Engaño

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(5) Engaño.

La mansión estaba llena de personas corriendo de un lado a otro cuando despierto a la mañana siguiente. Todos vestidos con lo que parece ser un uniforme. Cargaban decoraciones, mesas de centro, copas, platos y un centenar de cosas más. Jenica me aborda en la escalera con una radiante sonrisa. Escrudiño su rostro intentando buscar a la arpía que esconde adentro, pero no lo hayo.

-Espero hayas descansado- me dice.

-Igualmente.

Tal vez me tiene lastima por lo de mi corazón.

Escaneo todo una vez más y abro los ojos con sorpresa al ver como trasladan una fuente de chocolate por todo el salón.

-¿Te gusta el ambiente?- pregunta.

-Es...está bien- la miro. Le doy una leve mirada y no me convenzo de que tenga cuarenta y tantos años, podría decir que luce mejor que yo. Toda su figura se amolda a un precioso pantalón de seda junto con una camisa blanca de botones y una chaqueta negra. De su cuello guindan varias cadenas de oro que se pierden en la abertura de su camisa y sus tatuajes están ocultos a la vista del público.

-Mañana será estupendo- me saca de mi trance.

-Eso espero.

Bajamos juntas las escaleras y nos dirigimos al comedor donde nos esperan Vladimir y Luka.

-Al fin- escucho a luka.

-Buenos días.- lo saludo.

-Lilith, buenos días- me devuelve el gesto.

-Cariño- beso la mejilla de Vlad.

Jenica toma asiento a la derecha de su esposo y yo me siento junto a su hijo. Empiezan a comer y me meto a la boca la capsula que reposaba en mi mano, la paso con un poco de sumo y empiezo a comer.

Los señores Kozlov entablan una conversación distraídamente, mientras Vlad y yo comemos en silencio.

Meto un par de fresas picadas a mi boca y suelto un ruidito de satisfacción.

Nadie se da cuenta y sigo comiendo fresas hasta que me topo con una barra de chocolate negro.

Joder.

Vladimir se da cuenta de lo que miro y termina por tendérmelo.

-Lo mande a buscar para ti- lo destapa.

-Gracias, gracias, gracias- me termino la barra y el me mira divertido.

Me he dado cuenta de que estos dos días ha sonreído más que de costumbre, quizás el estar con sus padres cerca, en su ciudad natal lo tenga así, de buen humor.

Terminamos el desayuno y celular de luka suena llamando la atención de todos.

-Kozlov- se lleva el teléfono al oído y quedo de piedra al escuchar su tono. Su voz cambio por completo y su rosto no reflejaba más que frialdad.

Santa madre.

Me recordé a Vlad cada vez que estaba en su despacho armando planes para el comando.

***

Me doy una última repasada en el labial rojo que rodea mis labios, me miro al espejo y quedo satisfecha con el resultado. Mi cabello lo recogí en una coleta alta para no tapar el escote de mi espalda, los zapatos de tacón me agregan unos centímetros más y... joder, es que me veo increíble. El moretón que había dejado el incidente en el avión fue tapado por bases y polvos. Tomo el antifaz de la cama y lo ato por detrás de mi cabeza. Escucho dos toques en la puerta y seguidamente Jenica pasa por esta.

Lilith, reina del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora