~Amalia~
Desperté cuando una luz me pegaba en los ojos impidiéndome volver a conciliar el sueño. Aunque ahora que me daba cuenta, ya no me encontraba en ea siento del carro siento estaba acostada en algo más suave y por lo calentito que siento seguramente estoy en una cama.
¿En que momento llegue a parar en una cama?
Abro los ojos súbitamente sin esperar a que estos se acostumbren a la luz y teniendo que cerrarlos otra vez. Con más calma lo vuelvo a intentar y ahora si que puedo ver lo que me rodea.
Primero descubro que la luz que apuntaba mi rostro eran los rayos de sol que pasaban por la ventana. Volteo un poco la cabeza para ver en donde estoy y wow...
Gabriel está de espaldas a mi solo vistiendo su ropa interior, se nota que hace poco salió de la ducha ya que su cabello se encuentra húmedo y algunas gotitas de agua le caen por el cuello y después se pierden por su pecho.
Se empieza a poner un pantalón jean sin todavía notar que lo estoy viendo. ¿Porque no desperté antes? Podría haberlo acompaña bañarse o...
-Buenos días Ojos Bonitos- dice mientras se da la vuelta. -¿te gusto la vista?- habla en tono arrogante mientras se pone una camiseta.
Si...- Puf para nada- dijo intentando controlar un poco mis hormonas.¿Porque se tuvo que poner ropa? -Por cierto, ¿En donde estamos?- digo cambiando de tema.
-En casa de mi padre, llegamos ayer en la noche.- dice acercándose a mi.
-¿y viste a tu padre? - preguntó mientras me siento en la cama.
-No, ya se encontraba dormido. Pero ahora iré a verlo. ¿te parece si descansas un rato? Si demoro mucho y te entra hambre bajas las escaleras y a la izquierda verás la puerta de la cocina. Seguramente allí estará Marcela preparando el desayuno, y seguramente te dará alguna cosita para comer.- se sienta junto a mi en la cama y me queda viendo, se le ve bastante nervioso, y no solo lo digo por el constante movimiento que ejerce su pie contra el suelo de la habitación. Sus manos inquietas vagando por todo el cobertor de la cama también lo ponen en evidencia.
-Ey, relájate.- dijo en tono bastante calmado y cogiendo sus manos- Todo va a salir bien, ve antes de que cambies de opinión. -muevo la cabeza en dirección y Gab solo me da un asentimiento de cabeza antes de ponerse de pie y marcharse de la habitación.
Una vez sola me permito observar mejor el lugar en el que me encuentro. Las ventanas son amplias y las paredes de un tono naranja, el único mueble que hay es de madera y al lado de este se encuentra un espejo de cuerpo completo.
Dios, me veo horrible. Los viajes no me hacen nada bien siempre termino con todo el pelo hecho nudos y la mayoría de veces mi piel se pone un poco pálida.Con eso en mente me levanto y he intento arreglarme tanto como me es posible ya que no tengo la menor idea de en donde se encuentra el baño. Y respecto a eso. ¿Porque estoy con mi pijama si ayer tenía otra ropa? La respuesta llega a mi mente. Seguramente fue Gabriel, porque la tal Marcela no creo que haya sido. Me sonrojo frente al espejo al saber que Gab me vio desnuda, o semidesnuda mejor dicho. Ya que alzo mi camiseta y todavía tengo mi brazier en su lugar.
Bajo todavía con el pijama, porque la verdad tengo bastante hambre. Sigo las indicaciones que Gab me dijo y efectivamente al entrar a la cocina Marcela, una señora que se ve bastante joven para la edad que presumo tiene me saluda alegremente y yo le respondo igual.
-Supongo que tienes hambre no es así- pregunta mientras corta un poco de fruta.
-Si la verdad- respondo mientras Marcela me invita a sentarme en una de las bancas que se encuentran en la isla de la cocina.
-Bueno en nada término el desayuno, aunque hasta eso puedes comer un poco de cereal.- dice señalando el empaque abierto que se encuentra cerca de ella.
Me apresuro a tomarlo, y poco después Marcela vuelve a hablar.
-Espero que Gabri te este tratando bien, ya se que es un poco complicado pero es buena persona-
-eh si, es un buen amigo -
-Si claro son amigos, yo en el fondo se que se gustan. Créeme Gab nunca lleva a nadie a casa. Desde hacía mucho que no sabemos de sus amistades. Al último que conocimos fue a Mich, pero de allí nada de nada. Me alegro que estés aquí. - dice terminado la conversación y deja dome un poco aturdida. Yo pensaba que Gab era una persona mucho más sociable, o bueno eso me había dado a entender el.
********
Casi veinte minutos después regresó cabizbajo Gab, he inmediatamente Marcela nos dejó a solas ya que debía darle el desayuno a Dan, el padre de Gabriel.-¿Cómo estuvo?-
-Supongo que bien, aunque me da una tristeza enorme verlo así. El cancer lo está consumiendo poco a poco y hoy me dijo que lo que más quería es verme feliz, y que no debía rendirme en encontrar a mi alma gemela.- dijo casi sin ganas. Estaba bastante triste, sus ojos no mostraban brillo ni otra expresión que no fuera tristeza. El estaba bastante apegado a su padre y seguramente su partida le dolería muchísimo. Pero para eso estaba no yo le ayudaría a levantarse cuando el momento lo requiriera.
Después del delicioso desayuno que preparó Marcela Gab me indicó en donde estaba el baño y me pudo poner un poco más decente. Al salir, todavía con el pelo mojado por la ducha Gabriel me esperaba en la puerta del cuarto en el que habíamos pasado la noche.
-¿Quieres conocerlo?- preguntó el mientras yo guardaba mi ropa en la maleta. - ¿Quieres conocer a mi padre? - preguntó para aclararlo aunque yo ya le había entendido.
-¿Estás seguro?
-Absolutamente- dijo antes de cojer mi mano y arrástrame por el pasillo del segundo piso hasta llegar a una puerta que se encontraba semiabierta.
Gab entro sin siquiera tocar y me jalo para que entrara con el. Tenía que admitirlo, estaba bastante nerviosa. Nunca había visto a una persona que estuviera cerca de la muerte, en realidad por fortuna nunca nadie de mi familia había estado pendiendo de un hilo entre la vida y la muerte.
El padre de Gab se encuentra en una cama bastante grande, conectado a algunos aparatos médicos. Debería decir que se ve demacrado, pero el brillo en sus ojos al ver a Gab lo hace parecer en mucho mejor estado. Son bastante parecido, aunque Dan tiene el pelo mucho más claro que el de su hijo y una pequeña barba.
-Supongo que tú eres Amalia - dice el señor mirándome con una sonrisa en su rostro.
-Si, y usted el padre de Gab - dijo también con una sonrisa en mi rostro.
-Si eso es- dice alejando su mirada de mi y volviendo a posarla en su hijo, antes de dirigirla de nuevo a mi- ¿y que te gusta hacer en tus tiempos libres?
La conversación fluye sin ningún problema, y creo que eso fue lo que me animo a ser psicóloga. Me encanta escuchar hablar a la gente ver como se iluminan sus ojos cuando algo les gusta o el simple hecho de escucharlos sin más.
En algún momento también se sumó Marcela a la conversación y fue tan agradable que el tiempo paso volando y cuando me di cuenta Gab me estaba diciendo que fuera a cojer mis cosas porque debíamos regresar. Yo a casa y el a su departamento.
Me despedí de Dan y Marcela y los deje a los tres solos para que se despidieran mejor. Al fin y al cabo yo era una extraña y necesitaban hablar un tiempo entre los tres.
Cuando estuvimos montados en el carro emprendiendo el regreso no puede evitar pensar que me agradaba todo de Gab, su familia, nuestras discusiones, la forma en que le encantaba hablar de arquitectura, física y matemática... no quería creerlo, siempre que el pensado cruzaba mi mente lo eliminaba tan rápido como podía. Pero cada vez se me hacía más difícil. No quería pensar que sentía algo por el, mucho pero que estaba enamorada. Simplemente no podía suceder hacía años me lo había propuesto.
Jamás volvería a enamorarme de alguien con la inyección. Jamás.******
Hola :)
¿Cómo están?
Bueno lo prometido es deuda, aquí está el cap acá en mi país son casi las doce así que se puede decir que logre traer capítulo el sábado.Espero les haya gustado, y bueno nos vemos el martes o miércoles.
Besos😘
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La pareja perfecta
JugendliteraturPor medio de una inyección puedes encontrar a tu pareja perfecta, esa con la que tendrás una vida llena de felicidad. ¿Pero esto es lo que realmente necesitas para encontrar el amor ? Amalia no quiere ponerse la inyección, porque cree fielmente que...