Fire on Fire

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(15) Fire on fire.

Nos guía a través de la pista de baile y veo en ella a varias parejas esperando que la música empiece. Mis ojos van hacia nuestras manos entrelazadas y el nudo en mi estómago crece.

Solo es Vladimir, lilith. Es tu esposo.

Nos centramos en la pista y miro por el rabillo del ojo a Alek y Verónica a pocos metros de nosotros.

Vladimir no despega sus ojos de mí, así que me rindo y termino clavando mi iris en el suyo. Aprieta mi cintura bajo su mano y la canción empieza. No pego mi cabeza a su hombro, tampoco dejo que nuestros pechos se toquen.

Fire on fire de Sam Smith suena por los altavoces. Es la misma canción que bailamos en nuestra boda. Hace no más de una semana.

Las cosas han cambiado tanto en una semana. Lo siento distante, demasiado. No somos los mismos que bailamos esta misma canción en nuestra boda. Nos movemos a través de la pista como dos robots.

Fire on fire would normally kill us.

But this much desire, together, we're winners.

They say that we're out control and some say we're sinners.

But don't let them ruin our beautiful rhythms.

Cause when you unfold me and tell me you love and looking my eyes.

You are perfection, mi only direction.

It's fire on fire.

Cierro los ojos al escuchar la última estrofa. En nuestra boda se sintió tan real, más aquí me siento como una desconocida. Nos sentimos como unos desconocidos. Todos los últimos hechos nos afectan de sobremanera.

La canción acaba y pega su frente a la mía cerrando los ojos, yo mantengo los míos abiertos, esperando por cualquier movimiento.

-Perdóname.- deja un beso en mi coronilla.

Quedo con la vista clavada en su pecho. Lo pasado me atormenta nuevamente y miro hacia otro lado. No pienso bailar otra canción, así que me separo de él y camino fuera de la pista. Las personas caminan de un lado a otro, viendo las diferentes obras de arte. Las apuestas empezaran en nada.

-¿No recuerdas acaso lo que hiciste, Vladimir?- suelto más brusca de lo que pretendo, intentando no escucharme rota.

-Joder, bonita, claro que sí y lo lamento.- se exaspera.

Mi pecho sube y baja con cada respiración. Alek no me quita los ojos de encima y Vladimir se me planta al frente.

-Tienes que volver a casa.- me toma la cara entre ambas manos y reprimo un jadeo adolorido al sentir sus dedos rozar mi pómulo.

El solo pensamiento de él y yo solos en nuestra casa me hace estremecer. Mis ojos deben reflejar el miedo en ellos y se aleja unos pasos.

-¿Me temes?- cuestiona, enfadado.

-Me golpeaste, casi me violas y...

Sube una mano haciéndome callar.

-Estaba ebrio.- intenta justificarse.

-¿Esa es tu excusa, Vladimir?- bufo-. Te pedí que pararas y tú solo seguiste, te grite e incluso llegue a llorar del pánico que sentí al estar debajo de ti.- suelto.

-Eres mi mujer- sisea con rabia, ya perdió la paciencia- y tu único deber es complacerme.

Abro los ojos al escucharlo. Niego varias veces y el temor es remplazado por la rabia. ¿Cómo se atreve?

Lilith, reina del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora