Ya se ha acabado el primer curso de mi vida en Hogwarts. Hoy nos dan las vacaciones y estamos todos en el comedor, esperando a que den (otro) discurso, para poder irnos. Sinceramente, no sé a donde voy a ir; me quedaré en algún hotel mágico o le pediré a Pansy que me deje quedarme en su casa.
-Dicho esto... ¡Que paséis buen verano todos! -dijo Dumbledore finalizando el discurso. Segundos después, el comedor pasó de ser tranquilo, a parecer un partido de Quiddich; todo el mundo estaba de pie, apelotonados intentando salir por la puerta principal para irse a sus casas con sus familias-
A diferencia de los demás, yo me quedé sentada; esto lo notó Fred y se acercó a mi.
-¿Porque no vienes, princesa? -Si, me había quedado con ese apodo, pero me daba bastante igual, de hecho me gustaba. Fred y yo no hemos tocado más el tema del beso, por más que yo no quiera, solo somos amigos... Nos llevamos genial ahora, es mi mejor amigo otra vez y estamos muy unidos. Nadie sospecha nada, estamos todo el día juntos, pero como amigos. Pero el no sabe que yo sigo sintiendo algo por el... y no es precisamente amistad.
-Ah, tengo que esperar a hablar con Dumbledore, porque no tengo a donde ir. Ay, eso a sonado raro -me reí por lo bajo y el me miró sorprendido-
-Idiota, ¡habérmelo dicho! Ven -me agarró de la muñeca y me llevó hacia donde estaban sus hermanos, Harry y Hermione. Fred les contó lo que pasaba y con un movimiento de varita hizo que un baúl con mis cosas apareciera delante mío. Yo le miré con una sonrisa a lo que él me respondió revolviéndome el pelo.
Después de un largo viaje en bote llegamos a el expreso. Me despedí de Draco y de Pansy y me subí al tren junto con mis amigos los leones. Encontramos dos vagones vacíos al fondo del tren, y como no cabíamos todos en uno, nos dividimos en 2 grupos. En un vagón estaban Harry, Ron, Hermione y Ginny, y en el otro estábamos Fred, George, Lee, que se había unido a nosotros, y yo. George y Lee se sentaron en un sillón, y Fred y yo en otro.
Hablamos de temas varios hasta que me aburrí de esa conversación y decidí empezar a cantar una canción en mi cabeza. En mi cabeza tenía todo un karaoke montado, pero desde fuera se me veía seria mirando a un punto fijo de la pared, como si fuera lo más interesante del mundo. De repente, salgo de mi propio concierto privado porque George chasquea los dedos en frente de mi cara con una sonrisa burlona.
-¡Eh! ¿Tu que opinas? -dijo el, esperando una respuesta por mi parte-
-Yo... em.... ummhh... si, claro que si... -pare para pensar mi respuesta- Perdona, ¿de que estabais hablando? -Los 3 chicos de mi alrededor se rieron y George negó con la cabeza.-
Empecé a tener sueño, así que deje caer mi cabeza sobre el hombro de Fred, a lo que este sonrió y me acaricio el pelo. Yo suspiré y cerré los ojos, y el solo miró por la ventana. Lee y George hablaban animadamente del Quiddich hasta que pasó la señora del carrito.
-¿Queréis algo del carrito, jóvenes? -preguntó dulcemente la señora y Fred y yo negamos, pero Lee y George se levantaron a elegir que comprarse.
*Narrador externo*
Los dos chicos tardaron más de 20 minutos en comprar y lo siguiente que vieron al entrar a el vagón fue a T/N dormida con la cabeza apoyada en el pecho de Fred y a Fred dormido también con la cabeza apoyada en la ventana y una mano en el pelo de la chica. Los dos se veían muy tiernos, así que George decidió hacerles una foto con la cámara muggle que les habían regalado sus padres años atrás, y que siempre llevaba consigo. George era el único que ( antes ) sabía que Fred y T/N no tenían solo una amistad, o que por lo menos no querían; el sabía que T/N estaba enamorada de Fred por solo como lo miraba cada vez que salía de un partido de Quiddich, y sabía que Fred también estaba enamorado de ella, pues conocía muy bien a su gemelo y para él era fácil descifrar sus emociones.
Para no hacer ruido, decidieron irse con Harry, Hermione, Ron y Ginny al otro vagón, y así enseñarle la foto a todos de paso.
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𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕝𝕚𝕣𝕣𝕠𝕛𝕠 - 𝔽𝕣𝕖𝕕 𝕎𝕖𝕒𝕤𝕝𝕖𝕪
Romance-M-Me perdonas?... -pregunté con vergüenza evitando su mirada- Él se rió tiernamente y sé acercó a mi besándome cortamente en los labios. -Creo que ya sabes la respuesta -respondió con una sonrisa, esa que me causaba tanto en tan poco La historia d...