—Llegó la hora de que le digas. Tienes unas cuantas presentaciones aquí... Cómo mucho, queda medio mes, Sukuna.
El joven se quedó quieto, apuntando sobre una libreta vieja varias oraciones, mientras tocaba con su guitarra unos acordes. Asintió ligeramente para si mismo y luego dejó el instrumento de lado.
—Lo haré. Creo que, me faltan dos o tres cosas antes de poder decirle. Quiero intentar que vaya conmigo. Por más irreal que suene, no puedo irme sin intentar, quiero que sepa que no quiero irme sin él y si no va, no importa porque al menos sabe que intenté. — dijo, con completa seguridad.
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Megumi se sentía triste inexplicablemente. Era como si una sensación que no fuese suya se agrupara en su pecho, creciente, diferente a la ansiedad. Necesitaba saber de dónde provenía y por qué seguía instalándose así en su ser.
Quiso hacer algo por Sukuna. Era su intención intentar algo nuevo por la especie de relación que tenían y por lo que sentía hacía él. Se había alejado de sus amigos un poco para descubrir que era lo que pasaba en su interior y eso le daba espacio a pensar en algo. Con algo de ingenio, junto las pocas fotos que había tomado de Sukuna, uno de sus hobbies era jugar con sus cámaras analógicas y con ello, poder tomar fotos exactas de momentos en los que él había sido tan Sukuna, que se olvidaba de que tenía un montón de fotos de él. Fumando, tomando cerveza e inclusive con flores en la cabeza que caían de los árboles de cerezo. Guardó copias y con ello, pegó las demás en un álbum que hizo improvisadamente, cuidando los detalles y anotando con su propia letra las fechas de las fotografías y a veces, un pequeño comentario.Una sonrisa se asomaba en su rostro y con ello, la tristeza también. Aún así, continuó haciendo ese regalo dónde incluía fotos suyas que alguna vez Sukuna le dijo que le habían gustado, con sus perros sonriendo.
Era como si estuviese haciendo recuerdos, para que él no lo extrañara, sin saberlo.
Y Sukuna por supuesto que tenía un plan para hacer algo nuevo por primera vez y era, tener una cita romántica. Pero romántica en serio, pasar a recogerlo a casa en traje y comer en un restaurante que posiblemente le costaría un ojo de la cara, pero quería cumplir con un cliché de la gente romántica, y como le contó a Nobara, poder tener buenos recuerdos antes de irse.
Sukuna [3:14 pm].
"Hey Meg, te tengo una propuesta."
Megumi: [3:20 pm].
No.
Sukuna: [ 3:21 pm]
Ni siquiera sabes que es.
Megumi: [3:25 pm]
Pero no.
Sukuna [3:27 pm]
Por qué. Bueno, pasaré por ti a las 9:00 pm, necesito que uses tu mejor traje. Te quiero ver guapo, nalgón.
Megumi [3:30 pm]
Mierda, deja de decirme esas cosas o te juro que no me vuelves a ver.
Sukuna: [3:32 pm]
Ya, ya... ¿Eso es un sí?
Megumi ni siquiera se esmeró en responder. Sabia que cuando dejaba de hacerlo aquello era afirmativo en el idioma de Fushiguro y eso lo entusiasmó.
El proceso fue el mismo, casi como quien desea rápidamente quien llegue la noche, comenzó por buscar un traje absolutamente negro con corbata del mismo color junto a algunos anillos y su reloj. Comenzó por ducharse realmente, no tenia muchas cosas que hacer al llegar la noche y pensaba en como hacer para que la noche de Megumi fuese perfecta. Se encargó de reservar la cita en aquel restaurante que había visto hace mucho, uno mejor de todos de los que se había encargado de tocar en ellos, incluso, en piano. Con una sonrisa al poder hacer realidad ello, quiso que el tiempo pasara rápidamente para poder verle.
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Brokendate.
Fanfic-¿Qué apostamos si ese chico está loco por mi a final de mes? -Sukuna, él no se ve así. Es Megumi Fushiguro. Está lejos de tu liga, y aunque no fuera así, no puedes jugar con él. Y Sukuna, listo para poner su plan en acción, ignoró que el corazón d...