Entramos a la acogedora casa y una señora bajita y pelirroja nos recibió con cariño.
-¡¡¡Mis niños!!! ¡¡¡Que alegría veros!!! - abraza a cada uno de sus hijos, después a Hermione y a Harry y a mí se me queda mirando extrañada, aún que me dedica una enorme sonrisa - ¡Hola! Soy Molly, querida, ¿y tú eres...?
-A-Am... y-yo... - No podía hablar de lo nerviosa que estaba, así que Fred me interrumpió -
-Mamá, esta es T/N, mi novia - dijo mirándome con una sonrisa, aún que al ver que me había vuelto a poner la lentilla, suspiró -
-¡¡¡Ay!!! - Molly se acercó a mi y me abrazó fuertemente - ¡¡¡Tu eres la chica de la que tanto me ha estado hablando Fred!!! ¡¡¡La chica de Slytherin!!!
-Si, lo siento... - dije con una mueca en la cara -
-¡¡¡No digas tonterías!!! ¡No pasa nada! ¡Ven aquí! ¡Vamos, querida, pasa! No tengas miedo - pasamos adentro de la casa y, como Fred se sentó en el sofá, yo me senté junto a él. Fred pasó su brazo por mis hombros y me medio abrazó -
-Te lo dije - dijo el, con aire de superioridad -
-¿El que? - pregunté -
-Que le caerías bien. Mi madre es muy cariñosa, y mi padre también, solo que luego lo conocerás
-Me temía lo peor - reí yo - una vez conocí al padre de Draco y madre mía, que amargado es - rodé los ojos y Fred se rio -
-Ven, te enseño tu habitación - me cogió de la mano y me llevo a la habitación en la que dormiría junto a Ginny y Hermione. Después de un pequeño recorrido por la casa, Molly nos llama para ir comer -
La ayudamos a poner la mesa y después de hablar unos minutos, nos pusimos a comer.
-Y bueno, T/N, cuéntanos de ti, querida - dijo Molly sonriente -
-Em... bueno - estaba muy nerviosa - yo vivía en Francia, por que mi madre era de ahí, pero luego me tuve que venir aquí con mi padre y - Molly me interrumpió con una pregunta que no me agrado para nada -
-Ah, ¿y quien es tu familia? - preguntó con su típica sonrisa encantadora -
-Y-Yo... - miré a Fred preocupada y este solo me sonrió, así que trague saliva muy fuertemente -
-T/N, quítate la lentilla - me animo Fred con una sonrisa -
-¡No! Quiero decir... no... - Vale, ya estaba más nerviosa de lo planeado. Esto no me gustaba un pelo -
-El padre de T/N es Grindelwald y lleva una lentilla por que ha heredado el ojo blanco de su padre, y le da miedo no caeros bien por eso - explicó George, para después, mírame sonriente -
-¡Ay, cariño! ¡No te preocupes! ¡Estoy segura de que no eres igual que tu padre! ¡Nunca te juzgaríamos por tu familia! - me sonrió comprensiva, aliviando todo el estrés que había generado en unos segundos -
-Gracias - agradecí tímida y me quite la lentilla para guardarla - Por cierto, ¡la comida está buenísima!
-¡Ay! ¡Así da gusto cocinar para alguien! ¡Niños, aprended de ella! - Todos nos reímos por lo que había dicho Molly -
-¡Ya te quiere a ti más que a nosotros! - exclamó Ginny, logrando que todos volviéramos a reír mientras la señora Weasley decía que "a todos por igual" -
Después de terminar de comer y recoger la mesa, nos sentamos en el sofá a hablar, hasta que llegó la noche, y, después de cenar , Fred se sentó en el sofá y yo me tumbé en sus piernas.
-Mañana viene mi padre, hoy está de guardia en el ministerio - explicó Fred -
Yo cerré mi libro y levanté la cabeza para mirarle - Tengo ganas de conocer a todos los Weasley, aún que no me cabe duda de que tú eres el más guapo - Fred rió tiernamente, me cogió de la barbilla y me besó. El ruido de otro libro cerrándose hizo que nos separásemos para ver a George con cara de asco, levantándose del sillón en el que estaba sentado -
-Iugh, ¡iros a un hotel! -dicho esto, salió del salón, dejándonos a Fred y a mi riendo-
-Fred, tengo sueño, creo que me iré a dormir - me levanté del sillón y le di un beso en la mejilla - Hasta mañana, Fred
-Hasta mañana - se despidió con una sonrisa -
Subí por las escaleras hasta llegar a mi cuarto, y en cuanto rocé la cama, me quede profundamente dormida.
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3 de la mañana. Me he despertado por que hay tormenta, y les tengo un miedo horrible. Siempre que hay tormenta, desde los 5 años tengo el mismo sueño recurrente, más bien, la misma pesadilla, por que veo a mi padre matando a gente inocente, o muggles, torturándola junto a unas personas aparentemente muy refinados; al final del sueño, mi padre se gira y me mira, para después lanzarme un avada kedabra son importarle nada. Me desperté llorando y sudando. Me levanté rápidamente de la cama y bajé al baño para refrescarme la cara, repitiéndome una y otra vez que era solo un sueño, aún que en verdad no lo parecía. A lo que en verdad le tenía miedo era a pensar que mi padre, mi propio padre sería capaz de matarme algún día. No aguante más y me dirigí a la habitación de Fred. Toque a la puerta sin hacer mucho ruido, para que no se despertasen los demás, pero el suficiente como para que Fred me oyera.
-¿F-Fred? ¿Puedo pasar? -pregunté aún llorando. Abrí la puerta y vi a Fred, quien estaba tumbado en la cama, con los codos apoyados en esta, alzándose para verme-
-¿T/N? ¿Que haces aquí? ¿Por que lloras, princesa? - preguntó con una voz ronca de recién despertado que me mataba -
-E-Es que hay tormenta y-y - Fred me interrumpió -
-¿Te da miedo? - preguntó con una sonrisa, seguramente pensando lo mona era -
-Es que... desde que tengo 5 años, m-me dan miedo las tormentas porque t-tengo las mismas pesadillas con m-mi padre, y-y... - No aguante más y me puse a llorar, tapándome la cara con las manos -
-No... no llores pequeña... ven... - se hizo a un lado en la cama, dejándome a mi un hueco para acostarme - Ven, princesa...
Me acosté a su lado, cara a cara con el. Fred pasó su mano por mi cintura, dejándola ahí - Gracias, Fred - le dije limpiándome las lágrimas. Fred me acercó más a su cuerpo, aún con su mano en mi cintura. Cerró los ojos y me dijo:
-No las des, pequeña
Decidido, si dice una palabra más con sa voz ronca, me muero feliz
-Hasta mañana - bien, ya he muerto -
-H-Hasta mañana, Fred - dicho esto, me dormí sintiendo como acariciaba mi cintura con la yema de sus dedos -
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𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕝𝕚𝕣𝕣𝕠𝕛𝕠 - 𝔽𝕣𝕖𝕕 𝕎𝕖𝕒𝕤𝕝𝕖𝕪
Romance-M-Me perdonas?... -pregunté con vergüenza evitando su mirada- Él se rió tiernamente y sé acercó a mi besándome cortamente en los labios. -Creo que ya sabes la respuesta -respondió con una sonrisa, esa que me causaba tanto en tan poco La historia d...