Me desperté de golpe, sudando, con el corazón a mil por hora y lágrimas corriendo por mis mejillas. Había vuelto a tener una pesadilla, pero esta vez no con mi padre... Fred abrió los ojos lentamente, le había despertado con mis sollozos.
-¿Princesa? - me llamó medio dormido - ¿Que te pasa? - se quedo medio sentando en la cama, y al ver que no respondía, me abrazó escondiendo mi cabeza en su pecho mientras él colocaba su barbilla en mi cabeza - ¿Una pesadilla?
Yo asentí levemente y él preguntó:
-¿Otra vez con tu padre? - esta vez negué. Fred se separó de mi, mirándome con una sonrisa - Cuéntamelo
-N-No era una pesadilla, era como una p-predicción... - El arqueó una ceja y ladeó la cabeza en señal de confusión, así que seguí hablando - H-He visto una especie de... de guerra aquí en Hogwarts... Estaban Voldemort y... y Harry luchando... Y tú... - me callé. Decidí ahorrar la parte de que le había visto muerto en el suelo del gran comedor, mientras Molly, George, Arthur y sus otros hermanos lloraban desconsolados - ¿Fred? ¿Q-Que me pasa?
-No es nada, pequeña, una simple pesadilla - El sabía perfectamente lo que pasaba, la guerra estaba más cerca -
Después de intentar calmarme, Fred y yo nos volvimos a dormir. Al día siguiente me desperté más pronto de lo normal, no eran ni las 7 de la mañana. Me intente levantar, pero en cuanto me giré, vi a Fred tumbado boca abajo en la cama, con su brazo rodeando mi torso. Su espalda tonificada estaba descubierta, así que me mordí el labio ligeramente. Volví a intentar levantarme sin despertarlo, pero incluso dormido tenía mucha fuerza. Me quede boca arriba, sin poder hacer nada.
Me quede pensando en mi padre, hacía tiempo ya que no lo veía. Conociéndole tramaba algo, porque él no se dejaba atrapar tan fácilmente. También pensé en lo que soñé anoche, no era la primera vez que soñaba algo que luego pasaba. Era raro, pero ya estaba acostumbrada. Normalmente eran cosas pequeñas, como que me iba a tropezar o lo que iba a sacar en un examen, pero nunca tanto como una guerra en Hogwarts. Tenía miedo, mucho miedo. Note como Fred se movía, y gruñía dormido, para luego poner su cabeza en mi pecho y abrazar más mi costado. Sonreí ante la escena, Fred a veces podía intimidar un poco, pero en el fondo era una persona muy mona. Después de un rato, a las 7:30 de la mañana, tenía que despertar a Fred para ir a desayunar e ir a clases.
-Freddie... - dije sonriente mientras me acercaba a él y acariciaba su pelo pelirrojo medio rizado y despeinado. El gruñó y se dio la vuelta, dándome la espalda. Si algo caracterizaba a Fred Weasley, no era madrugar, eso seguro -
-Se que estás despierto. Vamos, Fred, hay que ir a desayunar - dije de nuevo. El gruñó otra vez y no me hizo caso -
-Bueno, me tendré que ir sola, entonces
Me dispuse a levantarme, pero Fred se giró rápidamente aún con los ojos cerrados y me agarró de la cintura, sentándome de nuevo en la cama.
-¡Que quieres! - dije entre risas cogiéndole la cara y acercándola a la mía -
Vi como se le formaba una sonrisa en la cara, aún con los ojos cerrados.
-Me levantó si me das un beso - negoció en bajito. Yo me acerque y deje un beso en sus labios - Otro - le di otro beso después de reír - Y otro más - le di el último beso, y él abrió los ojos mientras se desperezaba y se levantaba poco a poco -
Se levantó por fin, y me fijé en su espalda. Todos los músculos perfectamente formados y marcados, pequeñas cicatrices se repartían por todos lados, recuerdos de todas su travesuras, lunares y pecas por donde quiera que mires. Me quede embelesada viendo su espalda, que no me di cuenta de cuando él se había girado, mirándome con una sonrisa acusadora.
-¿Disfrutando la vista? - preguntó pícaro -
-Creo que sabes la respuesta - le conteste aún mirando su cuerpo con una sonrisa pícara. El rió y se acercó a mi para besarme cortamente -
Después de vestirnos llegamos al gran comedor. Todo el mundo hablaba, como de costumbre, pero en cuanto nos miraron, se quedaron en un silencio que duró un rato. Yo miré confundida a Fred y este hizo lo mismo. Draco vino apresurado hacia mí y me agarró de la muñeca dispuesto a llevarme a algún sitio, pues tiro de mi, pero Fred me cogió de la otra muñeca libre, y tiro de mi también hacia él.
-No te preocupes, Weasley, no voy a hacerle nada, es mi mejor amiga - dijo Draco molesto entrecerrando los ojos. Fred tiro de mi brazo una vez más hasta que Draco soltó su agarre y yo me choqué con el pecho de mi novio. Fred me dio un corto beso y se fue a la mesa de Gryffindor -
Draco rodó los ojos y volvió a tirar de mi hasta un pasillo en el que nos esperaban Pansy y Blaise. Le di un abrazo a Pansy y choque los 5 con Blaise, como siempre hacíamos cuando nos veíamos.
-Lo saben - soltó Draco serio -
-¿El que saben? ¿Y quien? - pregunte confundida -
-Que eres hija de Grindelwald - contestó -
-Mierda - dije con los ojos bien abiertos - ¡Mierda, mierda, mierda, mierda! - alce la voz -
Draco puso una mano en mi hombro para tranquilizarme, pero la aparte rápidamente de un movimiento brusco.
-¿¡Quienes lo saben!? - grite más alto de lo previsto, asustando ligeramente a mis amigos -
-T/N, intenta tranquilizarte, yo... - La interrumpí girándome hacia ellos de nuevo -
-¿¡Quienes lo saben!? - volvió a gritar. Esta vez mis tres amigos se echaron para atrás de un salto. Yo me confundí, había gritado en el mismo tono que antes y no se habían asustado, ¿porque ahora se habían alejado de golpe? -
-T/N, t-tus, t-tus, t-tus - empezó a tartamudear Pansy -
-¿Que? - dije desesperada -
-T-Tus ojos... - siguió, pero era como si el miedo fuese alguien que le estaba apuntando con una pistola para que no siguiera hablando -
-¿Que, mis ojos que? - me desesperé -
-¡Están rojos! - dijo al fin -
¿Que? Mis ojos no podían estar rojos, me negaba a creer que tal fenómeno extraño estuviera pasando, pero a juzgar por el miedo reflejado en la cara de mis amigos, podía ser verdad. Corrí al baño de chicas más cercano y me miré al espejo.
Así que era verdad. Mis ojos estaban rojos como el fuego.
¿Y ahora que hago?
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𝕄𝕚 𝕡𝕖𝕝𝕚𝕣𝕣𝕠𝕛𝕠 - 𝔽𝕣𝕖𝕕 𝕎𝕖𝕒𝕤𝕝𝕖𝕪
Romance-M-Me perdonas?... -pregunté con vergüenza evitando su mirada- Él se rió tiernamente y sé acercó a mi besándome cortamente en los labios. -Creo que ya sabes la respuesta -respondió con una sonrisa, esa que me causaba tanto en tan poco La historia d...