Una vez en Hogwarts, cuando estábamos a punto de entrar al castillo, Harry me gritó mientras andaba rápidamente con Hermione y Ron:
-¡TN, Hagrid ha vuelto!
Los cuatro corrimos colina abajo hasta que llegamos a la casa del semigigante, donde estuvimos a punto de entrar de no ser por qué oímos la odiosa voz de Umbridge dentro de La cabaña. Tuvimos que arrastrar a Ron para que Umbridge no lo viese cuando salió de la casa. Una vez que vimos que la directora estaba lo suficientemente lejos como para vernos, entramos a la cabaña. Hagrid se sorprendió de vernos, pero rápidamente nos acogió con cariño y nos puso unos tes en la mesa.
-¿¡Gigantes!? - preguntó Hermione en voz alta cuando Hagrid nos explico que había estado haciendo tanto tiempo fuera. Luego me chisteo para que hablara más bajo - ¿Los encontraste?
-Bueno, no son tan difíciles de localizar, para ser sinceros, son enormes, ¿me entiendes? Intenté convencerlos para que se uniesen a la causa, pero no era yo el único que intentaba ganárselos.
-Mortifagos - dijimos Ron y yo a la vez, para después cruzar miradas y seguir prestando atención -
-Si... Intentando persuadirlos para que se unieran a quien vosotros sabéis. - nos contó Harry -
-¿Y... lo ha hecho? - preguntó Harry -
-Les di el mensaje de Dumbledore, supuse que alguno recordaría que él fue bueno con ellos, supuse....
-¿Ellos te hicieron eso? - pregunté, señalando el enorme moratón que tenía Hagrid en el ojo -
-No, no exactamente - me dijo, antes de darle un trozo de carne cruda a Fang -
Los truenos empezaron a sonar en la lejanía, y todos nos acercamos a la ventana cuando Fang empezó a ladrar.
-Esta cambiando el tiempo, Harry, como la última vez.- fijo Hagrid - Se avecina tormenta, hemos de estar prevenidos apta cuando ella llegue.
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"Hemos confirmado que diez presos de alta seguridad de Azkaban escaparon ayer a primera hora de la noche y desde luego el primer ministro muggle ha sido alertado del peligro. Sospechamos seriamente que la huida ha sido organizada por un hombre con experiencia personal en fugarse de Azkaban. El célebre asesino en serie, Sirius Black. Primo de la fugitiva Bellatrix Lestrange.
-Dumbledore advirtió a Fudge que esto podría pasar - nos dijo Hemrione a Ron, Harry y a mí cuando entramos al comedor y empezamos a andar entre las mesas - Conseguirá que nos maten por no afrontar la verdad.
-¡Harry, T/N!
Todos nos dimos la vuelta cuando oímos a nuestras espaldas la voz de Seamos, quién se acababa de levantar de la mesa en la que estaba sentando comiendo para ponerse en frente nuestra.
-Esto... Quisiera disculparme - dijo - Ahora hasta mi madre dice que la versión del profeta no se sostiene. Así que... Lo que realmente quiero decir es que... Os creo.
Mire a Harry y este y yo sonreímos de lado, mientras que yo me cruzaba de brazos.
-Esta bien - dije - Te perdonamos
Seamos sonrió y nosotros nos fuimos sonrientes hasta la mesa de Gryffindor.
Pasaron los días y el Ejercito de Dumbledore procedía a reunirse de nuevo. Todos quedábamos en la sala de los Menesteres para entrenar después de clase. Hoy íbamos a practicar a conjurar un patronus, lo cual me tenía muy inquieta pues cuando lo había practicado con Lupin, no fui capaz de encontrar ningún buen recuerdo para usar.
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𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕝𝕚𝕣𝕣𝕠𝕛𝕠 - 𝔽𝕣𝕖𝕕 𝕎𝕖𝕒𝕤𝕝𝕖𝕪
Romance-M-Me perdonas?... -pregunté con vergüenza evitando su mirada- Él se rió tiernamente y sé acercó a mi besándome cortamente en los labios. -Creo que ya sabes la respuesta -respondió con una sonrisa, esa que me causaba tanto en tan poco La historia d...