(4) Solo por ella.Horas antes de aterrizar en Rusia.
Desconocido.
Subo al avión y una azafata con grandes curvas me guía al área de primera clase. Veo todo con gesto impasible mientras ubico mi asiento. Intento relajarme sobre este, pero la necesidad de posar mis ojos sobre ella me gana. Mis manos pican sobre mi regazo y mi respiración se acelera. Cierro los ojos con fuerza. Todos terminan de abordar y me fastidia el haber tomado un vuelo comercial, fácilmente pude viajar en mi avión privado, pero saber que ella abordaría a este avión con destino a Rusia me facilito muchas cosas. Dos horas más tarde escucho a alguien pararse de su asiento y paseo mi mirada encontrándome con una cabellera negra. Se dirige al baño y mis ojos se pierden en el trayecto que traza.
Me embeleso con solo de verla y no le quito la mirada de encima.
Sus caderas se mueven con elegancia con cada paso que da. No desvío mi mirada de la puerta del baño, esperando que ella salga. Minutos después el avión empieza a sacudirse gracias a la turbulencia y las azafatas nos piden que abrochemos nuestros cinturones. No abrocho el mío, me quedo viendo la puerta del baño esperando que salga y llegue a su asiento, pero no pasa. Veo como sacuden con fuerza la puerta del baño y la turbulencia se detiene unos segundos después. Me levanto y tiro de la puerta con fuerza, encontrándomela con una mano apoyada en su cabeza donde la sangre brota. La tomo entre mis brazos y nuestros ojos hacen contacto. Me obligo a apartar la mirada y camino con ella hasta mi asiento dejándola en este. Llamo a una azafata que viene con el instrumental de emergencia y toma toda mi fuerza salir de allí antes de que me vea nuevamente. Me paso hacia la cabina de vuelo de clase media y busco un asiento libre entre tantas cabezas. Me exaspero cuando un niño detrás de mi empieza a patear el asiento. Pero ella lo vale, valió la pena tenerla entre mis brazos y ver su increíble iris negro, con el cual te puedes reflejar en el con facilidad. Valió la pena hacer esto y, lo haría otra vez, solo por ella. Me relajo en mi asiento esperando las horas restantes para bajar de aquí.
Lilith kumari.
Les tengo una noticia- aprieto el cubierto con fuerza contra mi mano, mientras veo a la señora Kozlov entrar al comedor con una sonrisa de oreja a oreja.
-Buenos días, madre- Vladimir saluda.
Si, mujer, buenos días. Es muy temprano para venir a colmarme la paciencia. Me trago mis palabras de irritación y le dedico una pequeña sonrisa.
-Buenos días, señora Kozlov.
-Oh, nada de eso- el señor Kozlov entra al comedor y me dedica una amplia sonrisa-. Puedes llamarnos por nuestros nombres. Nada de formalidades, después de todo seremos familia.
Jenica lo mira como si le hubiera salido otra cabeza y me auto felicito por caerle tan bien al suegro. Al final se sientan frente nosotros y empezamos a desayunar.
-¿Cuál era la noticia, madre?- le recuerda Vladimir, minutos más tarde.
-Lo olvidaba- se limpia la comisura de sus labios con una servilleta y nos mira a ambos-. Organice una fiesta de compromiso- me atraganto con un pedazo de pan y Vlad da pequeños golpecitos en mi espalda.
-¿Una qué?- logro hablar aun con la garganta seca.
-Una fiesta, querida. Celebraremos a lo grande que van a casarse.
-Madre, no creo que...- Jenica lo interrumpe.
-No está en discusión. La fiesta es en dos días y, será un baile de máscaras.
-Me gusta la idea- luka la apoya.
-¿Dos días?- murmuro escandalizada- ni siquiera traje ropa para eso. – intento excusarme.
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Lilith, reina del infierno
General FictionTres años comprometida en un mundo envuelto de mentiras. La ninfa de ojos negros se alza sobre los demás para descubrir la verdad sobre lo que oculta su prometido y encontrar aquello que tanto busco. Engaños, lugares cerrados, mentiras y alborotos n...