Khruangbin_Rules.
(Acústico)~Narración~
A pasado casi una semana desde el secuestro y Miley por razones obvias se encuentra en un estado depresivo. Era tanto el desarraigo por quitarse las marcas invisibles de su cuerpo, que se duchaba más de diez veces al día, sin horarios fijos. Simplemente se metía dentro de su mente recordándolo todo y las lágrimas y el agua recorrían su cuerpo sin parar.
Pasaba los días en su habitación, prácticamente sin comer, solamente bajaba en la madrugada para no ver a nadie y lo único que comía era Nutella y cereales. No tenía contacto con nadie, ni besos, ni abrazos. Solamente Jesse podía entrar y se sentaba en una silla en la esquina de la cama alejado de ella. Sin hablar ninguno de los dos, él solo la miraba desinhibido viendo como su chica seguía en un estado de depresión. Intentaba acercarse para consolarla, pero ella con las pocas fuerzas que tenía se alejaba de asustada. Aveces la hacia sonreír con alguna mueca en su rostro, pero era una sonrisa sin pasión.
Miley estaba de frente a su armario, siempre escogía pijamas y abrigos,no quería estar semidesnuda, le daba miedo ver su cuerpo destapado y recordar cada momento, cada marca.
—¿Be-bebé?—Preguntó Jesse desde la puerta.
—¿¡Qué?! ¡¿Qué quieres!?—Gritó asustada tapándose rápidamente con la manta, a veces no reconocía ni la voz de su propio novio, todas se escuchaban iguales.
—Tranquila amor, soy yo, Jesse. Solo vine a decirte que vamos a sacar finalmente a Jane. Han pasado varios días de la fecha acordada. Necesitabas tiempo y te lo dimos, pero creo que ya es hora de traerla de vuelta a casa.
Silencio.
Él suspiró y volvió a hablar.
—¿Te animas?
Miley se quedó pensativa, no quería salir por nada de este mundo, no quería ver como todos la mirarán con tristeza, con pena, sabía que eso la pondría peor. Aunque hablando de su madre y sin importar que su situación fuera la peor, en esos momentos se decidió a ir.
—Vale, me cambio y bajo. Ya te puedes ir.
Jesse bajó las escaleras y se encuentró con Jack y Meave.
—¿Qué te dijo, va a ir?—Preguntó el suegro.
—Sí, pero todavía está muy delicada, tendré que tener mucho cuidado.
—¡Cada vez que recuerdo a la perra de tu hermana y todo lo...!
—¡Jack!—Soltó Meave.
—Joder. Lo-lo siento Jesse, no-no quería—Dijo irritado pasando la mano por su cabello.
—No te preocupes, te entiendo y todos estamos sufriendo con lo que sucedió. El juicio se hará en pocos días y ojalá que la jodan como se merece.
Miley bajó lentamente las escaleras, sin ganas de nada con la cabeza baja.
—¿Como estás mi niña?—Preguntó Jack nervioso.
Inmediatamente Meave le da un codazo en el pecho a su hermano, insinuando que la dejara tranquila.
Miley dió un repaso con su vista dejándola caer en Jesse.
—¿Nos vamos cariño?—Preguntó él.
Ella asintió.
Salieron ambos de la casa y Jesse le entregó el casco de su moto.
—Je-Jesse, creo que sería mejor pedir un taxi.
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Miley Ashley
JugendliteraturMiley Ashley ha vivido toda su vida con el resentimiento y la culpabilidad de pensar que mató a su madre meses después de su nacimiento debido a un paro respiratorio. No tuvo la culpa de nada, simplemente murió por sucesos básicos de la vida, donde...