Un sueño inalcanzable.
Un amor imposible.
Y una chica dispuesta a todo para cumplir sus metas.
Destiny está dispuesta a darlo todo para t...
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—Este es el lugar ideal para grabar ese tik tok del que hablábamos. A estas horas no suele haber nadie. Podríamos venir mañana y grabarlo en un momento, ¿qué os parece el plan?
Miré el parque que había al lado de la casa de Venus y Destiny con desgana. Hacía dos días que la había vuelto a besar, que ella me había besado para después largarse así como así. Había sido tan mágico, o así lo había sentido yo. ¿Qué mosca le habría picado? ¿A qué venía eso de «No puedo. No estoy lista»?
Lo peor de todo es que sabía que me estaba ignorando. No me respondía las llamadas y ni siquiera leía mis mensajes. Y cuando quería acercarme a ella en clase, siempre tenía una buena excusa para huir de mí. Tampoco me hablaba, pese a que estábamos sentados el uno al lado el otro.
No entendía qué podría haber hecho mal. ¿Tan malo habría sido el beso? ¿La habría ofendido de alguna manera?
Por una sola vez había creído que sí podría corresponderme; pero tras haberle confesado lo mucho que me gustaba, una mínima parte de lo que en realidad siento por ella, y tras haberla besado, se había ido. Creía que podría gustarle.
Lo que más me estaba rallando era el que me ignorara. Lo que menos quería era que por un estúpido beso se rompiera nuestra amistad. Si solo podía ser su amigo, lo sería, por mucho que me doliera verla en el futuro salir con otros tíos.
Estuve tentado en plantarme en su casa, pero en vista de que no me atendía y de que tampoco me hablaba, pensé que no sería una buena idea. No insistiría. Sabía cuándo una mujer sentía verdadero interés en mí y estaba claro que con Destiny no era el caso.
Si tan solo dejara de ignorarme y volviéramos a eso que teníamos antes.
Un manotazo me devolvió al mundo real.
—Jordan, ¿quieres hacer el favor de escucharnos? Llevas en la Luna un buen rato.
—Dirás, en el mundo de Destiny —apuntilló Connor con una sonrisa mordaz.
Los miré con cara de pocos amigos. No estaba de humor para esas cosas. Bastante tenía con mis propios dramas internos.
—Perdonad por tener una vida propia. Siento si las niñas se han ofendido.
Maxwell me escaneó de arriba abajo.
—Vale, llevas con esta actitud de mierda desde esta mañana. ¿Qué ha pasado? Y no me vengas con que no ha pasado nada porque nos conocemos muy bien.
Resoplé.
—Estoy bien.
—Perdona que te lo diga, pero lo que se dice bien no estás. Ya estás soltando prenda.
Ellos tenían razón. Estaba teniendo un día de perros y eso se debía a que aquella noche Destiny me había dejado plantado, sin darme ninguna respuesta de si le gustaba o no. Había huido tras esos besos intensos que habían puesto mi mundo patas arriba.
