𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 || 𝑆ℎ𝑢𝑢𝑚𝑎𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒

¿Me Notaste?

"¿Quién se cree Poseidón que es para hacerme eso a mí, la diosa del orgullo?" Solo esas palabras eran capaces de reproducirse en la cabeza de la pelinegra, su paso era apresurado y no tenía rumbo alguno, solo caminaba dando vueltas por todos los pasillos en busca de apaciguar su enojo y temblor causado por la adrenalina e indignación de las palabras de Ares. Su cabello como la seda se movía como telas con el viento y sus tacones era lo único capaz de escucharse en los vacíos y enormes pasillos, sus ojos verdes brillaban de una forma única que quien la viese pensaría que estos se saldrían de sus orbitas.

La diosa llego a uno de los pasillos que daba a las entradas a la arena, no sabía exactamente si era la entrada de los humanos o los dioses pero poco le importaba. Su ira era tal que se acercó a una de las paredes la cual golpeo con su delicada mano; en primera instancia no se notó mucho el daño de su golpe hasta que la pared comenzó a cuartearse poco a poco dejando caer algunos pedazos al suelo.

Lafne seguía con su mano contra la pared recostando un poco su cuerpo de su antebrazo, se incorporó, acomodo su largo cabello y limpio un poco su vestido de rastros de escombros y polvo. Justo en ese momento se comienzan a escuchar las pisadas pesadas de alguien que venía desde el fondo del pasillo Lafne sabía perfectamente quien era, esa figura encorvada, desgastada y herida era difícil de no distinguir. Tampoco podemos olvidar su extravagante vestimenta, era Jack aquel humano audaz y estratega que había vencido a Hércules.

Este continuaba acercándose y a medida que su lejanía se acortaba trataba de incorporarse, quito su sombrero colocándolo en su pecho y su mirada muerta de color gris se encontró con los ojos esmeraldas de Lafne la cual lo miraba con detenimiento.

—Oh madame, que afortunado es encontrarme con mi salvadora…— Volvió a encorvarse en forma de respeto?—No sabría cómo agradecerle.

—No necesito de tu agradecimiento, no lo hice por ti.—Miró sus uñas de forma egocéntrica.

El silencio reino entre ambos y Jack se forzó a incorporarse totalmente para poder mirarle, era una mujer alta quizás de las más altas que había visto en todo lo que estuvo vivo, hermosa e imponente. Denotaba a flor de piel que era de un carácter inquebrantable.

—¿Y porque lo hizo entonces? ¿No solo fue por la pena de un pobre ganador apedreado por una sociedad humana injusta?

—Sería una lástima que necesitarás de un título para ser ayudado por alguien y dar pena. Si te ayude fue por la irrelevancia de los humanos obviamente ¿Por qué atacarte? Tú no eras el traidor, les diste una oportunidad de vivir… Solo son malagradecidos, Hércules era humano pero se convirtió en un semidiós y a pesar del amor a los humanos peleo del lado que los mataría y él nunca estuvo dispuesto a perder, jajaja. —La diosa río de forma sarcástica y hasta un poco malévola.

—¿De qué lado estas Diosa?- Jack estaba encantado y embobado con el misterio de aquella mujer que a pesar de brillar tanto podría ser tan siniestra, era como desglosar el contenido de un libro horrible con una portada simple y colorida.

—Diosa del orgullo, no soy una diosa cualquiera y estoy del que me entretenga más, no te confundas… Mataste a un amigo mío a quien le tenía cariño y hasta le debía algo, pero el hecho de que sea mi amigo no significa que vaya a poner por debajo tu formidable batalla no soy hipócrita. Fuiste capaz de derrotar a Hércules, quien mato a mi padre y recibió la bendición de mi orgullo para nunca perecer en sus batallas, mereces por lo menos mi ayuda ¿No crees?—Lo miro desde arriba con una sonrisa de medio lado.

El ojo carmesí de Jack brillaba con fervor, estaba extasiado y a punto de desbordar lágrimas por sus mejillas esqueléticas, aquella mujer brillaba con aquel color acogedor del Dios que hasta ese momento pensó que sería único de él, con aquel color único que le recordaba a su pasado en el momento en el que pudo ser feliz. Era orgullo, el color de Hércules era causado por el residuo del orgullo de esta imponente mujer malvada y si pudiera quedarse con solo parte de ese color lo haría.