Guerra De Troya

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Dioses, diosas y diversos mortales fueron invitados a la boda de Peleo y Tetis a excepción de la diosa Eris la cual no fue invitada debido a su naturaleza problemática, pero como no fue invitada y nadie le dijo que no podía asistir hizo acto de presencia.

Eris fue acompañada por su hija Lafne diosa del orgullo y la soberbia quien la había obligado durante decadas que la llevara al olimpo y la colocará delante del dios de los dioses para así mostrarle quien era y utilizando de excusa aquel acontecimiento, tomando en cuenta que Zeus Dios de los dioses estaría presente y con estrictas órdenes de él en su cabeza escolto a su hija a la boda.

Al momento de Lafne y Eris mostrarse delante de los invitados se robaron la atención de todos, Eris por la impresión que sentían por el hecho de que sabían de que no había sido invitada y Lafne por su belleza inigualable, largo cabello negro como su madre, piel tostada y rostro angélical. Eris busco entre el publico y se encontró con la mirada de Zeus a quien se dirigió directamente junto a su hija.

—Eris, es un placer verte por aquí —Abrazo y beso en las mejillas calurosamente a la pelinegra sonriendole ampliamente. Su cuerpo delgado y esquelitco se veía demacrado y de poca fuerza.—¿Quién es la belleza que está a tu lado? —Preguntó mirando a Lafne analizando cada curva de su delicado cuerpo y Lafne no hizo más que sentir pena y asco.

—Mi quinceava hija Zeus, tu nieta.—Agrego con calma Eris, no le sorprendía el interés palpable de su padre pues fue capaz ya de unirse con una de sus hijas, Ate. También fue capaz de transformarse en su tío Hades para seducir a su hija persefone y consumar con ella, la cual es fruto de la violacion de él con su hermana Demeter.

Zeus emocionado por su última nieta proveniente de su hija la había presentado ante todos haciendo énfasis de su belleza. Al momento de llegar juntos a Afrodita, Hera y Atenea las presentó ante todas, su abuela la recibió con buena cara pero Lafne sabía de que debajo de esa máscara no había plena comodidad con su presencia. Afrodita y Atenea no le mostraron molestia alguna es más, había notado que le restaron importancia.

París quién estaba sentado delante de las Diosas en un tronco se había perdido en la tostada piel de Lafne pero no había encontrado las fuerzas para articular palabra. Eris al poco tiempo arrojó una manzana dorada la cual se posó delante de las Diosas, esta manzana tenía grabado en ella "Para la más hermosa" Todas las diosas se miraron entre sí y Lafne se coloco al lado de París quien seguía mirándola con detenimiento y admiro como las demás Diosas peleaban por dicha manzana.

—Diosa del amor y la belleza. Creo que no debería ser más claro, es mía. —Dijo afrodita mirando con desafío a Hera quién sostenía la manzana. Afrodita a los ojos de quien sea era divina, de cuerpo hermoso y curvo, con grandes pecho, facciones finas y un cabello rizado y rojizo.

—No sólo es belleza si no tambien fuerza y estrategia Afrodita—Dijo Atenea quien tomo la manzana de las manos de su madre mostrándosela a la Diosa de la belleza.

—Entonces, debería Zeus dictaminar eso—Hera miro a su esposo con ojos bañados en fuego al encontrarlo mirando a su nieta y el antes mencionado no evito ponerse a sudar frío.

—¡Si, claro! Pero alguien mejor que yo para tomar esa decisión es París ¡Discúlpenme ya me voy!—Y así desapareció de la vista de París y de las diosas.

París había pasado más de 5 minutos mirando atentamente a todas las Diosas y no podía dejar de pasar su mirada de Afrodita a Lafne quien estaba a su lado. Esta última se acerco a él y se arrodillo en su frente y por lo bajos le dijo:

—No trates de elegirme a mi, soy mucha más que cualquier diosa y no necesito ser elegida por nadie para saberlo. —Su mirada y sonrisa eran calidas pero sus palabras cortaban como un puñal recién afilado.

París ante la petición de la Diosa y su sonrisa misteriosa terminó por elegir a Afrodita desatando la furia de Hera quien salió disparada fuera del acontecimiento con el rostro rojo de la ira y la vergüenza.

Lafne vio como un madre la llamaba con la mirada se puso de pie, se levantó acercándose a ella quien se encontraba entre los rosales y dejó que esta la guiará donde estaba su abuelo Zeus. Este al ver la presencia de ambas damas volteo para recibirlas con una sonrisa.

—Zeus, la pongo ante ti porque tiene el potencial suficiente a diferencia de mis demás hijos de estar junto a ti en el olimpo.—Dijo hablando de Lafne— Los dejaré solos para que hablen.

Eris se perdió entre los rosales y las hojas verdes del lugar esperando que Zeus no fuera tan estúpido de permitirle la entrada al olimpo a Lafne pues tal vez era la diosa del orgullo pero tenia el espíritu de todos sus hermanos dentro si, era la combinación perfecta del mal mismo y Zeus era fácil de engañar hasta cierto punto.

—Entonces ¿Quieres entrar en el olimpo hermosa flor? —Zeus intento colocar su mano en el hombro de Lafne pero algo lo evito. Una luz salió desde su pecho materializandose en una mano la cual sostuvo la de Zeus y la apretó de tal forma que estuvo apunto de romperla pero la fuerza de él la superaba, este se libró del agarre quedando totalmente impresionado— Oh, al final de cuentas no eres una cosita débil.

Zeus comenzó a cambiar de forma haciendo que su cuerpo se volviera musculoso y enorme. Lafne lo miraba atenta sin expresión alguna, este la tomó de sus brazos golpeandola contra una pared apresionandola.

Sus cuerpos estaban unidos y el Dios de los dioses de acerco al cuello de la divinidad para suspirar su aroma volviéndose loco con el, pues era único, un puro afrodisíaco.

—Vas a necesitar más que luz para hacerme frente, pequeña—Las palabras de Zeus fueron interrumpidas por una fuerte patada en el estómago que lo alejo de la chica con una fuerza sobre humana. Ella había tomado impulso del agarre de él para usar sus piernas como ataque directo.

—Necesito incluso menos para poder enfrentarme a ti y a quien sea—La luz se hizo presente nuevamente y se materializó en esta ocasión en una gran lanza. Apunto esta hacía el quien se levantaba del suelo risueño y con un rostro de excitacion.

—Orgullosa ¿Así te llamo tu madre?

—Lafne, hija de Anteo. El pilar faltante entre las maldades que asechan al mundo y a los humanos pero para ti Dios entre Dioses soy La Diosa del Orgullo y la Soberbia.

—Entonces fuiste tu quien conspiró contra Anteo, si Poseidon te viera te mataría. —En esta ocasión Zeus se colocaba de pie acercándose a la Diosa, esta mantenía su lanza en posición de ataque dispuesta a atravesar a su abuelo. —Me gusta tu determinación y seguridad. A pesar de tú tamaño como hija de un gigante tienes la fuerza de uno, quien te viera no temeria de ti ni un minuto, no se imaginaria la fiera que habita en ti.—Estando aún más cerca de ella incrustó la lanza de la Diosa en su prominente y tonificado pecho dejando que de este cayeran gotas de sangre—Siento la necesidad de hacerte total y enteramente mía.

—Nadie podría hacerme suya, eso significaría perder algo en el proceso y yo sería incapaz de perder. —Sus ojos conectaban con los de el transmitiendo asco y desprecio cosa que más allá de molestar o enojar a Zeus le ecxitaba—No soy una cualquiera para estar con un cualquiera.

—El hecho de que te rehuses me llama aún más la atención—Introdujo en su totalidad la lanza en su pecho la cual ante este acto se desvaneció, río frenéticamente pensando que tenía una ventaja mayor pues a su parecer las armas de la diosa no eran tan resistentes después de todo. Se abalanzó sobre ella esperando sentir el frágil cuerpo de Lafne bajo suyo a su merced pero esto fue impedido por una barrera de luz que la cubría, la vio dentro de la cúpula reírse de él la diosa podría convertir esa luz en lo que desease así que la convirtió en millones de lanzas las cuales lanzó ante Zeus clavadolo a una de las paredes rodeadas de hojas y flores.

—No eres tanto y al final y yo no soy tan poco para enfrentarme contra ti y perder mi tiempo en una batalla seria. Llévame al olimpo y no perdamos el tiempo.

—Diosa del orgullo eso eres, lo brotas de tú piel a borbotones. —Zeus se quito de un solo movimiento todas las lanzas de luz y se levanto como si nada, Lafne se impresionó pero no lo dejo notar.—Merecedora eres de dicho titulo, tu madre hizo un acierto. Pero ocultas más que orgullo debajo de esa piel es como si tus catorce hermanos han dejado parte de su esencia en ti y eso es interesante. Eres bienvenida al olimpo, si eres capaz de hacerme frente puedes con todo y yo Zeus Dios de los Dioses te proclamó la Diosa del Orgullo y la Soberbia la diosa que no necesita que nadie le rinda tributo u ore.

𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 || 𝑆ℎ𝑢𝑢𝑚𝑎𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora