Hope

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Måneskin_Coraline.      
Ella es una niña pero se siente como un peso y tarde o temprano va a explotar.

                         ~Narra Miley~

Entre lágrimas y remordimientos salí corriendo de aquella casa. Tenía ganas de regresar, abrazarlo, escuchar su explicación por más ilógica, estúpida o falsa que fuera, solo necesitaba oírlo.

No entendía como en tan poco tiempo podía amar tanto a Jesse que podría perdonarlo tan fácilmente.

—¡A la puta mierda los barrios residenciales!—Grité llena de lágrimas con los brazos cruzados en mi pecho, viendo como caminaba sin parar buscando algún taxi.

Después de casi quince minutos caminando sin destino alguno ya que aquello parecía un jodido laberinto, sentí un leve pito de auto detrás de mi espalda.

Me giré llena de energía esperando por un milagro, ya saben de lo quien hablo.

Pero no, era un taxi. No me quejo pero tampoco me alegro.

—¿A dónde la llevo señorita?—Preguntó amablemente el chófer.

Me detuve por segundos en mi conciencia.

¿A dónde podría ir?

Ni de coña iría a mi casa, porque el interrogatorio de preguntas por parte de mi padre no podría faltar.

Solo había un lugar, un lugar en este mundo que nadie se atrevería a ir, necesitaba estar sola y pensar todo lo que había pasado.

—¿Me puedes llevar al Russell?—Pregunté aún afuera del auto.

—¡Al Russell!—Negó sorprendido—Hace muchos años que no llevaba a nadie hasta allí—Sonrió—Vale monta.

Me subí, abroché mi cinturón de seguridad y saqué mi celular del bolsillo.

—Alexa llama a mi beibi.

—¡MILEY ASHLEY MENÉNDEZ! ¡¿Dónde carajos estás?!

Sentí como mis neuronas revivieron ante aquel zumbido en mi oreja.

Y ahí estaba ella, haciendo su drama.

—¡Mi mamá me contó todo! ¡¿Cómo estás!? ¡¿Y en dónde dormiste?!—Preguntaba continuamente alarmada.

—Estoy bien amor no te preocupes—Contesté tomando un respiro—Te necesito ¿Puedes venir al Russell plis?

—¿Qué carajos es eso?

—Solo súbete a un taxi y dile que te lleve hasalgo. Pero porfa, ven ya.

—Vale pesada. Dile a prima Mily que la quieres mucho—Sentí un susurro al otro lado del teléfono peor no entendía nada de lo que hablaba.

—¡Milyyy! ¡Te quieeroo!—Sentí el grito de Lili.

Inmediatamente mi rostro estalló de emoción,bsentir la voz de Lili diciéndome que me quería era lo que necesitaba escuchar.

—Yo también te amo mocosa—Conteste sollozaa—Cuando vuelva te voy a dar muchos dulces.

—¿Y me vas a dar chotolate?

—Todo lo quequieras mocosa—Sonreí pasando mi dedo índice por mi rostro.

—¡WIIII—Gritó.

—¡Mily me va a dar chotolate y a ti nooo!

—¡¿A si? Entonces no te dejaré peinarme más—Sentí como discutían al otro lado de la línea.

—No—Me la imaginé mostrando un lindo puchero.

Miley AshleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora