La Valquiria se paseaba por los pasillos del Olimpo acompañada de su hermana menor quien le daba la mano. El Ragnarock había sido decretado y los dioses se habían tomado un pequeño descanso antes de reformar nuevamente la estancia en el parlamento para darle inicio así a dicha actividad que dictaminará la supervivencia de los humanos, el descanso iba a ser un tiempo de un mes, en otras circunstancias no habría sido necesario si se hubiera llegado a un acuerdo definitivo pero se había hecho un cambio en los acontecimientos. El rostro de la valquiria menor tenía una expresión de preocupación y las lágrimas querían salir a causa de la frustración.
—¿Que pasa Geir? —Observó como su hermanita se tiraba al suelo de rodillas.
—¿Por qué hiciste eso Bruhilde? ¿PORQUE TE OPUSISTE A LA VOLUNTAD DE LOS DIOSES Y LOS HICISTE ENOJAR? —Gritaba la pequeña —Vas a hacer que te asesinen... No puedo aguantar más hermana.
—El lazo entre los humanos y nosotras, las valquirias es más profundo que el que tenemos con los dioses.—Le dio la espalda a su hermana dejando que su cabello azulado bailara con el viento—Es imposible que pueda abandonarlos.
Geir miraba con admiración a Bruhilde, se había dado cuenta de que su hermana se estaba arriesgando enteramente por el destino de la humanidad sólo su hermana sería capaz de hacer algo así. Es increíble como estaba protegiendo la humanidad hasta tal punto.
—Pero ¿La humanidad realmente puede ganar? ¿Quiénes crees que serán los representantes de los dioses?
—Pero que pregunta tan estúpida, Geir. Su vanguardia será... —
La conversación de ambas valquirias fue interrumpida por alguien que había llamado a Bruhilde, Incubus hizo acto de presencia con su cabello blanco y sus ojos rojizos. Miraba a Bruhilde con ojos risueños y una risa coqueta salió rasposa de su garganta.
—Lo que hiciste en la conferencia fue algo diferente al usual, ¿Eh? No se que planeas pero espero que tengas cuidado. —Decendio finalmente ante la valquiria mayor acercandose estrategicamente— Los dioses son crueles y despiadados y son un grupo de egolatras. —Finalmente se acerca a la peliazul tomándola de la cintura y acercándola a el, sus ojos conectaron entre sí pero la mirada de Bruhilde continúa inexpresiva.—Pero si ocurre algo me asegúrate de protegerte ¿Vale? Bruhilde...
La larga lengua de incubus como dios de la lujuria y el deseo se hizo presente lamiendo la cara de Bruhilde abasteciendose de su sabor femenino. Geir vio aterrorizada como Incubus empujaba a su hermana mayor la cual cayó al suelo.
Lafne miraba desde lejos la escena viendo como Incubus era el mismo demonio asqueroso e intenso como de costumbre. Ella había estado esperando que el drama terminará y que finalmente Incubus violara a Bruhilde para poder pasar y así llegar a su destino pero no tenía ánimos para esperar más tiempo y comenzó a aproximarse a ellos.
—Que buena actitud tienes.—La exitacion de Incubus era mayúscula al ver a la Valquiria arrodillarse— Ya hace tiempo que estoy interesado en ti sabes... Me gustaría saber que voz saldría de la orgullosa y poderosa Bruhilde.
—Incubus, no creo que con esa actitud logres algo. —Lafne finalmente llegó ante ambos susodichos básicamente burlándose del demonio. —Y cabe recalcar de que te viste bastante imponente y decidida en el parlamento para que estés arrodillada ante un simple demonio divino, ni siquiera eres merecedora de recibir la palabra orgullo.
Se coloco casi al lado de la Valquiria con sus manos unidas delicadamente en un agarre. Su cabello negro caía por sus hombros delgados y su vestido rojizo bailaba con la brisa fría de esa tarde. Incubus miro aún más interesado a Lafne quien le dedico una sonrisa de total hipocresía.
—No me estoy arrodillado ante el. —Agregó la peliazul.
Un gran martillo se hizo presente ante todos y principalmente ante Incubus pues fue quien recibió el ataque completo. Martillo que cubría en su totalidad a quien lo manejaba. Incubus fue partido a la mitad por dicho artefacto dejando todo el lugar lleno de sangre y tripas, Lafne retrocedió lo suficiente para no ser manchada por sangre de un demonio regalado.
—Ha pasado mucho tiempo... Thor-Sama —Artículo la valquiria.
Thor es uno de los dioses nórdicos más conocidos siendo el más fuerte de los dioses, protegía a la juventud, al rayo, al fuego y a la arquitectura.
Lafne dirigió su mirada al antes mencionado encontrándose directamente con sus ojos los cuales eran amarillos como las piezas doradas de sus accesorios y sus escleroticas de un negro profundo como la mismísima noche.
El rostro de Geir era de total pavor mientras sus piernas temblaban hasta más no poder. Por la mente de la menor pasaba si debía arrodillarse o no ante aquel dios y por el miedo de la misma Lafne se preguntó si realmente dicho dios era tan importante al final de cuentas.
Thor era un hombre de gran cuerpo y músculos prominentes, media entre dos metros y su cabello rojo y largo caía por las curvas de sus marcados músculos llevaba unas marcas en el rostro similar a los rayos que hacían juego con sus ojos dorados.
—Bruhilde ¿Que tramas?—El dios del trueno se posó delante de la diosa del orgullo exigiéndole algo con la mirada que no entendía en su totalidad.
—Siento decirle que no se de que me habla—El respeto que sentía la Valquiria ante el Dios le causaba repulsión a Lafne.
Lafne con la cabeza completamente hacia arriba miraba al gran dios poseedor del martillo. Este volteo para darle la mirada más aterradora a la valquiria, mirada que no sólo a Geir si no también a Bruhilde a pesar de estar de espalda les había casi arrebatado la vida.
—No me decepciones, si no te mataré.—Volvió a mirar nuevamente a Lafne.
—¿Que esperas? ¿Que me arrodille ante ti?—Una media sonrisa aparecio en su rostro angelical, movio levemente su cabello retirandolo de su rostro y poso sus ojos verdes en los de él.— Ni siquiera se que eres, no te considero lo suficiente para dedicarte dicho gesto.
—Que orgullosa.—Acomodo su martillo en su hombro, rodeando a la Diosa continuando su camino a paso calmado.
—Diosa del orgullo y la soberbia para ti y quien sea que sea capaz de dirigirse hacía mi persona.
—Hmmm. Debo admitir que lo tienes bien merecido.—A pesar de que fue un comentario medianamente positivo su voz salió tan desinteresada que le causó una molestia palpable a Lafne.
¿Había sido capaz de sentirse desinteresado hacía ella? No necesitaba la admiración ni la aprobación de alguien pero tampoco se veía en la necesidad de recibir cumplidos vacíos de alguien que ella no consideraba importante. Considero a Thor como un insolente más y alejándose de esos pensamientos escucho como la valquiria menor le preguntaba a su hermana que si no había sentido miedo del dios del trueno la cual volteo para dedicarle su rostro oculto entre su meleza azul bañado de sangre y horror.
—Hay que darnos prisa... Tenemos que elegir a los 13 humanos más poderosos que han habitado en los 7 millones de años de la historia de la humanidad.
—Suerte con eso valquiria, he depositado mi confianza en ti. No me mal entiendas, no estoy a favor de los humanos pero considero que tú táctica es interesante y podría darme un poco de diversión y como dijo el insolente pelirrojo espero que no me decepciones. Siéntete agradecida en tener la bendición de la diosa del orgullo y la soberbia. —Lafne mirando por encima del hombro a la valquiria termino por perderse entre los pasillos del olimpo.—
—Hermana Bruhilde, eso es imposible —Dijo restándole importancia a lo que dijo Lafne.—¿Que humanos podrán luchar contra dioses tan poderosos?
—Calmate Geir. Ya he elegido a nuestro primer luchador el debería ser capaz de hacerlo.—Una pantalla de luz se hizo presente de las Valquiria dejando ver millones de rostros de los humanos vivos y no vivos de toda la tierra. —Lo conocí en el campo de batalla. Él es probablemente es más fuerte.
—Hermana eso es imposible, ese hombre es demasiado peligroso.
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𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 || 𝑆ℎ𝑢𝑢𝑚𝑎𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒
Fanfiction''𝙉𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙝𝙚 𝙣𝙚𝙘𝙚𝙨𝙞𝙩𝙖𝙙𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙥𝙡𝙚𝙜𝙖𝙧𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙣𝙞𝙣𝙜𝙪́𝙣 𝙢𝙤𝙧𝙩𝙖𝙡 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙢𝙚 𝙨𝙪𝙥𝙚𝙧𝙞𝙤𝙧, 𝙨𝙤𝙮 𝙡𝙖 𝙪́𝙣𝙞𝙘𝙖 𝙙𝙞𝙫𝙞𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤 𝙣𝙚𝙘𝙚𝙨𝙞𝙩𝙖 𝙤𝙛𝙧𝙚𝙣𝙙𝙖𝙨. 𝙇𝙖 𝙦𝙪𝙞𝙣...