¡El 17 de noviembre de 2022 en papel de la mano de la editorial Montena.
PREMIO JAÉN DE NARRATIVA JUVENIL 2022.
Un sueño inalcanzable.
Un amor imposible.
Y una chica dispuesta a todo para cumplir sus metas.
Destiny está dispuesta a darlo todo para t...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Bien, esto ya está. Solo nos queda hacerte la entrevista final. ¿Dónde querías hacerla? —me preguntó Maxwell un par de semanas después. Él y su equipo me habían seguido durante los últimos días para grabarme tocando el piano, el violín y la guitarra y cantando, sobre todo cantando. Me habían pedido que preparara un par de covers. Sinceramente, no las tenía todas conmigo, pero me había comprometido y jamás faltaba a una promesa.
Me metí las manos en los bolsillos de la chaqueta y me balanceé hacia delante y hacia atrás.
—Me gustaría que fuera en el taller. Allí estoy en mi salsa y, además, ya me he tomado el atrevimiento de pedirle permiso a mi instructora para que nos deje el espacio.
Jordan me lanzó una miradita cargada de orgullo.
—Esa es mi chica. Siempre precavida.
Un ligero rubor cubrió sus mejillas.
—Me ha dicho que podemos usar las instalaciones antes del taller o después. Solo tenéis que decirme cuándo grabaremos la entrevista final.
Maxwell se rascó la barbilla con aire pensativo. Llevaba el pelo más corto que la última vez que lo había visto y la barba de tres días marcaba sus rasgos masculinos.
—¿Cuándo decías que ibas al taller?
—Todos lo lunes, miércoles y viernes de cinco a ocho y los sábados de once y media a una y media —recité de memoria.
—Este jueves podríamos hacerlo. Diría de grabar mañana, pero es demasiado precipitado y hay un par de cosas que me gustaría tener bien pensadas.
—Los jueves no puedo.
Todos los jueves iba a la Asociación Pride.
—¿Y el sábado antes de que empiece el taller?
—Tampoco puedo.
Durante la semana iba dos veces a esa asociación para socializar con otros chicos y asistir a diversos talleres que impartían. Esa semana había uno muy interesante sobre el sexo y el colectivo LGBTQ y otro sobre cómo hacerle frente al acoso.
—Ya veo. ¿Sábado por la tarde?
Venus chasqueó la lengua.
—Tienes que grabar el partido de las Golden Scorpions, ¿recuerdas?
—¡Joder! Es verdad. Se me había olvidado. ¿Podrías hacer una excepción, Des? Quiero tener todo el material grabado para final de semana. La edición me lleva unas horas.
Hice una mueca.
—Lo siento, pero no puedo. Tengo que ir a la asociación esos dos días para... —me empecé a excusar, pero me detuve en seco al escuchar mis palabras. Mierda, había metido la pata hasta el fondo.
