Megumi quiso decir que todo aquello había sido el principio de una bonita historia de amor.Pero la verdad era que le aterraba cómo iba dándose todo. Al día siguiente, Sukuna dejó de contestar los mensajes y aquello le hizo concentrarse todo el día en sus estudios.
Después pasó lo mismo y nuevamente, otro día sin tener noticias del pelirrosa. Incluso los astros no le ayudaban en nada al no tener que presentarse en la universidad tanto y darse vueltas solo para ver si podía descifrar que hacía.
No quiso llenarlo de mensajes, pero algo dentro suyo empezaba a preocuparse por él. ¿Que tal si no era que no quería hablar? ¿Y si le había sucedido algo? ¿No lo sabría ya? La cabeza de Fushiguro hacía todas esas preguntas sin treguas y no lograba prestar atención, cuando incluso su padre se había dado cuenta de su raro comportamiento y le preguntaba constantemente qué sucedía, dándose una idea.[ 8:34 pm ]
Suku: Sal.
Megumi: Ni siquiera estás aquí. Hace frío. No me hagas bromas así.
Suku: Fíjate. Ahora.
Y el corazón de Megumi dió un vuelco. No podía creer que estuviese ahí y rápidamente tomo una sudadera para salir. No hacía frío, pero el viento pegaba en la cara haciendo que sus mejillas se sonrojaran y lo odiaba. Se arregló el cabello débilmente y salió, esa vez ni hubo problema alguno pues su padre trabajaba hasta tarde.
Lo primero que hizo fue asomarse, notando el coche de Sukuna estacionado. Sin premeditarlo, salió para encontrarse con él, quien llevaba una simple rosa roja en la mano y se veía como si hubiese terminado un ensayo, desarreglado del cabello y un poco cansado. Pensó en lo lindo que se veía así y deseó tomarle una foto. Deseó poder hacer tantas cosas y de su boca no salían nada de palabras.
—Sé que tengo... Razones, para hacer esto. Pero, Megumi, escucha... —hizo una pausa, buscando las palabras correctas y tardando un poco.
—Eso hago. — respondió con un deje de duda sobre su rostro. Algo comenzaba a tramar el contrario y no le gustaba para nada la forma en la que lo miraba.
—Vine a pedirte que salgas conmigo. Sé que es pronto, pero honestamente no me importa. Digo, me importa lo que tú pienses, pero sabes a qué me refiero. ¿No?
Megumi se sintió aliviado. Por alguna razón a su ansiedad se le ocurrió pensar que se iba a atrever a cortar lazos en ese mismo momento. Estaba gustandóle en serio y eso, ya no le asustaba. Sabía que el pequeño discurso ni siquiera era algo romántico, pero aún así, siguió totalmente embobado con el hecho de que al menos, se atreviera a preguntarle si quería seguir saliendo con él.
—Si quiero.— respondió nervioso, jugando con sus manos e intentado que aquello no fuese muy vergonzoso. No pensaba que eso significara que fueran pareja, pero por alguna razón se notaba que Sukuna no quería darle títulos a la relación que tenían, cosa que al inexperto Megumi no parecía importarle. Al menos, en ese momento.
Se gustaban. En serio se gustaban y las mariposas en el pecho del pelinegro comenzaban a pedirle una tregua.
——————
Pasaron los días en una nube. Dónde los detalles de Sukuna aparecían de repente y él, emocionado, se los guardaba para si mismo. Así como parecía, ambos querían que nadie "se entrometiera" y seguían su ritmo libremente. Los besos a escondidas entre clases e incluso, ensayos atrasados por estar con Megumi se habían convertido en el pan de cada día de Sukuna. No le molestaba en lo absoluto, pero ese sentimiento de sentir que se perdía a si mismo cada que los sentimientos por Megumi crecían, seguía ahí, carcomiendo su interior.

ESTÁS LEYENDO
Brokendate.
Fanfiction-¿Qué apostamos si ese chico está loco por mi a final de mes? -Sukuna, él no se ve así. Es Megumi Fushiguro. Está lejos de tu liga, y aunque no fuera así, no puedes jugar con él. Y Sukuna, listo para poner su plan en acción, ignoró que el corazón d...