•kairosclerosis• | fred weasley

CAPITULO I: Introducción

Bad to the Bone- George Thorogood & The Destroyers

Carina
31 de Octubre de 1993, Hogwarts

—Son 10 galeones— espeto de mala gana.

Roger Davies me mira claramente disgustado.

—Dijiste que serían solo 5— se queja frunciendo el ceño.

—Eso fue hasta que mi trabajo se hizo aún más complicado gracias a tu estupidez. Por poco soy atrapada por Snape y es mi jodido jefe de casa, me hubiera metido en un gran dilema. Pero no hay problema... a la próxima te encargas tu solito de encontrar un lugar donde hacer tus guarradas sin ser atrapado por ningún profesor.

Alzo una ceja retadoramente y el chico de quinto año resopla tendiéndome el dinero.

—Probablemente requiera de tus servicios la próxima semana...

—Madre mía, son peores que unos conejos. Ya veré si se me acomoda en la agenda— resoplo moviéndole una mano con desdén. Él aprieta la mandíbula, pero como es inteligente sabe que debe morderse la lengua e irse por donde vino.

Cuento los galeones con gesto aburrido y después los guardo en una bolsita oculta dentro de mi túnica.

—A veces me da miedo tu faceta de mafiosa— habla Carolina entrando a la torre de Astronomía.

Ruedo los ojos.

—Ni si quiera lo hostigue.

—Con tu cara es suficiente.

—Tan linda como siempre... ¿qué haces aquí? ¿Draquito está demasiado ocupado fantaseando con molestar a Potter?— cuestionó burlona. Me levanta el dedo miedo en respuesta.

Rio por lo bajo negando con la cabeza.

» Eso no es muy propio de una dama, señorita Snape.

—Oh cállate. Vine a buscarte porque Theo te necesita—refunfuña cruzándose de brazos.

—¿A mí o mis servicios?

—No lo sé, pero parecía importante.

—Bien...— suspiro con pesadez.

Comienzo a dirigirme a las escaleras y la hija de Snape no tarda en seguirme.

—Creo que te estás excediendo un poco con tus trabajitos. Mira nada más esas ojeras— me apunta con un dedo.

—Los trabajitos me dan mucho dinerito que ahorro para el futuro— me excuso encogiéndome de hombros.

—Todavía nos quedan cuatro años de escuela, tiempo es lo que tienes de sobra para ahorrar.

—Hmmm. Tal vez me tome un descanso hasta las vacaciones de invierno.

—¿Volverás a casa?— me pregunta con cautela. Bajo a la vista a mis pies sin saber muy bien que contestar.

—No me queda otra opción— murmuró por lo bajo. Mi amiga me observa con gesto preocupado.

—Rina... sabes que debes reconciliarte con tu madre. Tienen así desde que fue a dejarte a la estación en septiembre, la situación afecta a toda tu familia.

—Ella ni siquiera se ha disculpado, fue muy injusta conmigo y odié que me dijera cosas que son tan obvias. Se perfectamente que no está contenta con mi casa, mucho menos con ciertas de mis amistades. No soy la copia de Dora que ella espera que sea, debe superarlo de una vez.

—Mira, no estoy muy de acuerdo con algunas cosas que te dijo, pero sigue siendo tu madre— cierra los ojos un momento y luego me observa con determinación— Si ella no se anima a dar el primer paso es porque se siente mal por haberte lastimado y teme molestarte más, no se lo pones muy fácil tampoco. Y el que estes siendo tan borde con tu hermana...