Capítulo 39: Princesa al rescate

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He llamado a la puerta de la enfermería. Ewelein me ha abierto, está visiblemente agotada.

Ewelein: ¿Pasa algo, _____________?

_____________: No, solo venía a ver a Twylda.

Ewelein: Acabo de sacarla del trance... se tendría que despertar en unos minutos. Entra por favor.

He entrado en la enfermería, y sin saber por qué, mi cuerpo ha empezado a temblar. Temo la discusión que me espera y las reacciones que tendrá Twylda esta noche...cuando enterremos a su hijo.

Pero mientras ese momento llega, me he sentado a su lado simplemente y le he tomado la mano hasta que se despierte. Ewelein ha venido a mi lado y he aprovechado para preguntarle qué tal estaba.

Ewelein: No te preocupes, ¡estoy bien!

_____________: ¿Estás segura? Se podrían esconder huevos de Boltue en tus ojeras.

Ewelein: ¡Pasas demasiado tiempo con Chrome!

_____________: Ewelein... de verdad me preocupo por ti, me parece que no has dormido desde el incidente.

Ewelein: Te lo aseguro, estoy bien. Es verdad que no estoy en plena forma... pero estoy atenta a mis constantes. Sin embargo me toca la fibra que estés tan preocupada por mí.

_____________: Es normal, te quiero mucho.

Ewelein: _____________, tú...

Nos ha interrumpido una débil voz somnolienta.

Twylda: ¿_____________?

_____________: Buenos días Twylda, ¿cómo te encuentras hoy?

Twylda: Descansada... en fin, eso creo... tengo... hambre.

Ewelein: Aquí tienes un almuerzo, Karuto te lo ha preparado con mucho cariño.

Twylda: Oh, es muy amable por su parte. ¿Y qué hago aquí...? ¡Oh! Ahora lo recuerdo. Lo siento muchísimo, _____________. Te había herido.

_____________: No pasa nada, me pondré bien muy pronto. Ya no me duele gracias a los formidables ungüentos de Ewelein.

Pasé un rato en la enfermería hablando con Twylda. Recordaba con todo detalle su tentativa de suicidio del día anterior, y se disculpó por ello. Intenté tranquilizarla: no tenía porqué disculparse. Estaba sufriendo y no podíamos culparla de su decisión.

Abordamos rápidamente el tema del funeral de su hijo.

Twylda: No estoy segura de poder soportarlo... ¿estarás allí, a mi lado?

_____________: ¡Por supuesto! Ni se duda. Estaré allí, tranquila.

Se lanzó a mi cuello con aspecto feliz. Estaba confusa por aquella reacción, pero más tarde Ewelein me explicó que era el efecto de algunos medicamentos. Su humor iba a ser bastante cambiante, incluso confuso.

Twylda comenzó a bostezar poco después, así que la dejé descansar y salí de la enfermería...

Leiftan: ¡_____________!

_____________: ¡Leiftan! ¡Hola!

Leiftan: ¿Tienes unos momentos para mí?

_____________: Claro, dime.

Leiftan: Quiero enseñarte algo, ¿me sigues?

_____________: De acuerdo...

Puso una venda sobre mis ojos y me llevó caminando, no por mucho tiempo. Parece que entramos en una habitación porque siento el ambiente cálido y un olor muy agradable.

Eldarya Lo trae en la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora