(22) Que tengas una buena vida...Veronica.
Tengo un mal presentimiento desde que Lilith se marchó. Alek no se ha movido de la sala y su presencia me resulta tensa. Rocco no se despega de la puerta esperando a que ella la atraviese nuevamente. Lean se fue no mucho después de Lilith.
No le comente que fue a encontrarse con Vladimir, no me pareció...conveniente.
Ya son pasadas las tres de la mañana cuando empiezo a desesperarme. Tengo que calmarme, a pesar de que Lilith no es estúpida, no confio nada en Vladimir y al parecer Alek tampoco. Me quiero obligar a mantenerme serena, cuento, me muerdo las uñas, intento leer, revisar las redes y nada funciona.
Me recuesto sobre la isla de la cocina en busca de una explicación.
Lo único que no se me ocurre es que se haya quedado a pasar la noche con Vladimir, eso me parece imposible.
Alek entra en la cocina mientras juego con mi uñas.
-Saldré a buscarla, esto me da mala espina.
-¿Por qué lo dices?- lo detengo.
-Su teléfono ha sido desconectado, su auto lleva estacionado frente a un extraño restaurante ocho horas seguidas. Acaban de llamar para que por favor lo retiremos. – la vena de su cuello esta tensa. Sus manos están apretadas en puños y puedo ver un tic en su mandíbula.
-Te acompaño.
No lo dejo refutar. Tomo la correa del perro y salgo con él. La ventisca fría de la madrugada me hace estremecer mientras camino hasta su auto. Me deslizo por el asiento del copiloto con Rocco entre mis piernas y espero por él.
Lilith me tiene de los nervios y jugueteo con las orejas del can que parece angustiado, como si entendiera todo lo que está pasando
Salimos de Indian creek a toda velocidad hasta llegar al restaurante. Las calles están llenas de autos y en la playa hay algunas personas con música a todo volumen. El auto de Lilith está a un costado del restaurante.
Me bajo junto con Rocco y Alek nos sigue desde atrás. Un mesero se acerca a nosotros. A penas están cerrando.
-Ya era hora. Dejaron ese auto ahí hace unas cuantas horas. – frunzo el cejo cuando nos tiende las llaves.
Aquí no hay valet parking.
Alek se da cuenta y de un puñetazo deja al hombre contra el suelo.
-¿Dónde está?- lo toma por el cuello de la camisa y sujeto la correa de Rocco cuando empieza a gruñirle al mesero.
-No sé nada, lo juro.- se excusa.
Alek sonríe de forma retorcida y lo arrastra hasta un callejón.
-¿Por las buenas o por las malas?- pregunta mientras lo deja tirado sobre el suelo.
Suelto la correa del can que espera paciente a mis órdenes.
-¿Donde esta?- hablo, tranquila.
-Yo-yo...
-Rocco.- el perro se abalanza contra él y el alarido de dolor que suelta es irritante.
Halo de la correa, paciente a que a la próxima si me hable.
-¿Dónde está la pelinegra?- vuelvo a preguntar.
-Se fue con el rubio alto.- se tapa la cara con ambas manos-. Juro que no se nada más, por favor.- le arrebato las llaves del auto y salgo de allí.
ESTÁS LEYENDO
Lilith, reina del infierno
Genel KurguTres años comprometida en un mundo envuelto de mentiras. La ninfa de ojos negros se alza sobre los demás para descubrir la verdad sobre lo que oculta su prometido y encontrar aquello que tanto busco. Engaños, lugares cerrados, mentiras y alborotos n...