¡El 17 de noviembre de 2022 en papel de la mano de la editorial Montena.
PREMIO JAÉN DE NARRATIVA JUVENIL 2022.
Un sueño inalcanzable.
Un amor imposible.
Y una chica dispuesta a todo para cumplir sus metas.
Destiny está dispuesta a darlo todo para t...
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«Me gusta este chico».
Sus palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza en bucle mientras ella no dejaba de mirarme de esa manera que ponía mi mundo patas arriba. Estaba guapísima. Se había cambiado de ropa y ahora llevaba un vestido precioso de tonalidades oscuras que resaltaba sus pechos. No sé cómo me había podido contener durante la velada cuando frente a mis narices tenía a una diosa de la tentación que me incitaba a pecar. Y sus labios, sus labios me atraían como un imán.
Jamás había deseado besar a nadie tanto.
Terminamos las pizzas y la botella de vino entre anécdotas infantiles. Me gustaba estar con ella también. Todo era mucho más fácil, mucho más colorido, cuando la tenía a mi lado.
—Voy a por el postre —dijo tras haberse acabado la cena.
Se levantó de la silla y fue a la cocina. En ningún momento aparté los ojos de ella, no podía. Su cuerpo era una adicción para mí. Me fue inevitable posar los ojos en su trasero, ese que había podido tocar hacía apenas un par de semanas atrás. Se me puso dura solo de pensar en nuestros besos, en cómo había jadeado en mi boca, lo sexy que había sido y las ganas que tenía de que se repitiera.
Volví a la realidad en cuanto Destiny chasqueó los dedos delante de mí.
—Eh, te has quedado en las nubes.
—Perdona, solo estaba pensando. ¿Dónde estábamos? Ah, sí, en el postre —manifesté con la voz ronca a propósito. Quería provocarla.
Sonreí victorioso cuando sus mejillas se tiñeron de rosa.
—¡Lo has hecho a propósito!
Reí con maldad.
—Por supuesto. —Le guiñé un ojo—. Me encanta lo mona que te pones cuando te sonrojas.
—Eres malo.
—Te encanta que lo sea, rubita.
No dijo nada más, pero le dio un mordisco provocador a su cupcake. Dios, mi erección no iba a decrecer si me mandaba mensajes como esos. Necesitaba pensar en frío: en la nieve, la Navidad y en Destiny vestida en un disfraz de Mamá Nöel sexy...
Vale, esto de pensar en frío se te está yendo de las manos.
—¿No los pruebas? Están realmente buenos.
Ver cómo su lengua lamía el glaseado causó estragos en mí. Una parte se la imaginó de rodillas, con la cabeza metida entre mis piernas y la boca enterrada en mi polla.
¡Joder!
Tomé un buen sorbo de lo que me quedaba de vino en la copa en un intento por calmar mis pulsaciones alborotadas.
