𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 || 𝑆ℎ𝑢𝑢𝑚𝑎𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒

El Pecado Original.

"¿Quién podía haberlo visto venir? Dios les bendijo y les dijo: Sean fructíferos e incrementen en número. Llenen la tierra y dominenla. Reinen sobre los peces que están en el mar, los pájaros que están en el cielo y sobre cada ser vivo que se mueva en la tierra."

El público espectante en pleno silencio, silencio tal que era capaz de cortar cualquier objeto. La luz se había dispersado dejando ver a un hombre sentado en una piedra el cual se puso de pie lentamente. Desde el balcón de los dioses a pesar de la altura y la distancia la vista era medianamente clara, por la presentación todos estaban claros de quien era y a más de uno la piel se le había erizado. El susodicho descendió dando un brinco del pilar hacía el suelo causando un estruendo incomesueable, había causado un leve agujero donde había caído. Los animales volvieron por donde entraron y el susodicho hasta ahora misterioso por lo menos para Lafne se reincorporó.

—Definiendo la verdadera esencia de un hombre. Realmente él... Es un hombre entre hombres. La única cosa en la que confía es en el peso de sus puños y él es el último superviviente de los que pelean desarmados.

Lafne continuaba confusa, miro hacia ambos lados encontrándose con Ares en total seriedad y con los dioses con el mismo semblante, casi en posición de ataque sin dejar de mencionar sus hombros tensos.

Finalmente el humano era totalmente visible aunque continuaba con la mirada baja, estaba totalmente desnudo aunque su zona íntima era cubierta por una hoja, llevaba una manzana en su mano y su cabello rubio cubría parte de su rostro. Sonrió de medio lado y levantó la manzana hacia el cielo dejando que su cabello cubriera sus ojos.

—Se le dio la vida pero también dio origen al pecado original. En toda la historia, este es el hombre más odiado por los dioses. Si hay alguien que pueda acabar con los dioses es él, el padre de la humanidad y su nombre es... Adán.

Al momento de ser mencionado su nombre, el humano conocido como Adán mordió la manzana en su mano con una sonrisa de medio lado, sonrisa que desapareció al posar su mirada a su alredor de manera desinteresada, sus ojos eran de un azul como el mar con cielo despejado que brillaban hasta hacer doler la vista de cualquiera. Lafne miro nuevamente hacía su izquierda y se encontró con el rostro de horror de su abuelo, el público no tenía una expresión tan diferente pues la impresión era mayúscula, notó como muchos escritores y dibujantes plasmaban en papel tal momento que ante sus ojos era único y digno de recordar en la otra vida.

La pelinegra no se contuvo a rodar los ojos en muestra de molestia y desaprobación pues veía tan estúpido sentir tanta admiración por un ser aunque podía entenderlo hasta cierto punto, eran humanos mucho no podía esperar, eran débiles e inferiores. Miro atentamente al rubio quien escupió lo que había comido y presto más atención a su cabello dorado y ondulado, a sus ojos azules y su definida musculatura. Tenía un rostro angelical y fino, una belleza incomesurable pero tal vez para los humanos la belleza era suficiente para llenar sus ojos pero para Lafne hacia falta determinación, habilidad y fuerza.

Heimdall comenzó nuevamente con sus presentaciones y dando paso con la frase: "Tenemos al dios más poderoso de toda la India" ya todo el complejo de Dioses estaban al margen de que Shiva sería el siguiente en batallar. Lafne noto la ausencia repentina de su abuelo y por su mente solo podía pasar que nada bueno tramaba, Zeus era escurridizo y podría usar muchas cartas a su favor si así lo quisiese.

El ya presentado Shiva tardo más de lo debido en aparecer y todos conociendo a Shiva tenían encuenta de que era algo más raro de lo normal, su presentación debía ser grande, ostentosa y por todo lo alto pero no tardía. El silencio reino en espera de algo o alguien y en eso Heimdall comenzó a hablar:

—¿Que? ¿CAMBIAMOS EL ORDEN? ¿Entonces quién sigue? Espera ¿Quién? —Su mano izquierda no abandonaba su oreja tratando de analizar lo que le comunicaban— ¿Que? Eso es imposible.