Dios De los Mares.

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Dos semanas había pasado desde que el Ragnarock había sido decidido y la paz del olimpo había sido sustituida por la tensión pues se había rumoreado que en cualquier momento Poseidon decendería de su reino para hacer acto de presencia. Aquellos rumores nunca llegaron a Lafne ella no se preocupaba mucho de las cosas del olimpo y generalmente hacía odios sordos a los comentarios.

Aquella mañana era fría pero de un sol potente y amarillento. Lafne se había despertado por los rayos de luz que se colaban por el ventanal de su apocentro, su cabello estaba enmarañado y su rostro brillaba pues la siesta había sido buena, salto de la cama y se dirigió al baño donde se dio un buena y reavilitante ducha para luego salir y colocarse su usual vestido color nude que se desvanecía casi en su totalidad con sus curvas y el color de su piel el cual tocaba el suelo terminando en una pequeña cola. Luego se miro al espejo admiro su belleza orgullosa de la misma y se peino suavemente trenzado su largo cabello de lado decorandolo con accesorios dorados y un labial rojo que llamaba toda la atención.

El palacio de los dioses estaba en silencio y sus planes de esa mañana eran tomar un poco de aire en los jardines y tal vez entrenar un poco para mejorar sus habilidades pero dichos planes fueron interrumpidos por hermes quien se presentó ante ella de manera desprevenida.

—Diosa del orgullo, Zeus la ha sitado en su apocentro—Apenas había salido de su cuarto y estaba máquinado su día, que decepción.

—¿Para que? —Preguntó sin más. Esperaba que fuera para algo importante y no otro intento vil de seducirla pues ya habían sido 3 en estas dos semanas y estaba cansada.

—Solo diríjase ante Zeus, divinidad —Hermes sonrió dándole plena confianza a la diosa y no puso más peros dirigiendo ahora su camino antes su abuelo.

Llegada al apocentro del viejo esquelético paso sin siquiera tocar encontrándose a Zeus frente a frente pero en esta ocasión no estaba solo. Al Lafne pasar en su totalidad en el apocentro un hombre alto se giro levemente para verla con ojos serios y profundos, el hombre era rubio, de ojos azules y piel blanca, músculos marcados y rasgos finos. Volteo en su totalidad para verla más atentamente y Lafne le devolvió el gesto con una mirada retadora.

—No entiendo como tienes el descaro de traer este tipo de cosas al olimpo—Le hablo a Zeus, Lafne alzó las cejas ¿Se estaba refiriendo a ella como cosa?

—Poseídon, creo que deberías ser más cortés con la señorita.

— "¿Entonces es este Poseídon? Esperaba otro viejo decrépito como Zeus."—Pensó para si Lafne pues hasta ese momento no lo había visto y si lo había hecho no hubiera pasado por su mente que ese era el tan termino Poseidon.

Poseídon, es el dios de los mares y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos y los maremotos. Conocido más bien como el Dios de los mares o el Zeus del mar.

—No podría ser si quiera amable con tal abominable ser—El rostro del rubio continuaba impasivo, sin expresión alguna a pesar de sus palabras frías— No podría ser capaz de hacer acto de cortesía con alguien capaz de lastimar los suyos a costa de habilidades y poder.

—Bueno, a final de cuentas si te dolió mucho el hecho de perder a quien ornamentaba tu castillito ¿Cierto Abuelo?—Lafne sabía más de lo que debía y habla de más también.

Las palabras de Lafne salieron como víboras directas al cuello del rubio quien no se inmutó a dar una reacción ante estas, estaban frente a frente a una distancia más o menos de dos metros. Zeus observaba la tensión palpable del ambiente atento, esperando una reacción de ambos más de Poseidon que de Lafne para poder interferir a tiempo.

—Honestamente, lo que haga a costa de poder y habilidades no deben ser problemas de nadie y menos tuyos.— Poseídon torno su mirada un poco más oscura y siniestra pues no soportaba tal insolencia de parte de esa bastarda. Vio como esta comenzó a acercarse paso a paso—Tú opinión no me interesa en lo más mínimo.

Poseídon al ver el acercamiento de la pelinegra saco su tridente, apuntandolo directamente a ella y como si no sintiera una pizca de temor pues no lo sentía Lafne comenzó a acercarse aún más quedando la punta filoza del tridente directamente en su frente.

—Si, básicamente mate a mi padre. Ayude a Heracles porque considere que su orgullo era grande y digno, merecedor de mi bendición y ayuda.—Miro a poseídon directo a los ojos su voz era retadora al igual que su lenguaje corporal.—Además, Anteo no era lo suficientemente bueno para seguir vivo ¿Batallar con fuertes personas única y exclusivamente para decorar el castillo de su papi y no para salvaguardar su honor y orgullo? Que desastroso me alegra haberme metido en sus entrañas y haber desarollado mis amadas habilidades.

Poseídon se había preparado para el ataque, levantó su tridente hasta lo más alto dispuesto a atravesar a la diosa ataque que fue momentáneamente detenido por una barrera de luz que salió del pecho de la pelinegra la cual se alejó rápidamente del dios de los mares, la barrera no soporto mucho tiempo y fue totalmente quebrantada por la fuerza del tridente.

El segundo ataque iba a ser efectuado, un ataque definitivo que iba a ser capaz de matar a la Diosa fugazmente. Ataque que fue detenido por Zeus quien se puso directamente delante del rubio recibiendo parte del golpe pero no siendo tan herido en el proceso pero si muy afectado. El apocentro del dios de dioses había sido parcialmente destruido, pero repararlo sería lo de menos. Lafne tras Zeus había creado miles de pequeñas lanzas de luz que apuntaban directamente a Poseídon

—Basta los dos, no voy a tolerar más sus comportamientos.

—Veo que estas muy empeñado en proteger a la frágil bastarda y conociendote Zeus —Bajo su tridente por un momento dejando su posición de ataque inicial—¿Ya la probaste? — Preguntó restándole importancia el rostro de Lafne teñido de rojo a causa de la rabia, un sonrojo no se hizo esperar de la cara de Zeus quien se había quedado dudoso al responder la pregunta.

Lafne con su luz nuevamente creo una mano de gran tamaño la cual golpeó a Zeus con la fuerza suficiente para mandarlo lejos, haciendo que una de las paredes del apocentro quedara con un hoyo, ya con su camino libre dio pasos grandes hacia poseidon los cuales fueron detenidos por su tridente que se coloco en su cuello.

—Difiero totalmente de lo que dijiste. Soy la Diosa del orgullo y la soberbia y lo que digas tú y cualquiera sin importar quien sea no me importa. No voy a sentir ningún tipo de molestia por personas a las cuales no considere lo suficientemente buenas, ni siquiera por las que lo son. Solo metete en tus asuntos y no interfiera en mi estancia aquí.

Poseidon levantó su lanza nuevamente y fue tan rápido que en un parpadear estaba delante de Lafne cara a cara, Lafne solo pudo ver sus ojos y por un mili segundo su posición de ataque, por un momento sintió que morirá pero no se permitió sentir miedo ni arrepentimiento, su orgullo no sería quebrantado aún al umbral de la muerte.

Sintió como la pared que estaba cerca de la puerta tocó su espalda en un gran golpe y por el rabillo del ojo vio el tridente de poseidon clavada en la misma cerca de su cien, volvió a mirarle a los ojos y Lafne contempló el vacío de esos ojos azules que no tendrían el mínimo recentimiento al matarla. Su expresión al principio fue de impresión por la rapidez del ataque pero se mantuvo firme manteniendo su seriedad.

—No vales la pena. —Expecto el rubio sacando su tridente de pared y saliendo rápidamente del apocentro.

Zeus ya se había levantado y se encontraba delante de Lafne que tenía una expresión de odio total, miro a Zeus con el odio que sentía hacía Poseídon y esos ojos pudieron poner nerviosos al mismísimo dios de dioses.

—Lo atravesare con todas las armas que pueda crear. Quiero cortarlo hasta que quede irreconocible. —Se reincorporó dispuesta a abrir la puerta e ir tras Poseidon

—No—Zeus se posó delante de ella en un rápido movimiento con su cara risueña —Aún no tienes suficiente poder para enfrentarte a él, morirías en los primeros 3 segundos.

Y por más enojada que estuviera y por más orgullosa que fuera no era estúpida y Zeus tenía razón, pero su orgullo no le permitirá dejar las cosas así.

𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨 || 𝑆ℎ𝑢𝑢𝑚𝑎𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑘𝑦𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora