¡El 17 de noviembre de 2022 en papel de la mano de la editorial Montena.
PREMIO JAÉN DE NARRATIVA JUVENIL 2022.
Un sueño inalcanzable.
Un amor imposible.
Y una chica dispuesta a todo para cumplir sus metas.
Destiny está dispuesta a darlo todo para t...
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Me encantaban las fiestas de pijama. Venus nunca había sido la clase de chica a la que le gustase pintarse las uñas, experimentar con maquillajes raros que habíamos visto en YouTube, hablar de chicos o simplemente ver una película ñoña. Por eso agradecía a la vida que hubiese puesto en mi camino a Phoenix. Pese a su apariencia de hombre fuerte en realidad era un osito cariñoso.
Esa noche, tras la fiesta, vimos Pretty Woman por vigésima vez mientras devorábamos toda clase de porquerías: bolsas de patatas fritas, gominolas, palomitas e incluso un plato de nachos con queso y guacamole que había preparado esa misma tarde para la ocasión. Acurrucados como estábamos, parecía más bien una cita romántica que una quedada de amigos; qué suerte que no fuera una mujer de ideas cerradas.
—Esto es tan romántico —suspiré con ojos soñadores.
—A ti todo te parece romántico. Asúmelo, eres una romántica empedernida.
Le tiré un beso.
—Viene con el pack, querido —solté con todo mi descaro señalándome—. Soy preciosa, tengo sentido del humor y soy muy romántica.
Phoenix chasqueó la lengua.
—Lo que eres es una vanidosa, rubia. —Me tiró del pelo con cariño.
Le saqué la lengua como una niña pequeña resentida.
—Añádelo a la lista si quieres.
Me acomodé sobre su pecho mientras continuaba viendo la escena que se desarrollaba en la pantalla. Pero mi vista no duró mucho, puesto que mis ojos se fueron a él abiertos de par en par cuando formuló:
—¿Ha pasado algo que deba saber antes de que os encontrara a ese tal Jordan y a ti?
No pude evitar sentir calor en mis mejillas. De repente, era esa niña torpe que temía meter la pata. Me preguntaba qué pasaría si le contaba lo que había ocurrido, pero es que me daba tanta vergüenza que decidí callarme. Además, Phoenix sabía lo colada que estaba por Jordan. ¿Sabéis cómo habría reaccionado si le contaba que me había liado con él, que había deseado incluso que me llevara a su casa para seguir con nuestra sesión de besos no apta para menores? Se habría reído de mí; me habría empujado a abrirme a exponerle mis sentimientos cuando aún no estaba lista.
—No ha pasado nada —mentí.
Por supuesto, Phoenix no me creyó. Analizó mi rostro con detenimiento hasta arquear una ceja con aire inquisitivo.
—Ah, ¿sí? —Acercó la cara a la mía, con los ojos llenos de curiosidad—. Entonces, ¿por qué parecía que os estabais comiendo con la mirada? Lo mirabas con unas ganas de tirártelo que nunca había visto en ti.
Mascullé una maldición para mis adentros.
—Chorradas.
—Tú y yo sabemos perfectamente que no son ninguna chorrada. ¡Si era con el mismo tío con el que has estado coqueteando!
