Cada día añadían más normas a las paredes de los pasillos. Salíamos de clase y veíamos a Flinch con la escalera añadiendo miles de normas. Pero hoy no vimos a Flinch, sino a un montón de estudiantes corriendo hacia el patio, y acumulándose alrededor de este.
-¡Cho! ¿Que ocurre? - le pregunto Harry a la Ravenclaw -
-Es la profesora Trelawny - contesto ella -
Hermione y yo nos miramos sorprendidas y empezamos a correr hacia el patio. Vimos que Umbridge, Flinch y Sibil estaban allí, en el centro. Umbridge veia a Sibil con una sonrisa de superioridad mientras que la profesora de adivinación lloraba a mares y Flinch apilaban las maletas de la profesora a sus pies.
-Llevo 16 años viviendo y estudiando aquí - dijo Trelawny - Hogwarts es mi hogar... Por favor... No puede hacerme esto...
Umbridge sonrió aún más mirándola fijamente a los ojos.
-De hecho puedo - le contesto, enseñándole un papel -
Trelawny empezó a llorar de nuevo, y Minerva corrió hacia ella para abrazarla.
-¿Algo que decir? - le pregunto la de rosa -
-Hay un par de cosas que me gustaría decirle - le contesto, pero antes de que pudiera decir nada más, Dumbledore apareció por las grandes puertas después de tantas semanas son verle -
-Profesora McGonnagall, ¿sería usted tan amable de acompañar a Sibil? - preguntó -
McGonnagall y Trelawney empezaron a andar hacia dentro, mientras la bruja lloraba.
-Dumbledore... - le llamo Umbridge - He de recordarle que según el decreto educacional número 23 promulgado por el ministro...
-Usted tiene el derecho de cesar a mis profesores - la interrumpio Dumbledore - Pero no en cambio la autoridad para expulsarlos del lugar. Eso es trabajo del director
-Por ahora
-¡¿No tenéis que estudiar?! - nos gritó Dumbledore a todos mientras se marchaba -
-¿Estudiar? ¡Esto es lo más interesante que ha pasado en el colegio en semanas! En lo último que pienso ahora es en estudiar - nos dijo Ron, y yo asentí dándole la razón -
Harry salió corriendo detrás de Dumbledore para hablar con el, pero como no lo consiguió, volvió con nosotros hacia la sala común de Gryffindor. Yo me tumbe en el sofá mientras que Ron se sentó a mi lado, Harry en una silla y Hermione daba vueltas enfadada.
-¡Loca, malvada y vieja gárgola! - chillo enfadada- ¡No estamos aprendiendo a defendernos solos! ¡No estamos aprendiendo a superar los TIMOS! Se está adueñando de la escuela.
Nadie contesto nada, pues todos estábamos de acuerdo en que era verdad. Harry subió el volumen a la radio, en la que emitían una entrevista al ministro de magia.
-"Y lo que es más, tenemos pruebas convincentes, de que estás desapariciones son obras del famoso asesino en serie... ¡Sirius Black!"
De la nada, como si con decir su nombre le hubieran convocado, la cara de Sirius apareció en el fuego de la hoguera, hablándonos:
-¡Sirius! - dijo sorprendido Harry - ¿Que haces tú aquí?
-Responder a tu carta - dijo el - Decías que estabas preocupado por Umbridge, ¿que está haciendo? ¿Entrenándoos para matar?
-Sirius, ella no nos deja usar la magia para nada.
-Vaya, no me sorprende - dijo - La última información es que Fudge no quiere que os entrenen para el combate.
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𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕝𝕚𝕣𝕣𝕠𝕛𝕠 - 𝔽𝕣𝕖𝕕 𝕎𝕖𝕒𝕤𝕝𝕖𝕪
Romance-M-Me perdonas?... -pregunté con vergüenza evitando su mirada- Él se rió tiernamente y sé acercó a mi besándome cortamente en los labios. -Creo que ya sabes la respuesta -respondió con una sonrisa, esa que me causaba tanto en tan poco La historia d...