Capitulo 14

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~Amalia~

Al salir del baño ya puesta mi ropa me puse manos a la obra para tener un poco más limpio el departamento.

Las mantas que Gabriel me había prestando ayer yacían amontonadas en el pequeño sofá. Las doble lo mejor que pude una por una y después las acomodé en el mismo mueble. Gab todavía seguía encerrado en su habitación, y prefería no pensar que estaba haciendo.

Me hice un sándwich con lo que encontré en la cocina, que fue solo un poco de queso. Y limpie un poco la mesita del salón ya que se encontraba con las sobras de la comida de ayer y mi cuaderno de mates.

Una vez terminado Gab salió de la habitación. Que oportuno, termino de limpiar y el aparece.

Se lo iba a decir, pero mientras se acercaba por el estrecho pasillo pude notar que no parecía el mismo.

A ver, sabía que sería un poco incómodo por lo qué casi llega a pasar en su habitación minutos atrás, y lo cual evitaba con todas mis fuerzas pensar. Pero no parecía avergonzado o eso suponía, ya que su mirada no me decía nada. Parecía que su mente estaba muy lejos, como esas veces cuando aún estudiábamos en la cafetería.

—¿Tus padres ya deben estar por llegar verdad?— pregunto evitando mi mirada y concentrándose en mi sándwich que lo había dejado en la mesa.

—Si ¿Quieres un poco?— pregunté refiriéndome a mi mediocre desayuno.

— No. Comételo tú.

Quise preguntar que le pasaba pero en ese momento sonó el timbre y rápidamente Gabriel huyó a recibir a mis padres.

—Hola Gabriel, buenos días.¿Cómo estás? — pregunta mi madre mientras entra viendo todo a su alrededor

—Todo lo bien que se puede. ¿Y usted?

— Bastante cansada la verdad. Espero que estes conforme Amalia, porque me levante muy temprano solo para venir y que dejarás el drama— responde mi madre mirándome un poco enojada.

— Espero que no te hayas sobre pasado con mi hija— es el saludo de mi padre antes de entrar al departamento.

—No, no paso nada— es la respuesta de Gab y por la cual yo trato de no ponerme a recordar ese "no paso nada".

— Bueno perfecto, ¿y en donde estudian?— pregunta mi celoso padre

—Acá, en el salón.

—Bueno, ya vinimos, ya vimos el lugar y ahora nos vamos que quiero ir a descansar— dice mi madre antes de salir del departamento. Si, mi mamá podía ser bastante insoportable si no dormía bien en la noche. Y en este caso yo la tuve hasta bien entrada la noche en el teléfono, y tuvieron que ir madrugar bastante para llegar a las 7 de la mañana aquí .

—Está bien, ya nos vamos. Adiós Gabriel— dice mi padre antes de seguir la dirección de mi madre.

—Bueno...adiós, nos vemos mañana supongo— lo digo como afirmación pero más sonó a pregunta.

— Si, eso. Bueno adiós. Puedes cerrar la puerta al irte.— dice otra vez volviendo a ese estado neutro que no me gustaba.

— ¿Seguro estas bien?

—Si, adiós.— dice antes de encerrarse en su habitación.

Definitivamente algo le pasaba, pero insistiría otro día ya que mis padres estaban esperando por mi en el carro.

Cerré la puerta como Gabriel me indicó y me dirijo al carro.Me subo en el haciendo trasero del cacharro gris y mi padre enciende el auto rumbo a casa.

******

Me encontraba en mi cuarto acostada en la cama. No tenía nada que hacer, los deberes que me habían mandado los profesores ya los tenía hechos, o por lo menos la gran mayoría de ellos.

Después de llegar de casa de Gab, me prepare otro sándwich ya que el mío lo había dejado en la mesita de Gabriel.
Con mi barriga llena, me puse a ver una serie, pero me aburrí y apagué la televisión. Eso me sabía ocurrir muy seguido, y por esa razón no me gustaba hacer maratones, ya que me aburría o me dormía o aveces ocurrían las dos.

Pero regresando al tema, no tenía nada que hacer un domingo por la tarde. Si, me encontraba más sola que piojo en cabeza de calvo.

Saque mi teléfono del bolsillo para buscar si milagrosamente entre mis contactos había alguien con el que salir.

Mamá, papá, abuela Marta, Primo mateo, Gabriel, Samara.... No, mis padres se encontraban descansando, mi abuela vivía en la otra punta de la ciudad, mi primo mateo tenía apenas 12 años. Gabriel necesita un tiempo separado de mi. Y samara no era una opción ya que hacia tiempo que había dejado de hablar con ella. De echo dudo que siquiera se acordara de mi. seguí buscando entre mis contactos hasta que encontré a alguien.

Rápidamente la llame, sabía que sería más fácil hacer eso que enviar un mensaje.

— ¿Hola?¿Quien es?

— Maya, soy yo Amalia. ¿No leíste el nombre antes de contestar?

— En realidad no. Estoy por la calle principal viendo si tengo suerte y hoy encuentro a mi alma gemela.

— No pues hablar, buscar a tu otra mitad y pasear al mismo tiempo. Es peligroso.

— Si lo se, pero tú me llamaste y es de mala educación no contestar.

—Bueno como sea. ¿Podemos vernos?

— Si quieres, pero me debes ayudar a encontrar a mi pareja.

— Trató. Nos vemos en la cafetería El Rincón. ¿La conoces?

— Si, te espero 10 minutos si no llegas me voy yo sola buscar a mi otra mitad.

— Si, ya me apuro.

Cuelo la llamada y rápidamente bajo las escaleras y salgo de casa no sin antes gritar que me voy a pasear para que mis padres lo sepan.

Si, tal vez no era el plan perfecto, pero esto era mejor que nada.

Esperaba que esta tarde mejorara y que me ayudara a acercarme más a Maya. Tal vez hasta podríamos llegar a ser amigas.

*****
Hola gente. ¿Como están? Bueno pues, gracias a que logre terminar todo a tiempo les pude traer capítulo hoy, ósea un día antes de lo previsto.
Espero que les haya gustado.

Pd: me encanta leer sus comentarios.

Pd2: estoy pensando hacer un maratón de tres capítulos. ¿Que les aparece?

La pareja perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora