Atento al disparo

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(11) Atento al disparo.

El vuelo comercial que tome por la madrugada aterriza y bajo del avión, estirando todo mis músculos abarrotados. Ayer mientras estaba en la plaza de San Zeno, Alek me llamo para informarme que Vladimir había recibido dos disparos. No me informo sobre su estado o si había sido algo leve por lo cual no dude ni un minuto en tomar el primer avión con destino a Miami.  Arrastro mi maleta por todo el aeropuerto y por inercia veo mi teléfono y me sorprende ver la foto de Jenica en la pantalla

Descuelgo al tercer tono.

-Sra. Kozlov- saludo mientras busco algún taxi.

No le avise a nadie que volvería, en mis planes estaba quedarme en Verona una semana.

-Deja las formalidades y dime, ¿Cómo está mi hijo?- su tono de voz raya a la preocupación y el pánico. La entiendo, pues me asusté mucho cuando Alek me llamo y no me dijo nada más.

-Voy camino al hospital militar.- le informo.

-¿Dónde estás?-  pregunta y logro percibir sorpresa en su tono de voz.

-En el aeropuerto, acabo de llegar.- entro al taxi que se estaciono frente a mí y tapando el micrófono del celular, le indico.

-Al hospital militar, por favor.

-Llámame en cuanto llegues.- demanda.

Cuelgo antes que ella y espero pacientemente a que lleguemos. Una vez en frente de las rejas del hospital, los guardias ven al taxista con precaución y se ponen a la defensiva. Pago la tarifa marcada y le agradezco.

Tomo mi maleta y bajo del auto, enseñándoles mi identificación, se quedan con mi maleta y corro dentro del hospital.  Paso de largo a la recepcionista y veo a mi madre salir de una de las habitaciones. Cuando me ve sus ojos se abren con sorpresa y me repara de arriba abajo con una mueca. Llevo unos jeanes sueltos y una camisa holgada, yo soy más de usar trajes y vestidos.

-Hija, pensé que estabas...

-¿En Verona? si, acabo de aterrizar. ¿Dónde está Vladimir?- le pregunto con la respiración acelerada y no precisamente por correr. Ella lo nota y se fija en mi frente perlada por el sudor.

-Lilith, a este paso tu corazón no va a resistir.- niega para sí misma- Vladimir está bien, se fue por ese pasillo hace unos segundos.

Dejo un beso en su frente  y camino un poco más relajada por el pasillo. Los doctores caminan de aquí por allá, al igual que las enfermeras y me detengo a tomar un vaso de agua. Aun siento mi corazón acelerado y sigo caminando hasta que lo veo a un costado, hablando con uno de sus hombres.

Apresuro el paso y sin importarme la presencia de uno de sus soldados, me lanzo a sus brazos sorprendiéndolo.

Escucho un quejido por su parte y me separo rápidamente. La camiseta manga corta me deja ver el vendaje de su brazo, siendo sostenido por un cabestrillo y manera en la que no está apoyado sobre una de sus piernas me deja en claro donde fue el otro disparo.

-Lilith.

-¿Estas bien?- le pregunto.

-No fue nada, la bala me atravesó el brazo y ya saturaron la de la pierna- le da una mirada al cadete y este se retira sin decir nada-. ¿Tú qué haces aquí? Estuve llamándote, pensé que seguías en Italia.

-Alek me llamo ayer y tome el primer vuelo comercial hacia acá. No me dijo nada sobre como estabas- suelto algo molesta-, solo se limitó a decir "recibió dos disparos", ¿Cómo no iba a venir después de que me dijo eso? y ni siquiera me dijo donde.- choco mis palmas contra mis muslos algo histérica.

Lilith, reina del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora