Hange llenó mi tarro de cerveza hasta el borde. Creí que se derramaría, pero se detuvo justo a tiempo.
—¿Cuáles han sido tus avances?—le pregunté.
Ella sonrió y se inclinó de brazos cruzados sobre la barra. Eran las siete de la mañana, así que la taberna estaba casi vacía.
—Oye, relájate—dijo—. No hay necesidad de apurarme. Te cité temprano para que puedas darle toda la tarde a tu novia.
—¿Qué?
—Tu novia—su sonrisa se ensanchó—. Josephine.
Pronunció su nombre como si fuera el título de un poema.
—No tenemos ese tipo de relación.
—No la tienen todavía.
Apreté los labios.
—¿Vinimos a hablar de mi vida personal o de tus avances de investigación?
—De ti.
—¿Eh?
—Lo de mis investigaciones fue una mentira, Levi. Quiero que hablemos de ti.
Hange se sonrojó. Ella solía sonrojarse cuando veía algo que la emocionaba como un soldado en acción o un titán excéntrico, pero esta vez fue distinto. Su rubor era tenue. Apenado.
—Harris fue un idiota en aquella ocasión—dijo—. Todos te apreciamos y no solo por tus hazañas.
—No me importó nada de lo que dijo.
—Sí lo hizo.
—No.
—Te conozco mejor de lo que crees—Hange se sirvió cerveza sin despegar su mirada de mí—. No tienes que hacerte el duro conmigo.
Dio un sorbo.
—Tú eres mucho más de tus hazañas y de lo que la gente mira a simple vista—dijo—. Yo considero que eres el hombre más gentil y sentimental que conozco. Tu empatía es sorprendente. Y eres buenísimo escuchando ya sea problemas, anécdotas o mis avances de investigación. Nunca dices que no a un compañero cuando necesita ser oído por alguien. Y lo más importante: sigues peleando mano a mano con los titanes a pesar de lo mucho que duele. Sacrificas tu vida, eso es verdad, pero en más de una manera. A muchos alrededor se les olvida que eres un hombre como cualquier otro, Levi. De hecho a mí también me pasa a veces. Tienes tu propia identidad, tus sueños y aspiraciones. Y los haces a un lado para continuar en la legión. No sufres solo las pérdidas de tus camaradas, sino de tus propios años. Cualquier otro en tu lugar nos hubiera dado la espalda desde hace mucho tiempo—sonrió—. Tú no dices "¿Por qué yo?". Solo sigues adelante. Eres valioso.
La miré sin inmutarme.
Lunática cuatro ojos. Siempre tan buena con las palabras.
Hange estaba tan preocupada por mi bienestar emocional que se tomó el tiempo para esto.
El silencio la incomodó.
—Perdón si hablé de más—dijo. Era una de las pocas veces que me decía algo semejante—. Es solo que...
La tomé por detrás de la cabeza y acerqué mi rostro al de ella hasta que quedaron unos pocos centímetros de distancia. Sonreí, haciéndola estremecer.
—Muchas gracias por esto, Hange—dije.
♚ ♛ ♚
—¿Entonces no te veré el siguiente fin de semana?—preguntó Josephine mirándome desde el otro lado de la mesa.
ESTÁS LEYENDO
El libro de Josephine
FanfictionCon tan solo diez años de edad, Levi es llevado por su mentor a un burdel para que tenga sus primeras experiencias sexuales. Pero las cosas no ocurren como se esperaba, y Levi sigue con su vida tratando de comprender a las mujeres a su alrededor y l...