Capítulo 25
La muerte de Phoenix fue como una cuchillada en la tripa. Habían abierto mis entrañas, me las habían arrancado y habían jugado con ellas delante de mis narices. Era mucho más que mi mejor amigo; era el hermano que nunca tuve, a quien siempre recurría cuando tenía un problema o alguna duda.
Saber que no volvería a verlo me estaba matando por dentro.
Phoenix se había quitado la vida esa misma tarde. Encerrado en el garaje de sus padres, había usado monóxido de carbono para dejarme sola en un mundo que cada vez me gustaba menos. Lo peor de todo fue enterarme que llevaba más de un año luchando contra el trastorno depresivo. El no contar con el apoyo de su familia, que discutieran cada vez más, los acosos tránsfobos que sufría... Todo había sido el detonante. O eso habían dicho los médicos.
Solo sé que aquel martes de casi finales de febrero me tuve que despedir de quien fue un gran amigo. Vestida de oscuro, acudí a su funeral acompañada de Jordan, Venus, Maxwell y Connor, todos ellos mostrándome con su presencia que podía contar con ellos. Lloraba en silencio, triste. ¿Cómo se supera algo así? Mi hermano del alma ya no estaba conmigo. Jamás volvería a escuchar su risa, ni sus quejas, ni sus chistes malos. Jamás volvería a abrazarle ni haríamos las fiestas de pijama que tanto nos gustaban.
Llovía a mares. El cielo estaba cubierto de un manto de nubes oscuras. Mientras el pastor soltaba un discurso desganado, yo no podía hacer otra cosa que no fuera mirar el agujero por el que pronto se iría Phoenix. Estaba helada. No podía decir nada. Apagada. Muerta en vida.
Por desgracia para el colectivo LGBTQ, la tasa de suicidio sumaba más del treinta por ciento en los jóvenes en comparación con los chicos y chicas cis heterosexuales. Había tantas causas que podían provocar estos actos suicidas: el abuso psicológico, sexual y/o físico al que nos veíamos expuestas las personas LGBTQ debido a nuestra identidad de género y orientación sexual; y peores indicadores de salud mental, como puede ser el trastorno depresivo, la ansiedad, el abuso de sustancias nocivas y las conductas autolesivas.
Vivíamos en una sociedad juzgadora, donde cada persona se creía que podía opinar sobre lo que le saliera de la punta de las narices. Vive y deja vivir, como muchas veces me había repetido mi querido Phoenix.
—Hoy la familia Matthews ha perdido un hijo, pero Dios ha ganado un aliado —escuché que decía el pastor—. Allá donde vayas, Phoenix, él siempre estará contigo, como tú lo estarás con nosotros. Te has ido en cuerpo, pero tu espíritu seguirá aquí con nosotros, recordándonos quién eras.
Su madre lloraba a moco tendido mientras su padre la aferraba contra su pecho. Su hermano pequeño, en cambio, mostraba un rostro inexpresivo. ¿Acaso se haría el duro cuando su hermano mayor había muerto?
—Creo que voy a vomitar de un momento a otro —murmuré con un nudo en la boca del estómago.
Estaba siendo demasiado.
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Destiny. Escucha mi voz (Serie «Chicas guerreras» 2) (#PGP2021)
ChickLit¡El 17 de noviembre de 2022 en papel de la mano de la editorial Montena. PREMIO JAÉN DE NARRATIVA JUVENIL 2022. Un sueño inalcanzable. Un amor imposible. Y una chica dispuesta a todo para cumplir sus metas. Destiny está dispuesta a darlo todo para t...