45 años

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Falco

Apuro el paso hacia el tablón de anuncios. Monica, mi amiga y compañera de clase, intenta seguirme el ritmo. Trae tacones puestos así que no tarda en perder el equilibrio y trastabillar. La tomo de los hombros antes de que se caiga al suelo.

—Lo siento—digo—. Estoy muy emocionado.

Ella niega con la cabeza, sonriente.

—Hay que ir con calma. De todos modos tú y yo sabemos que somos los elegidos.

Hoy sabremos los resultados del concurso interno de oratoria en evalessiano. La pareja ganadora va a representar a la escuela en Ciudad Vivaldi el próximo mes. Monica y yo nos esforzamos bastante y espero que tengamos esa gran oportunidad.

Una vez estamos frente al tablón de anuncios estrecho la mirada buscando el papel donde están los resultados.

—¡Falco, mira!—exclama Monica señalando una lista pequeña en una esquina del tablón—. ¡Lo logramos!

Parpadeo varias veces.

Falco Grice y Monica Blanchard.

Una sonrisa se apodera de mi rostro.

—¡Somos nosotros!

Nos abrazamos y saltamos sin importar que los demás nos vean.

¡Conoceré Evalessi!

—Felicidades, chicos—dice una voz detrás de nosotros.

Monica y yo nos separamos y, al dar media vuelta, nos encontramos con Gabi.

—Sabía que podrían hacerlo—dice, abriendo los brazos para nosotros. La rodeamos con los nuestros.

—Hay que celebrar este viernes—dice Monica—. Podríamos ir al café Amestris.

—¡Me parece una gran idea!—exclamo.

Salimos de la universidad y cruzamos el puente peatonal para luego ir a la parada de autobús. El de Monica llega primero y ella se despide de nosotros con los ojos tan brillantes como perlas recién pulidas. Unos minutos después llega el nuestro y, una vez nos sentamos, Gabi me toma de la mano e inclina su cabeza en mi hombro.

—Eres el mejor en tu facultad—me dijo—. No me sorprende que hayas ganado.

—Espero que me vaya igual de bien en la competencia internacional.

—Así será.

Tengo una lista de cosas que quiero cumplir antes de llegar a los treinta años. Ahora, con dieciocho, ya puedo marcar dos: ser novio de Gabi y conocer Evalessi. Solo me falta graduarme de la licenciatura, convertirme en traductor de la revista Timeless o la editorial Stellar y casarme con Gabi.

Gabi...

La miro de soslayo, embriagado por su olor a libros viejos y pintura.

Soy tan afortunado de tenerla.

Ella bosteza.

—Creo que me tomaré un espresso antes de empezar mi turno en el Leirah's—dice—. Siempre hay muchos clientes a esta hora.

—Es día de libro y café.

—Maldigo a Rosamund por esa idea.

Me río.

—Rosamund es brillante.

—Está loca.

—Un poco, sí. Pero admite que los miércoles de libro y café fueron una buena idea.

El libro de JosephineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora