8.- Te vuelvo a ver

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Llegada la primera mañana del nuevo año, (T/N) observaba la sala de su casa con algo de arrepentimiento, y es que como pasó los meses anteriores entrenando y centrándose en ella misma, decidió complacer a Ryu en su deseo de hacer una reunión en la casa con los miembros más cercanos de los Necrófagos. Ella decidió acceder, teniendo en cuenta también que en navidad el chico salió solo después de pedirle un buen rato que fuera a celebrar con él, ¿Qué podría salir mal? Fue lo que pensó. A su alrededor había más de un miembro dormido en el piso, entre ellos Ryu y Sasha, el lugar estaba vuelto un desastre, daba asco mirar.

Suspiro por décima vez, eso pasa cuando una líder baja la guardia y confía demasiado, pero ya daba igual, le dejaría una nota al grupo, ella no volvería hasta la noche y si al volver el desastre estaba intacto no contendría su enojo hacia ellos, en especial hacia Ryu que fue el de la brillante idea.

Salió del distrito sin ningún destino en particular, ya era libre del absurdo castigo que le había impuesto Ryu, al cual llamaba “capricho inesquivable”.

Caminó las calles admirando la cantidad de personas que aún celebraban la llegada de un nuevo año; ella nunca fue de fiestas, no le agradaban, prefería la calma, las actividades más relajadas, ella encontraba más diversión en pasear por un parque que en estar una noche bailando en un club, todo lo contrario a lo que es su mejor amigo Ryu.

Llegó a una calle que tenía menos cantidad de personas deambulando, sentía más calma de esa manera y el aire se sentía más liviano. Observó un muro que separa el lugar por el que ella caminaba de otra calle y una idea divertida pasó por su cabeza, así que de un salto llegó a la cima de este y empezó a caminar por él, no era tan alto, pero si algo delgado, así que mantener el equilibrio era más complicado, sabía que era un acto infantil, pero la entretenía.

Por otro lado Haise Sasaki había salido de casa, más temprano de lo que desearía, pero no había podido dormir bien, de alguna manera las cuatro paredes de su habitación le resultaban inexplicablemente incómodas y estrechas. Había pasado una buena noche junto a su escuadrón, pero aun así no se sentía muy bien, su cabeza daba vueltas, casi como si se hubiera embriagado, pero no era así.

Había pasado por muchas cosas, la mayoría fueron vividas en las batallas que se dieron en la subasta; lo más resaltante fue la captura de aquella chica ghoul que insiste en llamarlo “hermanito”, lo tenía muy pensativo y justo cuando bajó toda la presión de sus pensamientos en la cena que había realizado en navidad con su escuadrón para ellos y otros inspectores de la CCG, a la mañana siguiente recibe un extraño regalo, una máscara y un libro con una dedicatoria para Ken Kaneki. Vaya que el destino no lo quería ver en calma psicológica. A partir de ése momento empezó a tener sueños muy extraños, todo referente a esa máscara de encías, una gran cantidad de sangre, la voz que desde hace tiempo lo atormenta pidiendo aceptación y una figura lejana que no podía distinguir muy bien, ¿Era femenina? ¿Masculina? No lograba verla bien, pero aun así era tan familiar y cada vez que intentaba acercarse, esa figura se esfumaba, no sabía porque, pero tenía el presentimiento que si en algún momento la alcanzaba los demás horrores del sueño o pesadilla cómo él prefería decirle, desaparecerían.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de lo lejos que había caminado, era impresionante lo que la distracción podía hacer con las personas, pensó que era sorprendente que no lo atropellara un auto al estar tan ido por la calle. Observó su alrededor y tardó un poco en saber dónde estaba, miró su reloj y decidió que tal vez ya se había despejado lo suficiente, así que regresaría; sin embargo un tarareo lo hizo detener sus pasos, era desentonado, pero logró capturar su atención causándole curiosidad, así que buscó con la mirada y arriba de un muro vio a una chica de espaldas caminando de una forma poco cuidadosa, parecía jugar, ya que incluso soltaba risas en medio del tarareo. Ella se oía contenta, pero él no lo estuvo para nada con la situación, ya que la preocupación de una posible caída lo invadió, por lo que decidió acercarse y llamar su atención.

—¡Oye!

Esa fue una mala idea, la chica estaba concentrada, encerrada en su propia burbuja, por lo que el grito de Haise la sobresaltó haciendo que diera un mal paso y empezara a caer. Por suerte Haise tenía sus reflejos activos en ése instante, así que apenas la vio resbalar corrió para atraparla, haciéndolo exitosamente.

—¿Estás bien?— Preguntó mirando el rostro de la chica, reconociéndola —¿Eh? ¿(T/N)?

Lo mira —Sasaki…— un leve sonrojo apareció en sus mejillas —eh… gra-gracias por salvarme, emm… ya puedes bajarme.

—¡Oh! Si, lo siento— la baja con cuidado —¿Qué hacías caminando en ese muro?

—¿Eh? Ah, bueno yo… solo quería distraerme supongo— ríe nerviosa —que no te extrañe, suelo hacer ése tipo de locuras todo el tiempo, disculpa si te preocupe y nuevamente gracias por salvarme.

—No es nada pero deberías tener más cuidado, pudiste haberte lastimado, aunque yo tengo la culpa de que cayeras.

—Pero como todo un superhéroe tú llegaste y me salvaste así que estoy bien— sonríe haciendo que Haise se sonroje —¿Y qué hacías por aquí?

—Solo daba una vuelta para despejarme un poco, ¿Y tú?

—Algo parecido, no quería estar en casa así que salí a distraerme.

—Estamos en situaciones parecidas entonces.

—Eso parece, es una casualidad que nos encontráramos, tenía un largo tiempo sin verte Sasaki.

—Lo mismo digo, fui frecuentemente a :Re pero ya no te vi allí, ¿Renunciaste o algo así?

—No yo… ¿Acaso iba con la intención de verme? Solo me tomé un tiempo libre, probablemente en un par de semanas o menos regresaré a trabajar ahí.

—Ya veo.

Sonríe —cuando ibas a la cafetería te fijabas en si yo estaba o no, ¿Tenías deseos de verme acaso?— pregunta con algo de picardía.

—¿¡E-eh!? ¡No! O bueno… tal vez ¡Es decir! Las dos primeras veces que fui, me atendiste tú, así que…— habló sumamente nervioso.

Ríe —no te expliques, solo bromeaba—lo toma del brazo —ven conmigo.

—¿A dónde?

—Ya que nos encontramos ¿Qué tal si damos un paseo juntos? O ¿Estás ocupado?

—No lo estoy, vamos— se deja llevar por ella.

—Genial, y así quizás podamos conocernos un poco ¿No crees?— Sonríe ampliamente, sonrisa que Haise corresponde mientras asiente.

FIN DEL CAPÍTULO 8

RE: A través de mí (Haise/Kaneki y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora