CAPITULO XXII: Los Longbottom

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Da Ya Think I'm Sexy?- Rob Stewart

Carina

Para cuando llegue a las cocinas, Fred ya estaba instalado junto a sus hermanos desayunando.

Había logrado ocultar las marcas, gracias a el cuello de tortuga de mi jersey.

Mis padres estaban sentados tomando café y charlando animadamente con los adultos de la casa.

Al verme, papá se puso de pie con unas prisas que por poco se cae.

—¡Mi niña!— chilla él estrujándome en sus brazos— ¡Cuanto te he extrañado!

—Papá— me quejo avergonzada viendo sobre mi hombro a los Gryffindor.

Fred oculta su sonrisa bajo un puño.

—Nada de papá— me imita con una voz ridículamente aguda, separa el abrazo tomándome por los hombros— ¡Has escrito muy poco!

—Bueno... tampoco es que los tenga muy contentos— murmuro incomoda.

No se me olvida lo decepcionados que estaban con el incidente de Pansy.

—¿Por qué traes cuello de tortuga?— es lo primero que suelta mamá.

Se ha puesto de pie sigilosamente y ahora está a un costado de papá.

—¿Eh?

—Odias los cuellos altos— frunce el ceño— ¿Por qué te has puesto esa blusa que tanto detestas?

—Ah— finjo un poco de tos— Es que he estado teniendo demasiado frío y me duele garganta.

—Oh Merlín— se acerca aún más y me asusto cuando alza una mano, pienso que palpará mi cuello, pero termina por poner su palma en mi frente— No pareces tener fiebre ¿por qué no te tomas una infusión invernal?

—Eso ayudaría— digo tímida.

Mamá asiente y desciende su mano hasta acariciar mi mejilla.

—Feliz Navidad, Carina— me dice con voz suave.

Mi pecho se estruja con la muestra de afecto.

—Feliz Navidad, mamá.

Se acerca a las hornillas de la cocina y con un movimiento de varita pone agua a hervir junto a una bolsita de té.

—¡Venga! Abre tus regalos en lo que está tu bebida— exclama Dora emocionada.

Noto qué hay tres regalos envueltos sobre la mesa.

» Apresúrate, que quiero ver tu cara emocionada. Esto sucede pocas veces al año.

—Cállate— refunfuñó sentándome en la mesa.

Alcanzó el regalo más cercano. Es de un tamaño grande y pesa bastante.

» ¿Son piedras?

—Es el mío— sonríe papá— No grites demasiado, por favor.

—Hmmm.

—Una enana emocionada— comenta George— Que curioso de ver.

—Créeme, se ve adorable emocionada— le responde su gemelo.

Siento un sonrojo expandirse por mis mejillas. Intento ignorarlo mientras empiezo a abrir el regalo.

Mamá alza una ceja y comparte con una mirada con papá, quién ahora tiene el ceño fruncido.

•kairosclerosis• | fred weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora